(Artículo publicado el 24 de octubre en El Periódico de Aragón)

No se si se han enterado, pero hay huelga en el futbol femenino. Estoy segura de que si fuera en el fútbol masculino, ni el procés ni sus consecuencias, habrían tapado la noticia.

Pero, son las mujeres quienes están dispuestas a ir a la huelga. ¿Motivos? Muchos y variados. Reclaman un salario mínimo anual, exigen sus derechos laborales vinculados con su posible maternidad, exigen su derecho a unas vacaciones y reclaman defensa clara ante situaciones de acoso sexual en el trabajo.

Vamos, nada que no reclamen y tengan derecho los trabajadores y que, en el caso de las trabajadoras se ve agudizado por las consecuencias de vivir en una sociedad machista y patriarcal. Evidencias innegables de tener una sociedad en la que, digan lo que digan, no es efectiva la igualdad real y hay una profunda brecha salarial, laboral y social a favor de los hombres.

La mujer, en todos los ámbitos sociales y laborales, también en el fútbol, está profundamente discriminada.

Ahora que el fútbol se fija en las mujeres y los equipos femeninos, ahora que el fútbol femenino es objeto de atención por los medios de comunicación, ahora que los grandes clubes masculinos tienen su «equipo femenino» y se habla de los récords de asistencia a los partidos jugados por ellas, ahora que el fútbol femenino empieza a generar negocio, tenemos a las mujeres futbolistas reclamando derechos tan básicos como un salario mínimo anual de 16.000 €, además de sus derechos a vacaciones, a bajas maternales, a la conciliación de su vida social y familiar y a no sufrir acoso en su trabajo.

La huelga sigue siendo un elemento de lucha por nuestros derechos. El caso del fútbol femenino es un ejemplo claro de lo que sufren las mujeres trabajadoras. Es la discriminación pura y dura por el mero hecho de ser mujer. Puedes ir al BOE del 8 de Diciembre de 2015, y ver publicado el convenio colectivo del fútbol masculino. El convenio está en vigor hasta el año 2020. Hablo de datos oficiales que todo el mundo puede consultar. Fija un salario mínimo, recuerdo mínimo porque esto no reza para los Messi y compañía (se ha publicado que el argentino del Barça cobró 126 millones la temporada pasada).

Ciñéndonos a los salarios mínimos garantizados que fija el convenio en vigor, para los jugadores de Primera es de 155.000 euros y de 77.500 euros para los de la Segunda División A. Cantidades actualizables todos los años al IPC (vamos, como las pensiones). En este salario mínimo no cuentan los derechos de imagen ni otros negocios que, tanto a los clubes como a los futbolistas, les generan ingresos añadidos.

Eso son 14 pagas de poco más de 11.000 euros al año y unos 5.300, respectivamente.
Como puede verse, la discriminación salarial hacia la mujer es igual, o más si cabe, de sangrante que en el resto de ámbitos laborales. Un futbolista tiene un salario mínimo 9,68 veces mayor que el que reclama, aún no lo tiene, una futbolista. Tampoco está de más preguntarse por la brecha salarial de los futbolistas hombres con respecto a la media de trabajadoras y trabajadores.

Como bien sabemos, Unidas Podemos forzó al PSOE a subir el salario mínimo interprofesional a 900 €. Eso significa que el SM de un jugador de 1ª división es 12,2 veces superior al de un/a trabajador/a y el SM de un jugador de 2ª es 5,88 veces. Significa, también, que el jugador peor pagado de segunda división está en ese club que integran quienes más cobran en este país. Ese  selecto club se corresponde con el 10% de los mayores sueldos conocidos, y reconocidos por Hacienda, que hay en este país. Significa, en definitiva, que el 90 % de trabajadores y trabajadoras de este país, ya no hablo de pensionistas, parados/as y de aquellos/as que sufren la pobreza, está, salarialmente hablando, muy por debajo de cualquier futbolista de 1ª o 2ª división.

El fútbol es así, dicen. No, lo de la discriminación de la mujer, no es cosa del fútbol solamente. Es, lamentablemente, general. Esto si que es un asunto de Estado que está sin resolver y nos afecta mucho más que las guerras de banderas. Este es uno de los muchos goles que nos meten.

Marta Abengochea
Responsable de Igualdad de Zuera
(Somos Zuera-IU)