Abril 2012

 

MOCIÓN AL PLENO DE LA COMARCA ALTO GÁLLEGO

D. Jesús Escartín, Portavoz del Grupo Comarcal de Izquierda Unida  viene a formular para su aprobación la siguiente MOCIÓN RELATIVA a la mejora de contenidos informativos en la página web de la Comarca Alto Gállego.

Antecedentes:

Siendo voluntad de todos facilitar la información a los ciudadanos en relación con la gestión que desarrollan las administraciones públicas, y teniendo en cuenta que la mayoría de la información ya tiene un tratamiento informático adecuado para poder ser mostrado en la página Web de la Comarca, que  vendría a complementar la información ya existente como las ordenanzas Comarcales;

El Grupo Comarcal de IU presenta al Consejo Comarcal  para su aprobación la siguiente

MOCIÖN

1.- Introducir en la documentación de la página web Comarcal  de libre acceso, contenidos de interés para que puedan ser consultados por los ciudadanos.

De los documentos existentes proponemos la inclusión de las actas del Consejo Comarcal, las Bases de Ejecución del presupuesto, las partes del presupuesto que

puedan ser expuestas, el Plan Comarcal de drogodependencias, El Plan de Zona de desarrollo rural sostenible y la información que por su relevancia  y no exigencia

de reserva puedan ser expuestas.

En Sabiñánigo, a   26 de marzo de 2012

Así lucha Finlandia contra la corrupción (y no lo hace España)

Finlandia ha sido reconocida internacionalmente como la nación menos corrupta del planeta, una parte de ese logro recae en la estricta moralidad imperante en el país, a pesar de ello, y para facilitar la transparencia, también cuenta con un conjunto de principios enfocados a evitar el abuso de poder y que son insólitos en la cultura española. Esta es la manera con la que Finlandia lucha contra la corrupción:

PRIMERO: En Finlandia cualquier compra que realicen las Administraciones Públicas, desde un edificio hasta un bolígrafo, ha de estar ejecutada a precios de mercado e incluir, necesariamente, tres ofertas de proveedores distintos, para poder elegir la más baja. No es legal, admisible ni justificable el pago de 100 euros por un cartucho de impresora o de 1000 por una silla aunque las facturas sean correctas. Ejemplos ambos acaecidos en España y que la justicia no pudo castigar.
SEGUNDO: Principio de transparencia total de las Administraciones públicas. Cualquier decisión tomada por un funcionario público dentro del desempeño de su profesión (excepto las relacionadas con la seguridad) puede ser conocida por el resto de ciudadanos. Nadie puede negarse a satisfacer las necesidades de información no solo de los periodistas sino de los votantes. Debido a ello actuaciones contra esa norma (como ésta) son no solo contrarias a la ética sino ilegales.
TERCERO: Principio de transparencia total en las cuentas de los ciudadanos. Los fineses pueden saber cuales son los ingresos declarados de todos los residentes en el país, ya se trate de una persona que cobre el desempleo, del artista de mayor éxito de la nación o del CEO de Nokia.
El equivalente peninsular permitiría conocer las cuentas no solo empresariales sino personales de Emilio Botín, Arturo Pérez Reverte, Felipe González, José María Aznar, Adolfo Domínguez o cada uno de los vecinos de Madrid.
CUARTO: Ausencia de alcaldes: El gobierno de los municipios en Finlandia recae en «City managers», es decir, en funcionarios públicos con experiencia en la administración de entidades de esa índole. Así pues el ciudadano puede distinguir con claridad que la persona al mando es alguien supeditado a los votantes y que puede ser despedido o reemplazado por el Consejo municipal (el órgano elegido en las urnas y que ostenta la soberanía popular). Helsinki es la excepción a este modelo.
QUINTO: Ausencia de cargos de designación política: En Finlandia los secretarios de Estado son funcionarios de carrera que alcanzan el puesto superando pruebas objetivas en lugar de por designación partitocrática. En 2005 se realiza una remodelación del sistema para permitir a las organizaciones políticas el poder elegir a los Secretarios de Estado, aun así muchos de ellos siguen siendo en la actualidad trabajadores públicos ascendidos por méritos propios.

SEXTO: Estructura de poder colegiada: La corrupción se extiende con mayor facilidad cuando el poder se concentra solo en un individuo, es por ello que en Finlandia se promueve la toma de decisiones mediante el debate y el consenso. Al igual que el órgano político principal de las ciudades es la Asamblea popular (el alcalde solo es un trabajador público) el Consejo de ministros tiene mayor capacidad de poder que el Presidente de la República.

