Hacia la China de Europa

 

Javier Ávila

 

Es curioso el trato degradante que suelen dar los “fuertes” a los “débiles”. Es curioso porque sin la existencia de éstos, aquellos no serían nunca fuertes, es decir, que necesitan de su existencia para vivir.

Pasándonos al tema de la economía europea, resulta que esos “fuertes” decidieron llamar PIIGS (cerdos en inglés) a estos países débiles de Europa occidental (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España). Unos países que están cumpliendo algunas de las exigencias europeas (como déficit y deuda públicas en el caso de España) mejor que los fuertes y, sin embargo, éstos pretenden que ajusten sus economías (vía precariedad laboral) aún más.

El objetivo final no es otro que hacer la competencia a China. ¿Y la solución? Convertir a los que yo prefiero llamar GIPIS en la China de Europa. Obviamente sólo hay una vía para ello: la merma salarial y la rebaja de derechos laborales para reducir el coste final de los productos que quiere consumir el resto de Europa. ¿Y porqué si ya vienen los productos baratos de China? Precisamente por eso.

China es el país con mayor reserva de moneda americana. Si la pusiera en circulación podría hundir la economía USA vía incremento de su inflación. Por eso Estados Unidos ya da por sentado que China será la primera potencia económica en 2020 (yo creo que antes y los americanos también lo piensan). Europa no quiere sufrir el mismo fin y se ha propuesto traer el sistema de producción chino a Europa, un sistema de producción que no es realmente chino, sino un proyecto occidental (con empresas multinacionales occidentales) de producción barata en China y comercialización cara en el resto del mundo rico.

Europa tiene su China, los países GIPIS, pero hace falta reducir drásticamente los derechos de sus trabajadores y formalizar unos gobiernos autocráticos…

Esperemos que estos países tengan un comportamiento hippie y se opongan a seguir el camino señalado por los magnates-mafiosos del mundo reconvertidos en honorable-imprescindibles salvadores de la humanidad. Yo tengo fe.