Nuestro Coordinador General y portavoz en las Cortes, Álvaro Sanz, ha registrado una iniciativa parlamentaria en la que solicita toda la información referente al proyecto museístico que ha servido de base al Gobierno de Aragón para crear el futuro Museo de La Guerra Civil propuesto para Teruel.
Reclamamos esta información ante la preocupación suscitada por lo que se ha conocido del proyecto. Ante todo, queremos tener una información detallada sobre el proyecto y reclama, al mismo tiempo, que la información llegue a las Asociaciones Memorialistas y a las de familiares de víctimas del franquismo que, según Sanz, “deben tener la oportunidad de conocer, de opinar y de participar en el proyecto”.
Hoy, a través de un medio de comunicación, el Gobierno aragonés afirma que “el museo y sus contenidos serán conformes con lo que establecen las vigentes leyes de Memoria Democrática”. Para el portavoz, esta afirmación no sería necesaria si no hubiera habido dudas. Unas dudas suscitadas por el contenido del documento de Tragsa que ha servido para la licitación del proyecto en el que hay referencia a que se levantará “un memorial con los nombres de todas las víctimas de la guerra, sin distinción alguna entre los componentes de ambos frentes”. Asimismo, un poco más adelante, se puede leer en el documento: “Puesto que en una guerra civil víctimas y verdugos pueden entremezclarse, su memorial solo puede que homenajear a todos ellos como víctimas y condenar su común error como verdugos: el uso de la violencia para dirimir sus diferencias”.
Aunque el Ejecutivo ha argumentado que este proyecto “ha pasado por diferentes fases desde hace años y que algunos de los textos pueden ser anteriores a la aprobación de la Memoria Democrática”, queremos manifestar nuestra disconformidad con esos planteamientos porque consideramos que no pueden equipararse las víctimas y los victimarios.
En opinión de Sanz, “la Memoria Democrática no puede estar contaminada por la falta de rigor histórico y documental”. Por ello, cree necesario clarificar de inmediato el proyecto y asegurar que el museo que se proyecta “no evade, ni disfraza la evidencia demostrada de que la guerra fue provocada por una sublevación del ejército, apoyada por las oligarquías de toda la vida, por el caciquismo rural, por la burguesía monárquica y por la jerarquía de la Iglesia Católica”.
Seremos beligerante con esas posiciones revisionistas que equiparan la responsabilidad en lo sucedido a las dos partes en litigio. “Lo que hubo en Julio de 1936 fue un golpe de estado contra un Gobierno legítimo, surgido de la voluntad ciudadana, expresada en unas elecciones democráticas”, recuerda nuestro Coordinador General.
Esta propuesta de museo no puede ser un nuevo episodio de “blanqueo” del franquismo a base de una “inaceptable tergiversación” de la historia y de una falacia disfrazada de esa “neutralidad” que “reparte” responsabilidades de manera indigna.
Por todo ello, hemos reclamado toda la documentación, para analizarla y estudiarla y, si es necesario, adoptar las medidas oportunas para que el Museo de Teruel, ciudad que vivió los duros momentos de la guerra, se construya respetando los principios de las leyes de Memoria Democrática y respetando la dignidad de las víctimas del franquismo.