Esta semana en el Ayuntamiento ha rescindido el contrato de arrendamiento de una nave industrial, por el que va a terminar pagando casi 170.000 euros, durante 23 meses, por estar vacía.
Ya saben a qué nos referimos, a la nave que se preparó para que se instalara Ecovehicles (hoy Fuladema). El acuerdo adoptado el miércoles, por mucho que el alcalde se empeñe en decir que se produce por la manifestación de los empresarios particulares, la verdad es que se adopta después de que desde Colectivo de Convergencia – Izquierda Unida dijéramos ya en 2011, que el contrato de arrendamiento “a dedo” era irregular, ya lo advertía el informe jurídico del Ayuntamiento, además no contaba con el preceptivo informe de la Intervención sobre la adecuación a la ley de contratos, la valoración de la nave no estaba ajustada a la realidad y se producían agravios con otros empresarios de la ciudad; se produce después de que el Justicia de Aragón señalara varias “deficiencias”:
- Insuficiente determinación del objeto del contrato
- Insuficiente justificación en la elección de la nave
- Valoración de la nave discutible
- No se justificaba la declaración de Urgencia (lo que el tiempo se ha encargado de demostrar)
- No concurrían circunstancias para otorgar condiciones favorables a una empresa frente a otras.
En conclusión, el Justicia, indicaba que el proceder del Ayuntamiento “no se ajustaba a derecho”.
Se produce la desvinculación del Ayuntamiento como intermediario entre empresas, después de que la Intervención, en más de una ocasión, manifestara que esto debiera ser así.
Claro que sí. Ahora deberían reconocer que lo hicieron rematadamente mal. Aunque el fin lo podamos compartir, ese no era el camino. Hoy si tuvieran la gallardía que nos piden a los demás para alegrarnos de las cosas buenas que ocurren en Tarazona, y que así lo hacemos (que finalmente venga alguna empresa a Tarazona), deberían RECONOCER QUE SE EQUIVOCARON.
Por otro lado, en lo referente a las subvenciones preferenciales por generación de empleo a Fuladema, que se aprobó su mantenimiento en el mismo acuerdo, suponen una vulneración del principio básico en la concesión de subvenciones públicas: la concurrencia competitiva. Ante eso, el alcalde manifestó la intención de sacar una ordenanza general, pero la realidad es que se reiteraron las ayudas “a dedo” a la empresa Fuladema, casi sin compromisos y con requisitos mucho menores a los fijados en 2011 (5 empleos el primer año, 15 el segundo y 25 a partir del tercer año, para cobrar el equivalente íntegro de la renta de la nave); por este motivo “trampa” no apoyamos la rescisión del contrato “irregular” de arrendamiento de la nave, lo que termina dando la razón a los únicos que no apoyamos este expediente desde el principio, a pesar de que no fuera lo más fácil y populista.