Artículo de Rosa Magallón publicado el 31 de marzo de 2022 en Heraldo

Recientemente se ha celebrado una jornada para presentar el nuevo Plan de Atención Primaria y Comunitaria de Aragón 2022-2023. Sin dejar de valorar algunas propuestas interesantes, ¡qué menos!, se trata de la enésima declaración de buenas intenciones, con la enésima ausencia de dotación presupuestaria clara en lo que respecta a las necesidades urgentes y perentorias de la Atención Primaria. Vislumbramos algún fogonazo de luz en la oscuridad en la que estamos inmersos los profesionales. Pero nuestra realidad dista mucho de la que, al parecer, perciben quienes nos gestionan. Y, al igual que el cambio climático, no hay mucho tiempo para seguir con los buenos propósitos no refrendados por hechos.

Necesitamos que el Gobierno de Aragón salga de su burbuja de autocomplacencia en la que se parapeta. Necesitamos que bajen a los centros de salud y vean lo que está pasando, que hablen con los profesionales y con los usuarios. Necesitamos que el nuevo Plan de Atención de la AP sea nuevo de verdad, no copiado de planes anteriores, con voluntad real de cumplirse y dotado presupuestariamente. Lo único que está claro hasta ahora es la licitación a empresas tecnológicas para inversión en ecografías, dermatoscopios, videollamadas etc., sin tener en cuenta la brecha digital, la accesibilidad a redes en el medio rural, los ordenadores obsoletos…y sí habrá profesionales para atender todo este despliegue tecnológico y sin preguntar a profesionales y usuarios si de verdad ésta es la prioridad.

No queremos jóvenes profesionales que acumulen hasta 70 contratos en un año o mas,…. sin estabilidad para asentarse en el territorio. Los usuarios, las personas, quieren ver a su médico y enfermera, al suyo, no uno cada vez, quieren longitudinalidad y continuidad. A nuestros pacientes no les importa un bledo quién los atienda como opina nuestro presidente autonómico. No es tan difícil de entender. El diagnóstico de lo que está pasando está hecho hace años, no hay nada nuevo en este nuevo plan (salvo el interés en lo tecnológico que para los profesionales NO es una prioridad ahora).

Queremos ejercer de lo que somos, los médicos de médicos, las enfermeras de enfermeras (no necesitamos pilotajes de procesos enfermeros para los que ya están más que capacitadas), los administrativos de gestión administrativa, queremos más y nuevos profesionales (fisioterapia, psicólogos, terapeutas,..) para incorporar a los equipos, porque la composición de los equipos de atención primaria data de 1984 y las demandas y necesidades son otras. Queremos tiempo para atender a la cronicidad, a la atención comunitaria, a los paliativos, a la docencia y a la investigación, ……, no es una cosa de locos,…., esos tiempos deben existir también en Atención Primaria.

Y todo esto está escrito, razonado, consensuado, prometido hasta la saciedad. Pero las necesidades de la Atención Primaria no se arreglan solo con licitaciones para inversión en tecnología (la fascinación tecnológica con sus lobbys, también en primaria). Existe un gran desencuentro entre nuestros gestores y la sociedad aragonesa, que reclama medidas urgentes para salvar a la Atención Primaria. Y como recientemente dijo la profesora González Gómez-Valcárcel en la Comisión de Sanidad del Senado a los políticos sobre la Atención Primaria: “Si me quieres, dímelo en los presupuestos”.