Transcripción íntegra del debate sobre el cierre de Garoña
Este miércoles la Comisión de Industria del Congreso ha debatido y votado la Proposición no de ley del diputado de la Izquierda de Aragón, que reclamaba al Gobierno el cierre inmediato de Garoña
El orden del día de la Comisión de Industria, Energía y Turismo, que se ha celebrado este miércoles día 22 de febrero, ha incluido como punto número 4 de los siete puntos del orden del día, la proposición no de ley presentada por Chesús Yuste como portavoz del Grupo Parlamentario La Izquierda Plural en la citada comisión, en la que se reclamaba el cierre de la central nuclear de Garoña.
El resultado de la votación ha sido 24 votos en contra, 20 a favor y ninguna abstención: PP, CIU y UPyD han votado en contra mientras que CHA,PSOE,ICV,IU,BNG y PNV han votado a favor.
Adjuntamos transcripción integra del debate:
-SOBRE EL CIERRE DE LA CENTRAL NUCLEAR DE SANTA MARÍA DE GAROÑA. PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO DE IU, ICV-EUiA, CHA: LA IZQUIERDA PLURAL. (Número de expediente 161/000075).
El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día: Proposición no de ley sobre el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña, de la que es autor el Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural. Para su defensa tiene la palabra don Chesús Yuste.
El señor YUSTE CABELLO: Una de las primeras iniciativas de este Gobierno ha sido precisamente prorrogar la actividad de la central nuclear de Santa María de Garoña, una decisión que, a nuestro juicio, choca con el signo de los tiempos. Pero, claro, esa es la tónica general de este Gobierno, ir marcha atrás; en lugar de ponerse a la cabeza de la imprescindible revolución tecnológica, este Gobierno ha decidido paralizar el desarrollo de las energías renovables y prolongar la vida de una central nuclear obsoleta, de cuarenta años que, recordémoslo, era la vida útil prevista cuando se construyó; una central, Santa María de Garoña, que es la más antigua de España.
Repasemos brevemente su historia. Inaugurada en 1971 siendo jefe del Estado el general Franco, en julio de 2009 expiraba su permiso de explotación y por eso la compañía propietaria de la central, Nuclenor, constituida a partes iguales por Endesa e Iberdrola, solicitó al Gobierno anterior la extensión de su vida útil diez años más, hasta 2019. Se perdió entonces la oportunidad de cerrar esa instalación, porque el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear, aprobó la prórroga de la explotación durante cuatro años, hasta el 6 de julio de 2013. Ahora, el nuevo Gobierno del Partido Popular quiere revocar esa orden ministerial para prolongar su actividad hasta 2019, como pedían inicialmente las empresas propietarias, y eso supone que Garoña alcance la vida útil de cuarenta y ocho años.
Señoras y señores diputados, ¿tiene sentido que mantengamos en funcionamiento una central nuclear que ya ha cumplido los cuarenta años, que se corresponde a una tecnología y a una instalación obsoletas, con los riesgos para la seguridad que ello conlleva, a pesar de la escasísima aportación de la central nuclear de Santa María de Garoña al mix de la producción energética en el Estado español? ¿Tiene sentido? Nosotros creemos que no. ¿Por qué se ha tomado esa decisión entonces? Desde luego, no parece que sea por el interés general. La producción de Garoña -lo decíamos antes- es muy pequeña, es irrelevante desde el punto de vista del total energético español. ¿Eso puede justificar la prórroga de su vida útil? ¿Pero no quedábamos en que sobra producción energética de las energías renovables, como decía el ministro de Industria, Energía y Turismo hace unas semanas, precisamente cuando intentaba justificar el parón de las energías renovables durante la convalidación del penúltimo decretazo?
