Comenzamos una campaña para animar a todas las familias a que escolaricen a sus hijas e hijos en la enseñanza pública. Una escuela pública aragonesa aconfesional y científica, que, en su opinión, debería avanzar en la laicidad suprimiendo el horario lectivo dedicado a las religiones, de manera que éstas salgan del horario lectivo escolar y se impartan en el ámbito privada de cada confesión religiosa.

Defendemos una escuela pública aragonesa “integradora e inclusiva”, que luche contra la “segregación” escolar que se produce hoy en los centros escolares públicos y concertados aragoneses, por razones religiosas, ideológicas, sociales y económicas.

“Una escuela pública aragonesa con equidad e igualdad de oportunidades para el alumnado, sea de donde sea, venga de donde venga y  tenga el origen familiar que tenga”, señala nuestro Coordinador General, Álvaro Sanz, quien denuncia que la enseñanza pública en Aragón no puede tener el personal docente peor tratado de España como denuncian los sindicatos, por lo que aboga por una escuela pública aragonesa con más calidad, que mejore sustancialmente las condiciones actuales y avance de manera decidida en una financiación, que se sitúe al menos en la media española y aspire a alcanzar la media europea en poco tiempo.

Para que esto ocurra, Sanz cree que el Departamento de Educación debe dar un “paso adelante” e introducir muchas medidas que supongan la mejora de la calidad educativa en nuestros centros escolares públicos.

Apostamos por la red de educación pública y creemos imprescindible que las familias y el resto de la sociedad reconozcan y confíen en la labor educativa, social y de futuro que tiene la enseñanza pública. “Es necesario que se respalde a los centros educativos públicos y a sus docentes, auténticos garantes de la calidad educativa y exponente de los valores de la enseñanza”, concluye.