El concejal Pablo Muñoz ha lamentado esta “campaña de lavado de cara” de la marca comercial y ha expresado el apoyo del grupo municipal de IU a las reivindicaciones recogidas en el último manifiesto de Plataforma de Profesionales de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Zaragoza
“La política de Acción Social en el Ayuntamiento de Zaragoza está profundizando en una mala deriva cuando bajo el programa Redistribuye se mezclan conceptos, tal y como ha sucedido recientemente con la adhesión de la marca Coca Cola al Círculo de Donantes del Programa liderado por Roberto Fernández”. De este modo, el concejal que representa a IU en la Comisión de Acción Social, Pablo Muñoz, ha lamentado la decisión de Fernández y ha señalado que “no todo vale para financiar las políticas públicas”.
“Es muy cínico intentar vincular una imagen como la de Coca cola, que es reconocida internacionalmente como un icono del consumismo, al concepto de solidaridad con las personas que sufren la pobreza”, ha insistido Muñoz. “El Ayuntamiento no debe colaborar con políticas de lavado de cara a costa de los que peor lo están pasando
Flexibilizar las ayudas de urgencia
Pablo Muñoz ha refrendado el apoyo de Izquierda Unida al manifiesto de la Plataforma de Profesionales de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Zaragoza. “Hacemos nuestra la exigencia de flexibilizar las ayudas de urgencia, puesto que cada caso es diferente y debe atenderse de manera adaptada a las necesidades de cada familia”, subraya Muñoz.
En este sentido, el edil de IU ha expresado que “las circulares como la que indica que se debe sancionar a las personas que adquieran ciertos productos como puré o papilla, tal y como han denunciado los trabajadores, demuestran por parte de quien las envía un alto nivel de desconocimiento del día a día de las personas que acuden a los Centros Municipales de Servicios Sociales”. “El programa Redistribuye, junto con el constreñimiento de la lista de alimentos que se permiten comprar con las ayudas de urgencia, o las contradicciones que se generan entre ambos programas, limitan el acceso a una dieta equilibrada y profundizan en la estigmatización de los beneficiarios”, recuerda Muñoz.
“Es necesario introducir un grado de sensatez en el reparto de alimentos –concluye Muñoz-, cuya demanda no negamos, pero hay que introducir coherencia en los criterios, garantizar una dieta equilibrada, apostar por la flexibilización de las ayudas de urgencia y actuar teniendo en cuenta que hay 215 organizaciones que hoy por hoy están repartiendo comida en Zaragoza”.