Hoy en el Pleno de las Cortes de Aragón se ha debatido el límite o techo de gasto de Aragón para 2024, fijado por el Gobierno en 7.523 millones de euros. Nuestro Coordinador y portavoz parlamentario, Álvaro Sanz, ha votado en contra de esta cifra porque hacerlo cumple con este ritual de sometimiento a las políticas de austeridad liberales que se impusieron para afrontar la anterior crisis económica. Aquella que antepuso el salvamento a los bancos a las necesidades sociales, aquella que demostró ser injusta e inútil ante los desafíos a los que nos hemos enfrentado.

El resultado de la votación ha sido favorable y ha contado con el apoyo de los grupos que sustentan al Gobierno, PP, VOX, PAR, y el de PSOE y Aragón-Teruel Existe. CHA y Podemos han optado por la abstención y solo IU hemos votado en contra.

En otros parlamentos, incluido el Congreso, no es preceptivo ni necesario, pero que en Aragón, y a pesar de que las reglas fiscales congeladas, seguimos sometidos a una Ley de Estabilidad Presupuestaria que nos obliga a este ritual en las Cortes, y que nadie ha aceptado cambiar.

Sanz ha defendido la necesidad de un cambio de paradigma. La austeridad, las reglas fiscales y la tasa de reposición, han tenido un efecto muy negativo para atender necesidades básicas y hacer frente a contingencias como las que nos han venido, con consecuencias dramáticas, pero que podían haber sido peores si no hubiéramos tenido los fondos europeos, ICO, ERTEs, refuerzos en servicios públicos, transferencias extraordinarias y suspensión de las reglas fiscales.

La experiencia ha demostrado que la sostenibilidad no solo tiene que ser financiera, también tiene que ser social, y si el camino hacia esa estabilidad financiera, pasa por unas mayores tasas de desigualdad social estaremos equivocándonos, como ya nos equivocamos la década pasada.

Así pues, en primer lugar, cuestionamos la necesidad de que esta cifra, debiera ser aprobada en las Cortes de Aragón ya que es una escenificación del sometimiento político a la austeridad política, cuando hemos atravesado dos crisis encadenadas y la respuesta de las Administraciones públicas, acertadamente, está siendo radicalmente contraria a las de la década pasada.

Esta cifra es el cálculo derivado de diferentes parámetros condicionados por decisiones políticas, de este Gobierno y del anterior, como las reformas fiscales efectuadas en la pasada legislatura, cuyos efectos culminan en 2024, y las previstas por el actual Gobierno y de las que no tenemos la letra pequeña, pero que ya sabemos que no nos van a convencer.

Se puede afirmar que, esto sí, que hay un incremento de ingresos del 9% como consecuencia de que se incrementan las transferencias del Estado, derivadas de la financiación autonómica, las previstas para el 2024 y las liquidaciones positivas del 2022, pero, y esto es muy importante, que descienden en un 5% de la recaudación de tributos propios y cedidos.

Además, nuestro diputado ha asegurado que hay necesidades que no se cubren y así lo certifican los sucesivos informes anuales de fiscalización de las cuentas de la Comunidad efectuados por la Cámara de Cuentas, así lo demuestra el continuo incremento de la deuda y el cierre de ejercicios con déficit, el último de la intervención de la Comunidad sobre el cumplimiento de la estabilidad en 2022 cifrado en 361 millones en negativo (sin haber afrontado con fondos propios muchas necesidades pendientes).

La cifra que deberíamos considerar es un “suelo de ingresos” para financiar los gastos necesarios y no al revés. Y a partir de aquí, buscar los recursos que los financien. Es en este punto donde encontramos una diferencia política de expresión de la cifra que hoy se ha votado, los condicionantes de los ingresos, la propuesta tributaria y sus bonificaciones fiscales del Gobierno de las derechas que no compartimos.

Creemos que hay margen para incrementar los ingresos. Por ejemplo, esos cerca de 28 millones de tributos propios y cedidos que hemos minorado este año, o lo correspondientes a las rebajas fiscales ya anunciadas; o los más de 450 millones que menos presión fiscal que tiene Aragón comparada la media de las CCAA con respecto a su PIB.

Hoy, superados los avatares más graves de la pandemia, IU ha votado lo mismo que votó al primer límite de gasto del pasado Gobierno, en contra.