Si era verdad ese argumento entonces, ¿por qué no se aplica también para el caso de Garoña? Pues porque no es verdad, porque el PP, al menos en este caso, defiende claramente la ley del embudo. A las fuentes energéticas del futuro les damos el portazo, a las energías limpias y renovables, la paralización, pero para la energía nuclear alfombra roja, para Endesa y para Iberdrola, que son las propietarias de la central nuclear de Garoña, tenemos luz verde, lo que ustedes quieran, sí señor, faltaría más, ¿hasta el 2019?, pues hasta el 2019. Para que quede claro, sin pestañear, quien manda en este país; eso es lo que ha hecho este Gobierno.
EL interés general es que se cierre de forma inmediata la central nuclear más antigua de España, con más de 40 años, una central obsoleta, cuyo diseño es igual que el reactor más antiguo de los accidentados en Fukushima; una central que, según reconoció el mismísimo Consejo de Seguridad Nuclear, sufría un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión en la vasija del reactor, que es el corazón de la central, donde se alberga el combustible de uranio. No pretendo con esta referencia hacer alarmismo, pero, sinceramente, no creo que con arreglos, con políticas de parche, podamos mantener en funcionamiento una central que en estos momentos es perfectamente prescindible; esa es la clave, que en estos momentos es perfectamente prescindible. Por lo tanto, el único interés para la prórroga de su vida útil es el interés económico de las grandes compañías eléctricas, no desde luego el interés general.
En estos últimos años se han venido acumulando incidencias, todas ellas calificadas de nivel cero, sin consecuencias -menos mal-, pero han venido acumulándose esas incidencias, esos problemas, fruto sin duda de la obsolescencia, con los riesgos que conlleva para la seguridad de esta central. Una obsolescencia que ha sembrado la incertidumbre desde hace décadas en las poblaciones del entorno; desde luego, en las provincias de Brugos, en los territorios históricos de Álava y Bizkaia, y también obviamente en las comunidades bañadas por el río Ebro aguas abajo, desde La Rioja hasta Navarra, Aragón, etcétera. Por eso, desde este grupo parlamentario, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, Chunta Aragonesista: La Izquierda Plural, proponemos que el Gobierno acometa el cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña por razones de seguridad, al tratarse de una instalación obsoleta que ya ha superado su vida útil. Para ello pido el voto favorable a todos los grupos parlamentarios.
El señor PRESIDENTE: A esta proposición no de ley se ha presentado una sola enmienda del Grupo Parlamentario Socialista.
Para su defensa tiene la palabra don Luis Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: La central nuclear de Santa María de Garoña se ha colocado en el centro del debate energético durante los últimos años, como bien saben sus señorías, y en cuanto a la proposición no de ley que hoy nos ocupa, es cierto que el Grupo Socialista comparte el objetivo de la misma, aunque tenemos alguna duda más sobre la motivación, porque aunque el grupo proponente lo ha introducido ahora en su discurso, en el texto de la proposición fundamentaba la petición de cierre de la central únicamente en la seguridad, y desde nuestro punto de vista es evidente que la energía nuclear comporta graves riesgos, como se ha demostrado tras el accidente de Fukushima -una central, por cierto, gemela de Garoña-, y además esta es la central más antigua de España, que con la licencia en vigor ya alcanzaría los 42 años de funcionamiento, superando efectivamente la vida útil para la que fue diseñada.
En todo caso, no podemos poner en duda todo el entramado de seguridad de nuestras centrales, y en nuestro país el Consejo de Seguridad Nuclear, que es el organismo encargado de supervisar la seguridad, trabaja desde nuestro punto de vista con profesionalidad e independencia. Además, por otra parte, es el encargado de recomendar las medidas adicionales que corresponde tomar, por ejemplo, tras las pruebas a las que se han sometido estas instalaciones en toda Europa después del accidente de Japón.
