Esta mañana hemos registrado en las Cortes de Aragón una Proposición de Ley de modificación de la Ley 11/2003, de 19 de marzo, de Protección Animal en la Comunidad Autónoma de Aragón sobre la utilización de animales que no sean domésticos en espectáculos circenses. Una modificación que es necesaria tras la disputa en el Ayuntamiento de Zaragoza sobre la interpretación de la norma autonómica.

Cabe recordar que en la pasada legislatura logramos modificar la ley para prohibir los circos con animales en Aragón a través de una Proposición no de Ley, y ahora pretendemos con esta reforma que no se generen dudas, ya que lo que ha provocado problemas en la interpretación de la misma ha sido la definición de “fauna silvestre”, del artículo 3.5.

Nuestro Coordinador y portavoz parlamentario, Álvaro Sanz, recuerda que el anterior Gobierno de Aragón tardó dos años en cumplir el compromiso adquirido con la aprobación de nuestra iniciativa parlamentaria y hacer efectiva su reforma y no permitió ir más allá, delimitando la utilización de animales en espectáculos circenses a la descripción que se hizo de la “fauna silvestre”. “Ahora queremos que esto cambie de verdad y Aragón sea un territorio sin circos con animales”, apunta Sanz.

En cuanto a la descripción de animales domésticos queda establecida en el artículo 3.4 de la ley como “aquellos animales de compañía pertenecientes a especies que críe y posea tradicional y habitualmente el hombre, con el fin de vivir en domesticidad en el hogar, así como los de acompañamiento, conducción y ayuda de personas ciegas o con deficiencia visual grave o severa”.

Un artículo, el 3.4, que proponemos modificar para prohibir definitivamente la utilización de animales de especies que estrictamente no sean domésticas en espectáculos circenses y  la adaptación del capítulo relativo a las infracciones.

Por su parte, el Área de Protección Animal recuerda que este estado cautivo de los animales no provee valor educativo alguno y no aporta nada sobre su comportamiento natural. “Estos circos –continúa- ofrecen una visión de la realidad distorsionada y, por lo tanto, no son educativos para los niños, que son el público mayoritario de estos espectáculos”.