Todos los tratados económicos bilaterales con EE.UU. han tenido los mismos efectos sobre el otro país: la fagocitación de la empresa nacional por parte de las multinacionales norteamericanas, el hundimiento de los derechos laborales y sociales y la supeditación de la Constitución nacional a las normas económicas incluidas en el Tratado. Ejemplos de ello han sido los numerosos TLC (Tratado de Libre Comercio) firmados en Latinoamérica.
Otro efecto, no menor, ha sido el aumento de la injerencia en la política interna del país a través del control político, económico y de sus Fuerzas Armadas. Esto último ya está ocurriendo a través de la OTAN.
A España no le interesa este tratado, ya que acabará con la escasa industria nacional que no ha sido adquirida por las transnacionales europeas y se degradarán, aún más, las condiciones laborales. Por eso nos oponemos desde Izquierda Unida, porque la historia siempre se repite y ya sabemos lo que va a pasar.
Este Acuerdo lo van a votar a favor, como casi siempre, los dos partidos que han gobernado. Cambiemos el voto para evitarlo.