Zaragoza, 29 de diciembre de 2022.- Izquierda Unida de Aragón ha logrado introducir solo 8 enmiendas al proyecto de ley de presupuestos de Aragón para 2022 por valor de 195.000 € en un debate de escaso nivel donde el cuatripartito se ha limitado a “pasar rodillo” ante las enmiendas del resto de grupos políticos.
De las 1.009 enmiendas registradas, tan solo se han aceptado 11 enmiendas a la oposición, 8 de ellas de IU Aragón, que ha mantenido una posición crítica a las cuentas del cuatripartito con el voto en contra a unos presupuestos poco ambiciosos con la situación de emergencia que vivimos y que eran una gran oportunidad por la cuantía de fondos europeos.
El diputado, Álvaro Sanz, para quien el debate se ha vuelto a mover entre un “catastrofismo sin altura” de la derecha y un “triunfalismo sin autocrítica” del Gobierno, ha defendido la capacidad de lo público ante los últimos presupuestos de una compleja legislatura. Y valora que las cuentas planteadas no responden al conjunto de retos en materia económica y social.
Era posible abordar de forma audaz y valiente los cambios estructurales que requieren nuestros servicios públicos en competencias tan relevantes como sanidad, derechos sociales o vivienda, e impulsar un nuevo modelo productivo basado en la sostenibilidad y la cercanía y en la vertebración territorial. Es importante recordar que, en esta excepcional tesitura, se está contando con la mayor inyección de fondos públicos para hacer frente precisamente a estos retos.
El presupuesto planteado por el cuatripartito profundizaba en los planes que el gobierno definió en 2019. En materia de servicios públicos continúan con su apuesta por mantener el estatus quo, centrando la nueva inversión sanitaria en telemedicina, adelgazando el sistema público de protección social, desoyendo las necesidades en materia de vivienda social y sin cambios destacados en materia educativa o cultural.
En términos económicos una apuesta por los motores de desarrollo que sin planificación han venido impulsando: actividad logística con la construcción de polígonos a pie de autovía sin reactivación industrial en las comarcas del interior, industria de la nieve incluyendo la unión de estaciones, desarrollo de las renovables sin planificación, impulso de la agricultura y ganadería industrial como principales ejes de impulso económico. Todo desde una óptica profundamente liberal, marcada por la externalización, concertación y privatización y la transferencia a empresas de fondos públicos sin ningún tipo de condicionalidad en materia laboral, ambiental o de igualdad.
Una política de alfombra roja y de colaboración público – privada que afecta igualmente al ámbito de las carreteras, de los servicios sociales, de la sanidad o de las consejerías centradas en el desarrollo económico. Una orientación, profundamente conservadora, en la gestión de los recursos públicos, que afecta también a la propuesta fiscal que acompaña los presupuestos por primera vez en la legislatura.
El resultado de las medidas impuestas por el cuatripartito implica una seria merma de recursos públicos para garantizar la solvencia a futuro de nuestra capacidad para el sostén del estado de bienestar. Aspecto importante, teniendo en cuenta que en el momento en el que los fondos europeos dejen de llegar volverán las estrecheces para equilibrar gastos con ingresos. Cabe recordar que, según la cámara de cuentas de Aragón el déficit estructural de nuestra comunidad oscila entre los 100M y los 400M de euros por ejercicio. Pero si el resultado de su reforma fiscal es negativo en este sentido, (implica ver mermadas las arcas públicas en 40M más) no lo es menos en lo referente al espíritu y la concreción de la reforma en sí. En lo referente al tramo autonómico del IRPF el alivio fiscal propuesto por el gobierno afecta prácticamente por igual a las rentas de 10.000 € que a las de 90.000€ con 50 € de reducción para las primeras y 42 para las segundas, siendo las mejores paradas las del entorno de 60.000€.
Por lo tanto, no podemos hablar de una propuesta de fiscalidad progresiva y justa que haga que pague más quien más tiene. Lo mismo sucede al impuesto de sucesiones y donaciones que continúan desmantelando, aunque el impacto de merma presupuestaria de esta reforma sea menor.
Izquierda Unida presentó 210 enmiendas al presupuesto, haciendo especial hincapié en aquellas de contenido político. La formación quería condicionar el cómo se van a gestionar estos presupuestos marcados por un notable incremento de las transferencias a empresas y particulares tratando de garantizar que sirviesen para cerrar las brechas de desigualdad que están creciendo en Aragón. Por ello 57 de las 210 enmiendas iban al articulado de la ley de presupuestos.
El trabajo en ponencia ha evidenciado la nula voluntad de acuerdo del gobierno cuatripartito pero también la debilidad de un gobierno incapaz de introducir la más mínima modificación a los presupuestos ni a derecha ni a izquierda en un año electoral. Por lo tanto, se mantiene el sesgo liberal en la gestión y en las políticas de gasto y se desaprovecha una ocasión muy valiosa para incidir en políticas sociales, ambientales, de igualdad, de reequilibrio territorial y reparto de la riqueza.