Hoy 18 de diciembre es el día internacional del migrante y desde las áreas de juventud y de migraciones de Izquierda Unida queremos visibilizar y denunciar la situación que atraviesa el país que ha obligado a que entre 2008 y 2013, según el INE,  más de dos millones de personas abandonen el Estado Español, de los cuales un 12% eran de nacionalidad española y un 88% de otras nacionalidades.

Estas cifras son una muestra más de la dramática situación en la que nos encontramos, consecuencia de la crisis y de las políticas de austeridad,  que han dado lugar a tasas de desempleo sin parangón y al incremento alarmante de la pobreza. Sin duda, la emigración forzosa de miles de personas está estrechamente vinculada a la crisis económica y a las políticas de austeridad iniciadas en la UE bajo los dictados de la Troika que arrodillaron a los Gobiernos del PSOE y del PP a partir de mayo de 2010. Además, estas consecuencias las sufrimos con mayor dureza la juventud, que en los últimos 4 años ha visto como el 90% de desempleo creado era de personas menores de 35 años.

Desgraciadamente la historia se repite, volvemos a emigrar como ya lo hicieron nuestras abuelas y abuelos, huyendo de la dictadura en busca de trabajo. Ahora es el Régimen del 78 en crisis el que nos expulsa. Un modelo productivo al servicio de banqueros criminales que desahucian a las familias de sus casas y de empresarios corruptos que compran y corrompen a gobiernos; un modelo productivo basado en la especulación, el ladrillo y el turismo al que no le importan las personas.

Porque los gobiernos del Régimen sólo tiene una estrategia: hacer uso de la emigración como una vía de reducción del desempleo. La falta de voluntad política de llamar a las cosas por su nombre, la ausencia de organismos que hagan un registro serio y fidedigno de los datos actuales de emigración y los repetidos intentos del Gobierno central y los gobiernos regionales del PP en desvincular la crisis económica y la emigración, sólo obedecen a esta estrategia. Mientras, el Gobierno financia la estafa de la crisis inyectando más de 500.000 millones en ayudas y avales a la banca sin que se atisbe ninguna mejora económica y de creación de empleo.

Frente a ello, miles de jóvenes se han organizado en el extranjero demostrando que la lucha también traspasa fronteras. Allí dónde esos miles de exiliados  y exiliadas están, es donde ha surgido la Marea Granate. Nacida al calor de los movimientos sociales en el Estado Español, hoy se configura como el espacio de organización y resistencia en el exilio, que cada día denuncian desde el extranjero las causas que les han llevado a emigrar, reclamando una salida digna a esta crisis. Por ello, desde Izquierda Unida queremos manifestar nuestro apoyo a lo que parece va a ser una movilización creciente organizada desde el exterior.

Al mismo tiempo, es curioso e hipócrita ver como a la vez que miles de jóvenes españoles y españolas llenan los aeropuertos y estaciones de tren para buscarse la vida en otros lugares, llevándose en su maleta el futuro del país, se instalan cuchillas en las fronteras con el objetivo de herir a las personas migrantes que vienen otros países. ¿Qué diríamos si los gobiernos de Alemania, Inglaterra o Francia pusieran en sus fronteras cuchillas para evitar que entráramos las y los miles de jóvenes exiliados? ¿Cómo se puede defender desde un Gobierno la puesta de cuchillas en las fronteras del sur mientras miles de jóvenes de su país atraviesan al mismo tiempo las fronteras del norte? Porque quienes se amontonan en las fronteras del sur anhelando entrar en nuestro país huyendo de las dramáticas situaciones de sus lugares de origen, no son diferentes de quienes nos vemos abocados y abocadas a exiliarnos en el Estado Español. En sus ojos se refleja el mismo miedo y la misma incertidumbre con la que las y los jóvenes llegamos a los destinos de acogida, pero con una grandísima diferencia, ellos se juegan la vida en el intento de buscarse un futuro digno. Las cuchillas instaladas en las fronteras de Ceuta y Melilla hieren, cortan e incluso ponen en riesgo la vida de las personas; no son medidas disuasorias, porque el hambre y la desolación traspasan fronteras.

Sigue siendo curioso que no se analicen las causas por las cuales una persona hace su maleta, deja atrás su tierra, a su gente, su cultura, sus proyectos… y se embarque en un futuro incierto y peligroso pero a la vez esperanzador porque sólo se pone el énfasis en las consecuencias. Nadie dice ni señala quienes son los culpables de que esas personas no encuentren en su entorno la manera para ganarse la vida y contribuir con su trabajo a que su sociedad mejore y evolucione. Pero es evidente que hay unos claros responsables de ello. Los culpables son la banca, las grandes corporaciones, el capital, que juegan con las personas y manejan a los países en función de sus propias necesidades de producción para obtener más y más beneficios. La banca y las corporaciones que apoyan dictaduras, socaban democracias y compran gobiernos, para que luego éstos legislen en función de sus intereses de clase y no en beneficio de la mayoría social a la que se deben.

Sigue siendo curioso que esto no se haga, y sin embargo, se señale al migrante como un problema de la crisis y no como a una víctima. Se criminaliza al inmigrante que llega, mientras se alaba la ‘valentía’ del emigrante que se va. Se construyen cárceles ilegales como son los Centros de internamiento para extranjeros (CIEs), como si fueran delincuentes por cometer una falta administrativa. Se les persigue desde los servicios y fuerzas de seguridad del estado en los espacios públicos simplemente por sus rasgos físicos, lo que son verdaderas redadas ilegales. Se les señala como responsables de la escasez de los recursos públicos, despojándoles de derechos fundamentales como es la sanidad pública. En resumen, se les criminaliza y estigmatiza, sin darnos cuenta que este amigo o amiga o familiar nuestro que se ha ido, puede ser visto en su lugar de destino como otro inmigrante sometido al racismo institucional del país de acogida

Desde Izquierda Unida queremos señalar hoy que las migraciones masivas son fruto de un sistema injusto, este capitalismo feroz que nos ahoga, que expulsa de su entorno a las personas y además los criminaliza. En este sistema, existen culpables y queremos que sean ellos quienes paguen, no debemos y no pagamos, ni la deuda, ni la crisis ni sus consecuencias. Por eso hoy más que nunca, tanto las que emigramos al norte como las que vienen emigrando desde el sur, partimos de una realidad injusta y por tanto, de un mismo marco de lucha. Por eso, unidos y unidas en solidaridad con toda la población migrante animamos a que allá donde vayan se organicen y luchen.

Porque todas y todos somos migrantes!!!

Áreas de Juventud  y Migraciones de Izquierda Unida