En IU Aragón lamentamos que a día de hoy los derechos humanos no hayan logrado universalizarse y denuncia que en países, incluida España, sean vulnerados cada día. Apuntamos además que la lucha contra la COVID-19 trae consigo la lucha por la universalidad de la salud.

Zaragoza, 10 de diciembre de 2020.- La historia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es la historia de las potencias mundiales reconociendo que sus ansias de poder solo han traído muerte, miseria y hambre. Y lo hicieron en un momento de posguerra, tras la Segunda Guerra Mundial, cuya conclusión fue que el fascismo es una ideología que no debe ser banalizada. La Declaración de Derechos Humanos fue un ejercicio de reflexión en caliente que dio lugar a un contrato social que establecía bases comunes para evitar más grandes tragedias y que el mundo caminara hacia el disfrute de todos sus derechos y libertades.

Hoy 10 de diciembre, día de los Derechos Humanos, desde Izquierda Unida Aragón recordamos, sin embargo, que dicha carta de derechos humanos, pensada de Este a Oeste y no de Norte a Sur, no ha logrado universalizarse. En el mismo contexto se estableció el derecho internacional como instrumento de vigilancia para que todos los gobiernos respetasen los derechos humanos, pero estos siguen siendo vulnerados.

Sucede en el mundo, en los procesos de colonización abiertos que sufren el pueblo saharaui, el palestino, el kurdo o el mapuche, y aquí mismo, en nuestros barrios. Ayer mismo en Zaragoza o Huesca solo la lucha popular logró poner freno al desahucio de dos familias mientras las instituciones públicas seguían sin ofrecerles una alternativa habitacional. El derecho a la vivienda es un derecho universal. En la constitución española actual se recoge el derecho a una vivienda digna y adecuada, pero solo como disposición informadora no vinculante.

“Esto es toda una contradicción porque los instrumentos y pactos internacionales de los que España es país firmante dejan claro que el derecho a la vivienda, igual que el derecho al trabajo, a la libertad de expresión, entre otros, son derechos fundamentales y universales. Por eso, ayer miércoles IU Aragón se unió a la concentración en Zaragoza por un proceso constituyente, porque es necesario blindar los derechos sociales, económicos y laborales y garantizar la vida digna de la mayoría social”, explica Álvaro Sanz, coordinador general de IU Aragón.

La universalidad de la justicia también está quebrantada. La justicia social no es un lujo intelectual, sino lo contrario a lo que se siente cuando en el cajero automático se ve cómo el banco ha succionado parte del salario. Es lo contrario a lo que se siente esperando en una fila interminable en un centro de salud o haciendo unos trámites en el Inaem que terminan sin resultado esperado. La justicia social es lo contrario al sentimiento de impotencia y rabia que se siente en un centro de trabajo en el que no se cobran las horas extra.

“Hoy, además, en plena pandemia de la COVID-19 y habiéndose profundizado en esta crisis aún más la vulnerabilidad de millones de personas en todo el mundo, es imprescindible que luchemos para que la vacuna que inmunice contra esta enfermedad sea universal. Abogamos por un acceso globalmente equitativo de dicha vacuna, de Norte a Sur y de Este a Oeste, y que esto sirva como lección para aprender que los medicamentos deben ser un bien público, no un bien de mercado”, continúa Sanz.

En IU Aragón seguiremos trabajando para lograr una verdadera universalidad de los derechos de las personas, para que estos se alcancen y se concreticen.