SÉPTIMO: Principio de acceso libre al poder. La posibilidad de convertirse en un miembro de alto rango de la administración y los ministerios fineses no recae en una élite intelectual formada en Instituciones de enseñanza concretas (como en Francia) tampoco en personas que puedan atraer la inversión de diferentes empresas para sufragar sus campañas (ejemplo de Estados Unidos) o en ciudadanos adscritos a organizaciones políticas que ascienden por los méritos internos dentro de su partido (caso español). En Finlandia los puestos son cubiertos por funcionarios públicos (siguiendo un baremo meritocrático) y cuya carrera está abierta a todos los fineses. El país evita, por tanto, tener que acudir a un modelo como el de España dónde los cargos de libre designación del gobierno (elegidos ideológicamente) reciben 200.488 euros anuales y se multiplican de manera oscura por todas las administraciones.

OCTAVO:  Principio de proporcionalidad en el castigo. La cuantía de las multas por violar las normas suele ser proporcional a los ingresos de los individuos y las empresas. En 2001 Anssi Vanjoki, alto ejecutivo de Nokia, fue considerado culpable de conducción temeraria por romper los límites de velocidad a los mandos de su Harley Davidson imponiéndosele por ello una multa por el equivalente a 104.000 dólares de la época.  Este principio de proporcionalidad en el castigo, junto a la marca social que lleva el estar envuelto en un caso de corrupción, actúa de forma extremadamente disuasoria ante posibles tentaciones para cruzar el límite de la legalidad .

 

JULIO ANGUITA HABLA SOBRE LA FALSIDEMOCRACIA ESPAÑOLA Y LA

PREVARICACION JUDICIAL

 “La Constitución es un pingajo que no cumple absolutamente nadie”

En España manda una cleptocracia”. Es la manera que tiene Julio Anguita de decir que los ladrones de medio pelo se han adueñado del país. Podría decirlo más llanamente, pero el ex-coordinador de Izquierda Unida vive un continuo combate contra “la pereza mental”. Ha presentado el Paraninfo de la Facultad de Derecho su libro Combates de este tiempo (El páramo), donde recupera antiguos discursos y artículos que cobran ahora plena actualidad.

-¿Qué le parece la inhabilitación del juez Garzón? 

-Me acuerdo de una obra de Ugo Betti, Corrupción en el Palacio de Justicia. Esto es una auténtica vergüenza, en nuestro país no existe la Justicia, es sólo una tapadera para mil y una prevaricaciones. Es la imagen de lo peor que ha dado España desde Fernando VII. Lo que hoy está gobernando, lo que hoy está instalado en la Justicia, lo que hoy está instalado en los entresijos del poder es la mayor miseria que uno puede encontrar a cualquier nivel.

-Respecto a ‘Combates de este tiempo’, ¿qué le ha sorprendido más al revisar sus discursos de los últimos 30 años? ¿No ha cambiado nada o todo ha cambiado para peor? 

-Los editores me dijeron que había una serie de escritos en los que se adelantaba la actual situación que estamos pasando, en concreto los que se refieren al Tratado de Maastricht. En el fondo era verificar cómo los problemas de hoy hunden sus raíces en un tiempo inmediato.

-¿Un visionario, si me permite la expresión? 

-No tengo ningún problema, el visionario siempre se ha visto como alguien que está fuera de la realidad, pero muchas veces ser visionario significa estar más dentro de la realidad que los demás, es el que ve más que los demás, no porque tenga ninguna capacidad especial, sólo es que no se deja engañar.

-¿En qué medida se engaña al ciudadano y en qué medida se deja manipular? 

-El ser humano tiene una condición de pereza mental. Culturalmente, el pueblo español, sobre todo a partir del siglo XIX con Fernando VII y el predominio de la Iglesia, es un pueblo que tiene miedo a pensar, lo que se trasluce en una sensación de comodidad, de pereza, aceptar cualquier cosa aunque ellos mismos duden de que sea cierta. Yo voy por la calle y la gente se cree que la reforma laboral nos va a sacar de la crisis, una mentira más que la gente acepta para no tener que enfrentarse a la realidad. Siempre he dicho que todo el mundo se equivoca, incluso los pueblos, pero hay que obedecer lo que diga el pueblo aunque se equivoque.

-¿El pueblo ha tenido más errores que aciertos? 

-Los hombres y mujeres que prefieren enfrentarse a la realidad y debatir deberían tener más influencia, pero es una lucha que tiene el ser humano contra la propia inteligencia. Existe la tendencia a la pereza, a satisfacer las necesidades inmediatas sin pensar a qué precio se pagan… Pero esta es la gran tragedia humana.

