El número de parados ha bajado en abril en Aragón en 2.717 personas, un 3,16 % respecto al mes anterior, lo que sitúa el número total de personas desempleadas en 83.165, aunque son 3.951 más que hace un año. A pesar de que el paro ha bajado por segundo mes consecutivo, el poco empleo que se crea es “precario”, en tanto en cuanto un 31% de los contratos son parciales y el 87,8 %, temporales.

Según los datos publicados hoy por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, respecto al mes de marzo, el desempleo se ha reducido en las tres provincias aragonesas: en 1.878 personas en Zaragoza (un 2,84 %), en 448 en la de Huesca (un 3,8%) y en 381 en Teruel (un 4,94%). De este modo, el número total de parados registrados asciende a 64.258 en Zaragoza, a 11.579 en Huesca y a 7.328 en Teruel.

En cuanto a personas afiliadas a la Seguridad Social, Aragón ganó en abril 2.512 afiliadas respecto al mes anterior hasta situar el número de cotizantes en 566.402, un 0,45% más, mientras que 12.084 trabajadores y trabajadoras seguían en el último día del mes incluidos en un ERTE.

Para el Coordinador General, Álvaro Sanz, “esta bajada no se traduce en que estemos mejor”. “Lo contratos son temporales y con salarios bajos, una característica que ahonda en la vulnerabilidad de las y lo trabajadores y el incremento de la pobreza. Porque tener trabajo no significa no ser pobre”, ha resaltado.

En cuanto a la feminización del desempleo, Sanz ha recordado la última Encuesta de Población Activa (EPA) cuyos datos son “muy preocupantes”. De 8.600 puestos de trabajo perdidos en los tres primeros meses del año, 8.000 estaban ocupados por mujeres. “La bajada de hoy no puede suponer un velo que esconda la realidad”, ha apuntado para exigir al Ejecutivo “medidas estructurales, como es la derogación de una reforma laboral que impide el acceso al trabajo a la juventud y somente a la clase trabajadora a la precariedad”.

Además, la EPA también puso de relieve que muchas personas que han dejado de buscar empleo han pasado a situación de inactividad, es decir, no figuran como inscritos en las oficinas del INAEM y siguen sin encontrar trabajo, “todo ello a pesar de los ingentes esfuerzos desplegados con los ERTE cuya aplicación es de menor intensidad en situaciones de precariedad laboral como la parcialidad y la temporalidad que afectan especialmente a jóvenes y mujeres”, ha señalado Sanz para quien esto es una muestra más de la “debilidad” de nuestro mercado laboral y la “fragilidad” de nuestro modelo productivo.