El problema es que no existe la seguridad absoluta. La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, por ejemplo, se ha disculpado hace apenas dos días, tras reconocer que las medidas de seguridad previstas en las centrales de ese país en caso de desastre natural eran insuficientes. El problema es que estamos hablando de un riesgo potencial y de consecuencias inasumibles en caso de accidente. Precisamente por eso, las centrales nucleares no son una industria cualquiera, no son como una fábrica de coches, motivo por el que además de un informe técnico sobre la seguridad, hace falta una autorización del Gobierno sobre su funcionamiento o prórroga.
Por eso, se nos queda escasa la motivación de esta proposición, porque no se trata solo de una cuestión de seguridad, aunque es verdad que parece precipitado apostar por más prórrogas a una central obsoleta antes de que finalice el examen de esas pruebas de resistencia hechas al parque nuclear europeo. Se trata sobre todo de una opción política, de una estrategia de política energética; una estrategia de política energética que definió muy bien el anterior Gobierno socialista, que apostó por las energías renovables y por el abandono progresivo de la energía nuclear, como están haciendo la mayoría de los gobiernos de nuestro entorno.
El actual Gobierno ha optado por otra cosa, ha optado por pedir una nueva prórroga para una central nuclear y, al mismo tiempo, acabar con el desarrollo de las energías renovables en nuestro país; ha optado por potenciar una energía que comporta graves riesgos y que genera peligrosos residuos y acabar con las energías sostenibles, algo en lo que nuestro país se había convertido por fin en una potencia mundial. Señorías, pero es que además hay una serie de falsos mitos sobre la energía nuclear que convendría desmontar. No es cierto que sea una energía barata, de hecho requiere una inversión inicial a la que ninguna empresa se lanza sin el apoyo decidido de las instituciones. Además, nunca se considera entre sus costes las grandes inversiones en seguridad que se deben realizar en las zonas de afección, o el coste de tratamiento y almacenaje de los residuos, y desde luego no significa tampoco desarrollo económico.
De hecho, la central de Santa María de Garoña ha provocado que la comarca burgalesa donde está situada haya perdido más del 42 por ciento de su población desde que se inauguró la central nuclear. Por tanto, no significa desarrollo económico. Ayer mismo, el presidente de la Diputación Provincial de Burgos, del Partido Popular, reconocía por fin que son necesarias inversiones en la comarca para paliar la depresión en la que se veía sometida desde la inauguración de la central. En todo caso, estamos hablando de mantener el empleo en la central seis años más, hasta el 2019, mientras que se está descalificando un plan alternativo que sí que puede servir para crear un tejido productivo sostenible en la zona. Me gustaría recordar que quienes hoy probable o previsiblemente votarán en contra de esta proposición, el Grupo Popular, sustentan un Gobierno que tiene paralizada la tercera convocatoria del Plan Reindus, que servirá precisamente para crear puestos de trabajo sostenibles en la comarca.
Por todo el ello, el Grupo Parlamentario Socialista no puede defender la continuidad de Garoña más allá de 2013, por los riesgos potenciales de seguridad, por ser una energía insostenible, por ser una tecnología cara y porque desde luego es más conveniente para nuestro país seguir apostando por el desarrollo de las energías renovables. Desde luego, no se puede atender a la demagogia de justificar con la crisis la teórica salvación de unos centenares de empleos mientras que con el Real Decreto-ley de la moratoria a las renovables se condena a la desaparición de miles de empleos también en la provincia de Burgos en este sector de las renovables.
Adelantándome a unas críticas que este grupo ha recibido por parte del Partido Popular durante los últimos años, se volverá a decir que estas posiciones son un capricho ideológico; en fin, supongo que en este caso la postura socialista será igual de caprichosa y llena de prejuicios ideológicos, como la que ha mantenido la señora Merkel, que ha cerrado varias centrales nucleares en su país, sin que, por cierto, haya habido problemas de suministro eléctrico. Si no les gusta este ejemplo seguramente me sumo a los prejuicios ideológicos contra la energía nuclear que han manifestado el señor Oyarzábal, secretario general del Partido Popular del País Vasco, y el alcalde del Partido Popular en Vitoria, el señor Maroto, que han criticado estos días la decisión del ministro de Industria de prorrogar la concesión de Garoña.
