El responsable de Movimientos Sociales y Solidaridad de Izquierda Unida de Aragón, Álvaro Sanz, Pablo Muñoz, concejal del grupo municipal de IU en Zaragoza, y el abogado Luis Mangrané han denunciado hoy la masacre de tres campesinos y mineros en el Sur de Bolívar (Colombia) a manos de grupos paramilitares.Los hechos tuvieron lugar apenas una semana después de que la II Caravana Internacional por la Vida y el Territorio, organizada por Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia, de la que los tres eran integrantes, visitara la zona de la masacre.

No en vano, el objetivo de dicha Caravana era la recopilación de testimonios y denuncias sobre la difícil situación que atraviesan las comunidades de la región colombiana del Sur de Bolívar en materia de derechos sociales, derechos humanos, económicos y ambientales.

Concretamente se cierne sobre la zona una situación de espolio, despojo y desplazamiento de las comunidades provocada por los planes de desarrollo impulsados por el estado y las multinacionales principalmente de la minería y de la industria del agrocombustible para la generación de diésel a partir de palma aceitera.

Estos motivos, sumados a la permanente violación de los derechos humanos por parte del estado y los grupos paramilitares, provocaron el llamado de las organizaciones de la zona a la comunidad internacional, dando pié a la realización de esta misión de verificación y observación de Derechos Humanos, Económicos, Sociales y Culturales que se se desarrolló entre los días 3 y 12 de agosto y en la que participaron 40 representantes de 8 nacionalidades (España, Francia, Gran Bretaña, Japón, Argentina, Canadá, Estados Unidos, Colombia).

Lamentablemente los hechos vuelven a confirmar las denuncias recogidas por la misión internacional sobre violación de derechos humanos, cuando apenas trascurrida una semana de su visita, 20 paramilitares (extrema derecha), uniformados y con la cara cubierta, armados con fusiles e identificándose como Águilas Negras (uno de los grupos paramilitares más activos) entraron en el sitio denominado Casa Zinc, ubicado dentro de la zona visitada por la caravana, congregando en la plaza a todos sus habitantes, seleccionaron a 3 personas (un tendero, un joven minero y un campesino), les ataron y les torturaron en presencia de conjunto de la población para, finalmente y tras cortarles la lengua a dos de ellos, asesinarlos como medida de presión e intimidación hacía la población incitándola a que abandonara su territorio.

Sorprende que apenas un día antes fuerzas del Batallón Nariño del ejército colombiano, de forma inusual, se acantonaron a 20 minutos escasos del lugar de la masacre. El día de los hechos a pesar de encontrarse en las cercanías y de que la duración de los actos criminales fue prologada, las fuerzas militares no intervinieron en ningún momento para evitar la masacre. Cabe resaltar que este Batallón ha sido acusado en diferentes ocasiones de actitudes de connivencia con los grupos paramilitares.

“Estos hechos criminales corroboran las denuncias recogidas por la Caravana Internacional y vienen a engrosar la larga lista de violaciones de derechos humanos a las que se ve sometida la población civil de la región que plantea alternativas al modelo de desarrollo impulsado por el estado colombiano y las transnacionales” afirman Sanz, Muñoz y Mangrané desde Bogotá, y finalizan adelantando que a su regreso expondrán el resultado del trabajo realizado por la II Caravana Internacional por la Vida en el Sur de Bolívar recogido en un informe final presentado hoy en la capital del estado Colombiano.