aloramos de forma positiva que la vuelta a las aulas del alumnado se haga bajo el criterio de “presencialidad”, aunque ésta debe acompañarse de una serie de condiciones que permitan hacer frente al proceso de transmisión comunitaria producido por la variante Ómicron.

Ek Departamento de Educación ya se está preparando para lo que pueda venir después de las vacaciones de la Navidad al recuperar una de las medidas que puso en marcha el curso pasado como es la cobertura diaria de las bajas que puedan producirse en el sector del profesorado. Para nuestro Coordinador y portavoz parlamentario, Álvaro Sanz, esta medida es indicativa de las previsiones “pesimistas” que baraja Educación.

Ante esta situación de transmisión comunitaria que tiene colapsado el sistema de Atención Primaria, apostamos por la adopción de medidas en los centros educativos que frenen dicha transmisión. Unas medidas que fueron útiles el curso pasado y que en éste se han retirado como es recuperar nuevamente el criterio de ratios más bajas y de desdobles a partir de 20 ó 22 alumnos/as. “No entendemos que Educación no lo desarrolle este curso con un virus infinitamente más contagioso”, señala Sanz que recuerda que, aunque el proceso de vacunación está muy avanzado, no evita la transmisión comunitaria del virus por lo que considera “fundamental” recuperar las distancias mínimas de seguridad interpersonal en las aulas. Una norma, cabe recordar, que ya se abandonó el año pasado a pesar de ser una de las medidas básicas frente a la pandemia.

En su opinión, de cara a mantener esta distancia mínima se deberían introducir

también desdobles y ratios bajas en aquellos centros con dificultades derivadas de la pandemia.

Una de las críticas a las políticas desarrolladas por el consejero de Educación, Felipe Faci, es su falta de “unidad de criterio” porque, en algunos casos, utiliza criterios de pandemia y, en otros, utiliza criterios de “nueva normalidad” que, a la vista de la situación general del territorio, no solamente no existe sino que está colapsando la respuesta sanitaria. El ahorro presupuestario, la no contratación del personal docente necesario y carencia de criterios de defensa de la salud del alumnado son las “señas de identidad” de la gestión de Faci.

Por último, Sanz muestra su preocupación por la capacidad del sistema para posibilitar la conciliación cuando se cierren aulas o se produzcan los contagios en los centros. De hecho, planteamos una enmienda a los presupuestos de Aragón para 2022 para que se pudiera poner en marcha un programa de apoyo a la conciliación en esta situación que no se aceptó.

En estos momentos, la infancia no vacunada que sea contacto estrecho debe guardar confinamiento domiciliario durante al menos una semana, pero las familias no tienen derecho a baja si no son positivos y si son contactos estrechos pero están vacunados, tampoco. Los abuelos, quienes dispone de ellos, tampoco son una opción porque son el colectivo más vulnerable frente al virus.

Para Sanz, esto evidencia que los cuidados vuelven a tener que solucionarlos los hogares sin un sistema público de apoyo que lo facilite, por eso considera “imprescindible” que los centros educativos tomen las medidas necesarias para evitar la transmisión comunitaria en ellos y reducir los problemas que derivan de esto.

Por todas estas razones, hemos registrado una serie de preguntas parlamentarias con el objetivo de hacer ver al Departamento de Educación que, en un primer lugar, es necesario admitir que estamos en una situación de pandemia muy delicada y, en segundo, que sería necesario volver a las ratios bajas y desdobles para protección del alumnado, de sus familias y del profesorado.