El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: En fin, supongo que detrás de esta contradicción estará también la herencia socialista.
En cualquier caso, el Grupo Parlamentario Socialista ha presentado una enmienda de adición prácticamente al grupo proponente en la que se introduce…
El señor PRESIDENTE: Tiene que concluir, señor Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: Sí, termino en un segundo, señor presidente.
Como decía, con esta enmienda introducimos precisamente esta apuesta por volver a la estrategia de fomento de las energías renovables, que confío que el grupo proponente acepte.
El señor PRESIDENTE: Pasamos al turno de fijación de posiciones. En primer lugar, para fijar la posición del Grupo Mixto, tiene la palabra la señora Ariztegui.
La señora ARIZTEGUI LARRAÑAGA: Desde luego, apoyamos esta PNL y exigimos el cierre inmediato de Garoña ya, porque entendemos que debería estarlo desde hace mucho tiempo. Lo hacemos por tres razones fundamentales, algunas de las cuales ya se han dicho aquí: la primera sería por seguridad, la segunda porque ya es hora de desterrar el modelo nuclear y, la tercera, por el amplio consenso social que hay en contra de este modelo. Las técnicas, ya se han dicho aquí. Pero se trata la central de las mil y una grietas. El deterioro es generalizado y progresivo, que está empeorando con el tiempo. Su vida útil está más que agotada ya hace muchísimo tiempo. El diseño, los materiales y el proceso de fabricación han sido inadecuados y desde luego están totalmente obsoletos y fuera de normativa, porque no cumplen las normas internacionales. Es la única de primera generación, tras el cierre de Vandellòs y Zorita.
Los agrietamientos son imparables y desde luego no se han solucionado hasta ahora. Vamos, que la situación es lamentable y este dictamen del CSN nos parece vergonzoso. Además, hay que recordar que está a 45 kilómetros de Vitoria y a 80 kilómetros de Bilbao en línea recta, los principales núcleos de población, las ciudades vascas más habitadas.
En cuanto a la segunda razón, el modelo energético, debemos apostar por modelos de sostenibilidad social, económica y medioambiental. Tiene que haber ya un necesario debate sobre cambio de modelo energético y desarrollo y, desde luego, estamos viendo que la dirección es totalmente contraria a la que se debe de ir. Debemos apostar por energías seguras, limpias y menos costosas y dar prioridad a garantías de sostenibilidad y seguridad.
Entendemos que esta central está totalmente amortizada y no aporta nada a la capacidad energética hoy en día, como ya se ha dicho aquí, es escasísima la contribución energética de Garoña. También debemos recordar que tenemos una superproducción, tenemos potencia eléctrica instalada de sobra. Asimismo, hay que mencionar que la nuclear no es barata, como ya se ha dicho aquí por los compañeros. Hay que tener en cuenta todos los costes reales, que ahora mismo no se tienen en cuenta, así como la dependencia que tenemos como importadores netos de combustible que somos. Hay que tener en cuenta todos los costes tanto de producción, transporte, distribución, subvenciones y, por supuesto, desmantelamiento, gestión de residuos, etcétera, que nunca se tienen en cuenta sobre este modelo energético y, desde luego, que la salud no tiene precio.
