Suárez, otros vinieron que bueno le hicieron

La muerte de Adolfo Suárez, como la de todas las personalidades que mueren, llena los medios de comunicación de loas a la figura que se va, inclusive de aquellos que le combatieron o le pusieron zancadillas. Es un mal endémico de nuestra cultura política o de nuestros políticos, cuya única obsesión es salir en los medios aunque haya que mentir.

De paso, el despliegue mediático sobre la figura de Suárez, sirve para tratar de ocultar el enorme éxito de las Marchas por la Dignidad, cuya manifestación en Madrid el 22 de marzo ha sido calificada por la prensa internacional de «Gigantesca».

SuarezSuárez no fue un gran presidente, pero probablemente ha sido el mejor, porque los que vinieron detrás han engañado a los ciudadanos incumpliendo sistemáticamente sus promesas electorales. Ha sido el único presidente que tomó decisiones personales, enfrentándose a los poderes del momento en temas como el ingreso en la OTAN o la legalización de partidos políticos como el PCE. Por ello sufrió persecución mediática, política, militar, del rey, etc. Pero estuvo a la altura de las circunstancias y presentó su dimisión, un gesto honroso que no se ha vuelto a repetir, a pesar de que la situación política española ha sido mucho peor en otros momentos (atentados del 11M, crisis de 2007 o recortes en 2012-13 fuera de programa electoral).

Descanse en paz y aprendan de él muchos políticos actuales.

No es que Suárez fuera fantástico; es que los de ahora son patéticos

por Juan Bosco Martín Algarra en Lainformacion.com

 

Víctimas de un enorme engaño

por Lidia Falcón en Público.es