Llevamos mucho tiempo preocupadas por el clima de confrontación y de criminalización que hace la extrema derecha de los colectivos migrantes, señalándolos una y otra vez como culpables de cuestiones que son generadas por un sistema capitalista que no critican.
Esta cuestión no tendría más recorrido que la pugna ideológica que se desarrolla en la sociedad si no fuera por cómo se están alimentando estos bulos de manera irresponsable por comentarios y decisiones comunicativas del propio gobierno de Aragón o de algunos medios de comunicación que solo recogen opiniones de una parte del vecindario que se identifican con el clima que ha construido la extrema derecha y lo reproducen.
Nuestra extrema derecha no se preocupa por las condiciones de vida de las personas que habitamos el territorio ni de cómo nos afectan las políticas neoliberales que impulsa Estados Unidos y que ellos aplauden. Nuestra extrema derecha solo se preocupa en aislarnos de nuestros vecinos y uniformizarnos, señalando al diferente, ofreciéndonos un país en blanco y negro que, de llevarse a cabo, no soportaría ningún contraste con la realidad.
Aunque se ha hablado del cordón ideológico a estas ideas desfasadas y contrarias a los derechos humanos, sus propuestas siguen estando en el foco y son replicadas por un Partido Popular, que asume la agenda reaccionaria, y por una parte minoritaria de la sociedad a la que se visibiliza, mientras la mayoría social, que se siente escandalizada pero que no alza la voz, permanece invisible
Creemos que es necesario alzar la voz y decir claramente que no compramos este falso relato, que estamos cansados de sus mentiras y bulos que están dañando a nuestra sociedad y que sería buen momento para canalizar todo ese odio y esa rabia hacia los verdaderos culpables de las condiciones de vida que reproducen la pobreza y la precariedad, que son esos intereses económicos que fagocitan recursos públicos y engordan capitales privados mientras se degradan las condiciones de vida de la gente vulnerable y la clase trabajadora.
Creemos que es necesario que los medios de comunicación sean conscientes de dónde se pone el foco y qué significa ponerlo, porque lo que se recoge como anecdótico también construye relato, sobre todo cuando se replica constantemente.
Nos preocupa que, en el tratamiento mediático de la migración, persiste un sesgo reiterado como es la sobrerrepresentación de los aspectos negativos frente a los positivos. Los titulares alarmistas y los discursos que vinculan la migración con la inseguridad o la carga económica contribuyen a construir una narrativa parcial, que invisibiliza la riqueza humana, cultural y económica que aporta la población migrante. Este enfoque no solo distorsiona la realidad, sino que alimenta prejuicios y fomenta la polarización social. Y es que convertir a las víctimas del sistema en culpables no es periodismo, es propaganda clasista.
Desde Izquierda Unida Aragón denunciamos esta criminalización de la pobreza y exigimos, frente a la lógica del castigo y la exclusión, el desarrollo de políticas que garanticen el acceso universal a una vivienda digna, a servicios sociales adecuados y a planes reales de acompañamiento e inserción, sin discriminación por origen o situación administrativa.
La vulnerabilidad y la pobreza no se combaten con redadas ni con titulares sensacionalistas sino con una firme voluntad política y con un profundo compromiso con la igualdad.
Marga Deyá, responsable de Derechos Sociales y Feminismo de IU Aragón
Artículo publicado en AraInfo