Y la tercera razón que nos impulsa a apoyar desde luego esta PNL es el amplio consenso social que hay a favor del cierre, que no es actual, que viene de hace tiempo, el sentir mayoritario de la sociedad vasca. Desde luego, todas las instituciones, el Parlamento de Gasteiz, ayuntamientos, diputaciones y representantes de otro tipo de instituciones, como ya se ha dicho aquí, el alcalde de Gasteiz, del PP, el señor Oyarzábal, se han manifestado en contra de esta central y por el cierre ya. En este sentido, entendemos que este informe y la posible apertura es en todos los sentidos un retroceso y que también abre puertas a otras centrales europeas, que pueden estar esperando que se mantenga esta apuesta por lo nuclear, y nos parece muy peligroso. Hay que tener en cuenta la postura de Alemania, que ya se ha comentado también aquí, que ha hecho una apuesta seria por el cierre de las centrales nucleares. Si hacemos caso a Alemania en otros temas, por qué no en éste. Desde luego, nos hemos olvidado fácil y rápidamente de Fukushima. Está claro que debemos apostar por la ciudadanía, por las personas y no por las grandes empresas, que al final es el trasfondo de esta apuesta. Por lo tanto, Garoña es un yogur que está caducado hace muchísimo tiempo, y la pregunta es: ¿se hacen ustedes responsables de lo que pueda ocurrir?
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra don Pedro Azpiazu.
El señor AZPIAZU URIARTE: Señor presidente, seré breve.
Nuestro grupo se ha manifestado reiteradas veces y en múltiples lugares con relación al cierre de Garoña. Hemos defendido siempre el cierre de esta central nuclear. Por lo tanto, no voy a argumentar excesivamente al respecto. Hemos defendido tanto el cierre de la central nuclear como que se pongan en marcha todas las políticas de reactivación de la zona de Garoña, para que los efectos negativos que del cierre pudieran derivarse en la población, en el empleo, etcétera, tuvieran una compensación también en esa misma zona geográfica. Por lo tanto, insito, creo que hemos sido claros muchas veces no solo en esta Cámara, también en el Parlamento vasco, en el Ayuntamiento de Vitoria, en las juntas generales, etcétera.
Además, hay una cuestión curiosa, en el Parlamento vasco ha habido unanimidad de todos los partidos políticos defendiendo el cierre de Garoña; unanimidad que incluye al Partido Socialista y al Partido Popular. Por eso, hoy ha salido aquí el nombre del señor Oyarzábal -número dos del Partido Popular en Euskadi y desde el pasado fin de semana forma parte del núcleo duro del Partido Popular-, que se manifestaba a favor del cierre de la central, al menos decía que el PNV lo que tenía que hacer era utilizar a Kutxabank como accionista de Iberdrola para fomentar el cierre de Garoña. Creo que esto es un poco ya retorcido y difícil de entender. Si el señor Oyarzábal está en contra de Garoña, que lo diga, y eso será una contradicción que tendrá el propio Partido Popular, pero a quien debe transmitir su voluntad política el señor Oyarzábal es a este Gobierno a través de su ministro de Industria, de lo contrario generaría un problema, yo creo que político, considerable.
No es que el señor Oyarzábal tenga una opinión diferente como pueden tener los diferentes miembros del PP en una cuestión opinable, sino que creemos que tiene una opinión muy diferente en una cuestión políticamente clave. En ese sentido creemos que no se puede tener una opinión diferente, porque esto permitiría jugar a doble banda, lo que no tiene efectivamente mucho sentido. De todas formas, mientras el Gobierno y el señor Oyarzábal se van aclarando, nosotros seguiremos a lo nuestro y votaremos que sí a esta proposición por la que se solicita el cierre de la central nuclear de Garoña.
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia tiene la palabra el señor Martínez.
