Es posible que, en ciertos sectores de la sociedad aragonesa, haya resultado, cuanto menos, chocante la posición que, como concejal de IU en el Ayuntamiento de Benasque, he adoptado de no apoyar la conversión del actual Parque Natural Posets-Maladeta en Parque Nacional. Me gustaría, en primer lugar, dejar claro que la posición de Izquierda Unida, y la mía propia, ha estado siempre en defensa de la búsqueda de un equilibrio entre desarrollo sostenible y conservación del medio natural, por tanto, en la búsqueda de un equilibrio entre la economía, la población y el medio ambiente. Dicho esto, cabría preguntarse cuál es la razón por la que decidí, personalmente, no apoyar la conversión del Parque. Obviamente, como persona del territorio, conocedor del medio concreto, de sus habitantes y del proceso que ha rodeado esta conversión, lo primero que creo que procede decir es que ,pese a que se dijo lo contrario, el proceso ha tenido escasa información pública, poca posibilidad de contrastar opiniones y de buscar consensos y ha quedado resumido a la simple opción de una consulta ciudadana no vinculante ya celebrada. Por otro lado, la sensación permanente, que siempre he tenido, es que la única obsesión del Gobierno aragonés es la de estar preparando un Parque “a la carta”, presentando extraoficialmente un “proyecto” que reduciría las hectáreas protegidas actuales, algunas de ellas de elevada sensibilidad ambiental. Igualmente, se presentaba una idea con un mensaje exclusivamente “comercial”, que el Parque Nacional aumenta las posibilidades del turismo, una idea sin duda loable, pero que no puede ser el único motivo a la hora de plantear la conversión. Todo ello junto a que, desde mi punto de vista se ocasionaban algunos perjuicios por tener una legislación más restrictiva, me llevaron a plantear ante los vecinos y vecinas de Benasque una posición de no a esta conversión.

Creo que el gran beneficiado de todo esto ha sido el Gobierno de Aragón, el cual tiene poca voluntad de proteger zonas de Aragón mucho más necesitadas que el Parque Natural de Posets Maladeta, zonas carentes de protección como el Anayet o Monegros que, pese a existir compromisos políticos incluso con Europa, no avanzan, o nuestros valles vecinos de Castanesa y Ardonés sobre los que todavía se especula, valga la redundancia, con la macroampliación de estación de esquí de Cerler. Y creo que esto le ha ayudado a lavar su imagen con un proyecto de Parque Nacional bajo un proceso de conversión con serias deficiencias que, de haberse confeccionado de abajo a arriba, con los procesos de participación suficientes y valorando y explicando bien los beneficios y perjuicios de todo tipo que se generan, hubiera sido positivo y, seguramente, el referéndum hubiera dado otro resultado.

Sin duda, el referéndum no es el final, ya que el Gobierno de Aragón debería, si tan interesado está en esta conversión, comenzar un nuevo proceso desde el territorio. Entre tanto, existen otros foros abiertos, como la Carta Europea de Turismo Sostenible, que podrían representar una gran ocasión de involucrar a la ciudadanía y, a partir de ahí, sentar las bases en el valle para colocarnos en “el mapa” de modelo de turístico internacional sostenible ayudando con ello a nuestra población a progresar económica y socialmente de una manera equilibrada y responsable con nuestro entorno. Y ya puestos, ¿por qué no un Parque Internacional en el Pirineo con un proceso participativo ejemplar?. En definitiva, la calidad turística, junto al desarrollo sostenible de nuestro valle, es lo único que ayudará al desarrollo de los ciudadanos y preservará lo que, sin duda, es una de las joyas de Aragón, el valle de Benasque y el Parque Natural de Posets Maladeta. Trabajar juntos, de abajo a arriba con esa idea, es el mejor camino.

Rafael Cortés

Concejal de IU en el Ayuntamiento de Benasque