Artículo de la Asamblea de IU Huesca- La Hoya publicado por Arainfo el 13 de mayo de 2022

Saltó la noticia hace unos días, y en un principio movió a la hilaridad, recuperan una tradición, la izada de bandera, asisten autoridades civiles, militares y… ¿religiosas? Todo con cierto aroma a otros tiempos. El acto es temprano, a primera hora. No sabemos a ciencia cierta si iba a estar amenizado con sones de cornetas y timbales, es lo de menos y, cuando van a buscar la bandera… ¡Tachán! ¡No está! No la encuentran. Ante el desconcierto general: nervios a flor de piel, ¡maldito protocolo!. Por fin dan con la de repuesto y se culmina el acto con todo el boato y esplendor que merece la ocasión.

Pero la cosa no termina allí, hay que averiguar qué ha pasado. Imaginen la escena “yo no sé nada”, “ayer estaba aquí”, “te juro por lo más sagrado que la dejé en este mismo lugar”… Revisan cámaras de seguridad (sin intervención del CNI, ni Pegasus ni nada) y dan con la clave. La noche de Carnaval, un joven estudiante de 21 años, llevado por, suponemos, alguna copa de más o tan solo por la euforia de una fiesta, hace una gamberrada. Sí, una gamberrada de esas que, cuando ustedes sufridos lectores hacían o han escuchado que se han hecho tanta gracia les provoca todavía.

Ese joven de 21 años, estudiante, que podría ser perfectamente su hijo, decide sin tener conocimiento (o sí, es lo de menos) del acto del día siguiente, saltar la valla y llevarse de recuerdo de tal hazaña nada menos que la bandera patria. Insignia y símbolo sagrado que se puede adquirir en cualquier bazar de chinos. Cierto, una gamberrada. Lo grave viene después, cuando esa gamberrada, puede ser no, va a ser juzgada por lo civil o incluso por lo militar y le puede suponer ¡ingresar en prisión! ¿Violencia? ¿Destrozo de bienes? ¿Agresión? No, nada de eso.

La noticia ha saltado a los medios en medio de la preparación del desfile de la Victoria, perdón, del día de las Fuerzas Armadas. Ya saben, veremos pasear a la cabra que siempre es muy tonificante. El protocolo de tal desfile exige de los varones rigurosa etiqueta y traje oscuro (a las damas ni se las menciona) y seguramente será un día de emociones vibrantes mientras el público baila al ritmo de la música militar (ya saben, esa de la canción de la Mala Reputación).

Mientras tanto, un joven estudiante de 21 años se juega su ingreso en prisión… Feliz día de las Fuerzas Armadas, o como se llame ahora. Todo nuestro cariño y apoyo al joven gamberro a quien no conocemos. No nos importan ni sus motivos ni sus creencias ni su ideología, hablamos de derechos civiles.

Asamblea Izquierda Unida Huesca La Hoya