El señor MARTÍNEZ GORRIARÁN: La política energética nacional -creo que todos estamos de acuerdo en eso-, la política energética en general, desde una punto de vista global, es un tema muy serio. Pero creo que para oponerse a la energía nuclear o a cualquier otra hay que dar razones serias, y razones serias no es, por ejemplo, tergiversar, como se hace en la exposición de motivos de esta PNL, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear, que no dice absolutamente nada de lo que se dice aquí que dice. Sin duda, hay razones de peso para oponerse a la energía nuclear y ofrecer alternativas, pero es que hay que darlas y decirlas. Lo que no se puede hacer es crear un muñeco y luego alancearlo, hacer una caricatura ridícula de lo que es la central de Garoña y mirarlo desde un punto de vista geográfico absolutamente sesgado para decir que tienen que cerrarla, por ejemplo porque puede afectar a Bilbao. También puede afectar a Burgos. ¿O no nos importa que afecte a Burgos pero sí a Bilbao? Igual es porque en Bilbao cotiza Iberdrola y es importante preservar la bolsa de negocio. A mí, desde luego, me parece bastante absurdo, me parece un insulto a los ciudadanos y una humillación colectiva que se mienta a la gente sobre las verdaderas razones. (Rumores.) Sí, es mentir decir que el Consejo de Seguridad Nuclear dice que Garoña se cae a pedazos. No es verdad, el informe dice lo contrario y además dice otra cosa, establece condiciones para reforzar la seguridad, para mejorarla, para darle la prórroga. Además, el Consejo de Seguridad Nuclear es uno de los pocos organismos independientes que hay en España y existe un consenso general de que los informes que hace son solventes, serios y fiables. Si vamos a hacer informes de partido, por supuesto antinucleares o pronucleares, pues díganlo y ya está. Entonces hacemos informes ideológicos que digan que los neutrones, o no, pueden tener una lectura ideológica.
El problema de las centrales nucleares en España y en cualquier otro país no se soluciona con las energías renovables, vamos a informar a la gente de verdad de los problemas. Las energías renovables necesitan una energía de base, que tiene que suministrar una energía de ciclo convencional, puede ser nuclear o no. Podemos decir, porque es legítimo defenderlo, como Italia, que no queremos nucleares; bien, se puede decir. Pero vamos a decir la verdad a la gente, no vamos a contar cuentos de brujas para asustar. Es decir, si no son nucleares necesitaremos centrales que quemen carbón o centrales de ciclo combinado, pero es que para que haya energías renovables eficientes que estén suministrando luz en los enchufes de la gente, hace falta centrales de ciclo convencional que den una energía de base. Y esto es un hecho, no es una opinión. Ustedes pueden seguir despreciando los hechos o inventándoselos, que es una costumbre nacional que nos ha llevado a esta situación de crisis. Pero bueno, yo creo que no estaría mal tomarse en serio a la ciudadanía y decirle las cosas como son. Por lo tanto, si no queremos nucleares, digamos cuál es la alternativa.
¿Carbón, gas, qué quemamos en su lugar? Porque desde luego las energías renovables -y lo sabe todo el mundo que se ha informado un poco sobre esto- tienen un problema, tienen picos y valles y hay momentos en que no se puede garantizar el suministro solo con renovables. Podemos aumentar la cantidad de renovables al 70 o el 80 por ciento del suministro potencial, pero si no hay una energía de base constante sobre la base de ciclos convencionales, no tenemos energía cuando uno enciende la luz.
Esto es así. Entonces, si decimos: no queremos nucleares, muy bien, pero digan ustedes qué quieren alternativamente. ¿Carbón -insisto-, ciclos renovables, quemar petróleo o qué? Esta es la cuestión, porque lo demás es engañar a la gente y tomarnos a todos -insisto- por tontos.
Desde luego, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear no dice lo que ustedes dicen que dice, y a mí eso ya me parece, justamente esta falta de respeto a los hechos, una razón suficiente para oponerme a su propuesta. Si ustedes nos dicen por qué sustituimos Garoña, que, por cierto, no sé de dónde sacan que el 5 por ciento de la producción de energía es algo despreciable y marginal. (El señor Yuste Cabello: No es el 5 por ciento.) Claro sí, depende en qué momento, es precisamente porque depende de la producción de energía. (Rumores.)
El señor PRESIDENTE: Señor Martínez, un momento. Ruego a los señores diputados que guarden silencio mientras tiene el uso de la palabra otro diputado. Tienen la opción de intervenir en su turno correspondiente. Por lo tanto, señor Martínez, disculpe; puede continuar.
