Artículo de Vicente Guerrero publicado el 19 de noviembre de 2021 en el Heraldo de Aragón

El próximo lunes 29 de noviembre de 2021 el tren que sale de Zaragoza Delicias a las 6.10 horas de la mañana detendrá definitivamente su locomotora en la estación de Binéfar a las 7.51 horas, a solo 29 minutos de la estación de Lleida y a escasos 45 kilómetros de distancia. Se cumplirá el trenicidio del consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda de la DGA, José Luis Soro, respaldado por sus socios de gobierno PSOE, CHA, PODEMOS y PAR y con el beneplácito del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lamban.

Esta decisión no solo rompe las conexiones entre poblaciones vecinas, entre amigos, entre familiares… sino que también romperá proyectos de vida y destruirá familias e ilusiones. Proyectos de vida como el de Ana, zaragozana que tras mucho esfuerzo y varios años de interina, recientemente ha aprobado las oposiciones que estaba preparando. Cuando le llegó el momento de elegir destino tuvo claro que sería Lleida, por la proximidad a Zaragoza y porque le permitía conciliar su vida laboral y familiar, la existencia de este tren fue determinante a la hora de decidir.

Este tren es el único medio de transporte público que le permite estar en su puesto de trabajo antes de las nueve de la mañana, hora límite de fichar. Ana no tiene coche y si este tren desaparece no podrá ir a trabajar. Ya se está planteando renunciar a su plaza de funcionaria. Resulta frustrante que después de tantos sacrificios deje de trabajar por la eliminación de este servicio.

Proyectos de vida como el de Rosario, también de zaragoza y funcionaria de la Administración de Justicia. Después de muchos años de esfuerzo ha conseguido aprobar la oposición. Se presentó en Cataluña con la ilusión de poder trabajar en Lleida y así poder conciliar su vida familiar, sin tener que abandonar la Comunidad donde siempre ha residido. La eliminación del tren ya no le permite dormir.

Proyectos de vida como el de Manuela, madre de tres hijos que ha luchado con mucho sacrificio, casi media vida, para aprobar la oposición. El tren de la mañana es su única posibilidad de conciliar el trabajo en Lleida y con su atareada vida familiar. Proyectos de vida como el de Itziar, funcionaria de Justicia de la última promoción que tomó posesión el pasado 2 de noviembre. Hace tres años, cuando aún no se sabía lo que era la COVID, eligió como destino Lleida, puesto que el número de plazas era muy superior al de todo Aragón y había una excelente comunicación ferroviaria con Zaragoza, donde vive con su pareja y dos niños pequeños.

Proyectos de vida como el de Verónica que lleva trabajando de interina en la Administración de Justicia trece años, estudiando cada tarde desde entonces para aprobar la oposición. Cuando, después de tanto sacrificio lo consigue, y por fin le llega la ansiada estabilidad y tranquilidad laboral se encuentra que la supresión de un tren le puede obligar a dejar el trabajo al no tener otra alternativa de transporte. Tras años de estudio su buena nota le permitió optar a una plaza en Lleida y conciliar su vida personal y laboral. Tras haber tomado posesión de su plaza recientemente se puede encontrar con que tenga que renunciar al trabajo que tantos años le ha costado conseguir. Verónica tiene una niña de un año y no puede conducir cada día tres horas y media puesto que muchas noches no duerme y no se encuentra con fuerzas para conducir. Verónica también llora todas las noches cuando ve que su sueño de trabajar se le va entre los dedos por una decisión administrativa.

Desde estas líneas, en nombre de Ana, Rosario, Manuela, Itziar, Verónica y de otras muchas mujeres y hombres que necesitan y utilizan este medio de transporte público para trabajar y conciliar su vida personal, le volvemos a pedir, una vez más, que no suprima la conexión con Lleida, que siga invirtiendo en el tren, que siga invirtiendo en el bienestar y la salud emocional de sus ciudadanos.

Mientras, siga negociando con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y RENFE, lleguen a acuerdos con el estado central, pero no tomen como rehenes a la población. La inversión del trayecto, inferior al millón de euros, no puede compensar bajo ningún concepto el sufrimiento que esta ocasionando a tantas aragonesas y aragoneses, que solo ansían trabajar y vivir en libertad con sus familias.

Rectificar es de sabios y de justicia.