El grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Estadilla ha solicitado, formalmente, al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón que se adopten de forma urgente las medidas cautelares necesarias para garantizar la conservación de Trapezodirus Carrodillae en Las Grallera de Estadilla e inmediaciones y se proceda a la catalogación de esta especie de acuerdo con el Decreto 49/1995 de 28 de marzo de la Diputación General de Aragón, por el que se regula el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón en la categoría de “Especie en peligro de extinción”.

IU, que también ha solicitado que se paralice el expediente de la explotación de las canteras Julia y Lucía que la empresa catalana Jetprom S.L. quiere explotar en la Sierra de la Carrodilla, ha trasladado esta petición ante el grave peligro para esta especie, única en el mundo, que supone el proyecto.

“La existencia del Trapezodirus Carrodillae fue obviada en el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto de explotación de estas canteras”, denuncia el concejal de IU en el Ayuntamiento de Estadilla, Adrián Perna, quien añade que “el Gobierno de Aragón debería proteger este entorno tal y como recoge la Ley 6/1998 de 19 de mayo de Espacios Protegidos de Aragón (BOA de 3 de junio de 1998) para permitir conservar el hábitat único de una especie”.

El Trapezodirus Carrodillae fue descubierto a escasos 100 metros de esta sierra de la Carrodilla. El día 2 de julio se cumple el centenario del descubrimiento en la sima de Las Gralleras de Estadilla por parte del biólogo francés René Jeannel y el científico Emile Racovitza de un coleóptero que llamaron Speophilus Carrodillae. “Este acontecimiento –continua Perna-convirtió a Estadilla en la ‘localidad típica’, que es como se conoce en biología al lugar donde se descubre una nueva especie”.

“Varios ejemplares del trapezodirus se enviaron al Museo Nacional de Historia Natural de París, donde se conservan, y este insecto solamente se ha localizado en la provincia de Huesca, en las Gralleras de Estadilla y en San Quilez (Estopiñán del Castillo)”, apunta.

En nuestra comunidad autónoma existen otros coleópteros como la Osmoderma Eremita que están catalogados como fauna sensible a la alteración de su hábitat, o bien, el Capricornio de la encina o la Rosalía alpina que están catalogados como fauna de interés especial.

Perna critica “la incoherencia de las Administraciones porque, mientras está prohibido cortar una encina, no ponen ningún reparo en conceder los permisos para que desaparezca una montaña y, más aún, cuando la repercusión económica de las canteras explotadas por la empresa catalana en la localidad sería prácticamente nula”.

“La desaparición de una especie, única en el mundo, no nos tiene que dejar indiferentes aunque se trate de un coleóptero. Tenemos que cuidar nuestra biodiversidad, si no lo hacemos nosotros, quién lo hará”, advierte y concluye que “otras especies protegidas como el Águila Perdicera y el Quebrantahuesos también se verían seriamente afectadas por las explotaciones mineras”.