El señor MARTÍNEZ GORRIARÁN: Acabo enseguida; voy a hacer solo dos precisiones más.
En primer lugar, a mi grupo no le parece mal en absoluto someter a discusión si hay alternativas mejores en energía nuclear, pero tendrá que ser sobre la base de hechos, de informes veraces y de interpretaciones verosímiles y no engañosas de los datos que la realidad nos ofrece. Y en segundo lugar, es falso también que en el Parlamento vasco haya habido unanimidad respecto al cierre de Garoña, porque mi partido tiene allí un diputado y no ha votado a favor de esto, y por mucho que ustedes se empeñen, tenemos un diputado. (El señor Azpiazu Uriarte: ¡Ah, bueno!) No desaparece porque ustedes hacen igual que con las grietas de Garoña, se lo inventan o desinventan.
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario Catalán, tiene la palabra la señora Riera.
La señora RIERA I REÑÉ: En relación con la proposición no de ley que nos ocupa, tal como hemos manifestado en diversas ocasiones, nuestra posición respecto de la energía nuclear ha sido siempre clara en el marco del mix energético por el que apostamos y que defendemos, y sobre todo en el marco de la seguridad que exigimos a las centrales nucleares. Desde Convergència i Unió no compartimos el contenido de la proposición no de ley y haré unas consideraciones al respecto.
En primer lugar, no podemos olvidar que, de acuerdo con el artículo 1 de la Ley 33/2007, de 7 de noviembre, el Consejo de Seguridad Nuclear es el organismo regulador competente en materia de seguridad nuclear y protección radiológica, por lo que deben acatarse los informes preceptivos del mismo. En este sentido, el dictamen favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear en relación con la modificación de la Orden ministerial de 3 de julio de 2009, que fija el cese de la explotación de la instalación de Santa María de Garoña el 6 de julio de 2013, resulta resolutorio.
En sus conclusiones, el órgano regulador apunta que bajo el punto de vista de la seguridad nuclear y la protección radiológica, una vez analizada la experiencia operativa de la instalación y sus resultados en el sistema integrado de supervisión de centrales, no existe ningún impedimento para que se lleve a cabo la modificación de la Orden ministerial de 2009, avalando así la posible continuidad de la central. Por ello, si bien es cierto que este dictamen emitido el pasado 17 de febrero del Consejo de Seguridad Nuclear es independiente del que deberá realizar el organismo regulador ante una nueva petición de licencia para la instalación, desde Convergència i Unió apoyamos al Gobierno en su decisión de modificar la Orden ministerial de 3 de julio de 2009 y consideramos conveniente se solicite una nueva petición de licencia para prorrogar la vida útil de la central nuclear.
En segundo lugar, y no por ello menos importante, desde mi grupo parlamentario queremos poner en consideración un tema que para nosotros es fundamental, la seguridad. Desde nuestro grupo parlamentario priorizamos el reforzamiento de la seguridad en las centrales nucleares y es por este motivo que consideramos fundamental que el titular de la central nuclear actúe de acuerdo con lo estipulado por el órgano regulador en relación con esta cuestión. De este modo, es necesario que se lleven a cabo las condiciones relativas a la seguridad nuclear y a la protección radiológica establecidas en el dictamen del consejo, así como también todas las recomendaciones después de los test de resistencia a que se sometieron las centrales nucleares españolas ante la catástrofe de Fukushima.
Por último, señor presidente, señorías, desde el grupo que represento y tal como constatamos en las conclusiones de la subcomisión de Energía, apoyamos y apostamos por los objetivos de menor dependencia, mayor eficiencia, más ahorro y mayor diversificación. Y en este proceso de diversificación de las fuentes de energía apostamos por las energías renovables y por el cumplimiento de los objetivos 20-20-20 en renovables, y también apostamos y consideramos aún hoy necesaria la energía nuclear; eso sí, con una apuesta contundente por su seguridad, de acuerdo con lo que marca y estipula el Consejo de Seguridad Nuclear.
