Nuestro Coordinador general y portavoz parlamentario, Álvaro Sanz, cree que al Gobierno aragonés le ha sobrado “autocomplacencia” y le ha faltado “honestidad” en el balance de gestión que hoy, los cuatro representantes de las fuerzas que componen el cuatripartito han hecho de los dos primeros años de legislatura.

Para Sanz, el Gobierno de Aragón “se equivoca” al afrontar la recuperación con las mismas recetas propuestas por el cuatripartito al inicio de la legislatura que responden a unos equilibrios “incapaces de satisfacer” los aprendizajes de la pandemia y la necesidad de fortalecer los servicios públicos y garantizar una nueva economía. Los efectos de la crisis van a exigir mayores esfuerzos financieros para poder fortalecer los servicios públicos “cuyas costuras y debilidades han saltado por los aires” con la Covid-19. En primer lugar, Sanz advierte que las brechas preexistentes siguen sin cerrarse y que la pobreza sigue siendo un problema que “no se previene actuándose solo para paliar sus efectos más graves sobre los casos extremos”. También recuerda que los problemas de vivienda siguen como antes de la pandemia porque sigue sin ser un derecho garantizado. Lo mismo sucede con la atención primaria que necesita una revisión profunda del modelo sanitario o en el caso de la educación, que “sigue sin avanzar en el cumplimiento de acuerdos para la reducción de ratios y horas lectivas”.

En segundo lugar, Sanz lamenta que la propuesta del Gobierno no responda a nuevas necesidades como el sistema público de cuidados, fuerte y robusto. El debate de la prestación aragonesa complementaria del Ingreso Mínimo Vital “evidenció la falta de ambición del gobierno para prevenir la pobreza”, apunta Sanz para quien el cuatripartito sigue instalado en una visión “asistencialista”.

En su opinión, esto también está pasando como pone de manifiesto “el desmantelamiento del tren en el que está participando activamente el gobierno de Aragón”, o con la digitalización, que se ha demostrado un servicio esencial que sigue “sin ser accesible para el conjunto del territorio”.

Ninguna de estas cuestiones está en el pacto de Gobierno. Cuestiones que son imprescindibles y que van a requerir recursos. En este sentido, cree conveniente una respuesta política que exija repartir esfuerzos con justicia para fortalecer los servicios públicos y por ello cree fundamental que Aragón revise su fiscalidad además de exigir una financiación justa.

En materia económica, hemos visto en este balance que las recetas propuestas por el Gobierno son más de lo mismo: porcino, BonÁrea, renovables sin planificación y Amazon. “Esto es incompatible con la sostenibilidad, la vertebración y el cambio de modelo productivo que supere las brechas de desigualdad”, apunta Sanz para criticar que no se ha dicho nada de la brecha salarial o el paro estructural que afecta especialmente a las mujeres y jóvenes.

“Así no se modifica el modelo productivo ni se vertebra el territorio –continúa- , como no se garantiza eliminando trenes o sin invertir desde lo público en reindustrialización y servicios públicos en el ámbito rural”.

Por otra parte, se ha hablado poco en este balance de las PYMEs, de los autónomos y la economía social, que son “el corazón de nuestro tejido productivo”. “Todo apunta a que la recuperación va a pivotar sobre grandes corporaciones pero ¿qué pasa con el resto?, se pregunta Sanz.

En cuanto a la propuesta de acuerdos y pactos, Sanz advierte que “IU está cansada de firmar acuerdos y pactos que luego no se evalúan en común y no se cumplen”. En este sentido, y como ya manifestó en la última reunión de valoración de la Estrategia aragonesa de Recuperación, “primero se impone valorar en común el grado de cumplimiento de forma pormenorizada de la estrategia porque creemos que el Gobierno la ha interpretado y valorado de forma irreal”.

Nos encontramos en un momento “crucial” en el que se deberían abrir debates profundos que se centran en tres ejes: la financiación, el modelo productivo y el papel del sector público en el ámbito de la economía.

Por último, Sanz advierte que el fortalecimiento de los servicios públicos no se consigue abriendo la puerta al sector privado. La Covid-19 ha demostrado que al final han sido el Estado, desde su administración estatal a la local, el que ha tenido que hacer frente a la pandemia. “Fortalezcamos entonces nuestro dispositivo y recursos públicos y cerremos el paso a privatizaciones, concertaciones y externalizaciones”, concluye.