-Uno de los discursos más curiosos del libro es el que pronunció en 1985, siendo alcalde de Córdoba, denunciando el proceso de ‘mitificación’ que los políticos y los medios estaban haciendo de su persona… ¿Sentía que le estaban ‘santificando’? 

-Sabían que no iba a repetir mandato y se estaban preparando para las próximas elecciones con una técnica muy sencilla: este hombre es excepcional pero el partido que le sustenta no tiene cualificación.

-Pero también puede pasar que un líder inapropiado opaque a una militancia activa… 

-El problema de fondo siempre es el colectivo porque le sigue soportando y se aliena en él, bien por prebendas bien por eso de no pensar.

-¿Ha pasado algo así en Izquierda Unida? 

-En Izquierda Unida hubo una época, alrededor de 1996, donde el esfuerzo fue despreciado. La evidencia de un discurso que fue elaborado muy colectivamente chocó con un entorno hostil de medios de comunicación y fuerzas políticas, de tendencias que hablaban del europeísmo que en el fondo es lo que nos ha llevado a la moneda única y a todo lo que tenemos aquí. Yo sentí aquel choque porque era un discurso muy justificado y meditado que iba a contracorriente y también en Izquierda Unida se sintió ese miedo escénico.

-De aquellos tiempos quedó su famosa coletilla de “Constitución, Constitución”. Y eso que no era usted un ferviente defensor de la Carta Magna… 

-Yo soy lector de Peter Stucka, un escritor soviético que hablaba del uso alternativo del Derecho. Cuando me acusaban de que yo proponía cosas de la Unión Soviética yo les decía a los poderes establecidos que lo que yo quería era que cumplieran con esa Constitución que decían que era tan magnífica, porque el sistema vive a costa de prostituir sus propias leyes. La Constitución es un pingajo que no cumple absolutamente nadie y los primeros que la incumplen son los poderes públicos.

-A lo largo del libro hay también una defensa del político lúcido, mesurado, que sabe explicar sus proyectos y sus ideas. ¿Entra Rubalcaba en esta categoría? 

-Eso son imágenes. En el fondo, tanto el señor Rubalcaba como el señor Rajoy defienden la misma política, el proyecto de Europa que salió de Maastricht. Lo demás es pura anécdota.

-Desde el primer momento saludó con entusiasmo al movimiento 15-M. ¿Cree que por cierto ‘puritanismo’ perdieron la oportunidad de intervenir en la escena política? 

-No, están bien como están, no hay prisas. Les sigo apoyando aunque creo que deben organizarse mejor y que deben abrirse a esas capas de la sociedad que se quedan confortablemente en sus casas pero que necesitan que vaya alguien a moverlas. El 15-M es una fuerza extraordinaria que necesita quitarse de encima cierto narcisismo, no considerarse tan estupendos… Deben buscar la manera de participar políticamente, lo que no quiere decir que se tienen que transformar en un partido político. Tienen que asumir que inciden en la política, que inciden en el mundo porque lo quieren transformar. Estamos en una civilización del uso y tiro y las cosas se plantean con unas prisas tremendas. Pero no hay prisa.

-¿Nota en la calle que la gente quiere que vuelva a la política? 

-Es una moda. Por favor, no me pida que vuelva, no me venga con milongas ahora… En el fondo, no todos, están pidiendo siempre la última novedad, el último juguete que me evite pensar y afrontar mi destino. Hay un trasfondo de pereza mental.

-En una carta dirigida a Felipe González anticipa con 20 años de antelación la crisis del ladrillo. ¿Tan claro se veía venir? 

-Era el discurso que proponía Felipe González de que hay que quitar las normas, liberar parcelas para que todo el mundo construya, lo mismo que ahora propone Rajoy en las playas. Es el discurso de un ejército de ocupación sobre su propio país, es el discurso de Atila que en vez de arrasar Roma arrasa su propio país. Es propio de un país que ha llamado empresario a cualquier desalmado y fuerzas de progreso a cualquier ladrón que se ha enriquecido de manera desmesurada.

-Con tantos vaticinios cumplidos años después, ¿qué futuro le espera a este país? 

-Lo veo muy mal. El problema de los que nos situamos en la izquierda es cómo evitar que la gente desorientada caiga en las garras del fascismo, porque van camino de ello. El fascismo persigue la inteligencia y la cultura y la sustituye por el taconazo, por el rito, por las cosas que galvanizan las tensiones de la gente.

-¿Entiende que un obrero en paro o un mileurista vote a la derecha? 
-Claro que sí, es lo más normal. Eso de que los dominados son rebeldes es una mentira piadosa. Cuando la gente está dominada y, no lo olvidemos, tiene que comer, no se puede permitir ser rebelde.