El señor PRESIDENTE: Para fijar la posición del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra don Antonio Erias.
El señor ERIAS REY: Señoras y señores diputados, la proposición no de ley que hoy estamos debatiendo propone instar al Gobierno al cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña por razones de seguridad, al tratarse -a juicio de los proponentes- de una instalación obsoleta que ya ha superado su vida útil. Con los mismos argumentos el Grupo Socialista presenta su enmienda añadiéndole al texto del proponente que la producción de Garoña es prescindible para nuestro mix energético. Esta coincidencia del proponente y del enmendante no es casual y el Partido Popular no la comparte, pues no existen problemas de seguridad en Garoña, tal y como apuntan el proponente y el enmendante, ya que como ha señalado recientemente el Consejo de Seguridad Nuclear en su informe de febrero, donde explicita los test de estrés a los cuales se ha sometido todo el parque nuclear español, dice textualmente lo siguiente:
No existe ni se identifica ningún factor que suponga una debilidad relevante de seguridad de las centrales nucleares españolas. Por lo tanto -aquí termina lo que es textual- resulta chocante, a nuestro juicio, que por superar Garoña la vida técnica útil se proponga el cierre de una instalación segura y que aporta, como ya se ha dicho, el 6,5 por ciento de la energía nuclear producida en España en 2011 o, lo que es lo mismo, el consumo eléctrico del 33 por ciento de lo que se consume en Castilla y León. Por ello, no nos parece adecuado el cierre de la misma, a pesar de que nuestra potencia instalada -como bien dicen algunos- sobrepase con creces la llamada demanda punta. Es más, no compartimos que en estos momentos de crisis -al igual que ha señalado el señor ministro Soria- resulte adecuado prescindir de ninguna tecnología, pues la crisis económica y financiera actual ha acrecentado las dificultades de construir nuevas instalaciones y de continuar desarrollando el apoyo a tecnologías que no han alcanzado la paridad de red.
Es muy fácil continuar demonizando y enfrentando tecnologías, pero no resulta tan fácil hacer que la energía se erija de nuevo como un factor de competitividad. Por ello, con la política energética del Gobierno actual se está tratando de encontrar un mix equilibrado y no desperdiciar ni desaprovechar ninguna de las fuentes energéticas existentes para que una vez más la energía se conforme como un elemento decisivo para la necesaria recuperación económica de España. En definitiva, la cuestión no es cuánto tienen de vida útil las centrales nucleares, sino hasta qué punto está garantizada su seguridad y la protección radiológica en ellas. Tal y como ha señalado el Consejo de Seguridad Nuclear, Garoña certifica que no tiene los problemas enunciados en la proposición no de ley.
Señores diputados, la energía nuclear contribuye en buena medida a garantizar el suministro energético y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La misma alcanzó en España en 2011 un 8 por ciento de la potencia instalada y cubrió el 20 por ciento de la demanda. Por ello, desde el Partido Popular creemos en la misma y así lo demostramos con nuestra acción política, cuando acordamos la construcción del ATC, que ha estado paralizado mucho tiempo y que es uno de los elementos básicos para garantizar esa seguridad de la cual estamos hablando. Y como la energía generada por las centrales nucleares -también se ha dicho aquí- es una energía de base, esta debe ayudar a darle estabilidad al sistema eléctrico porque, si no, es cierto, las renovables podrían tener muchos problemas para suministrar la energía constantemente.
Está claro también que la vida útil de una central nuclear no puede ser determinada por una ley. El Gobierno anterior llegó a decir incluso -llevado por un cierto paroxismo- que se iba a fijar por ley la vida útil. La vida útil quien la tiene que determinar es el Consejo de Seguridad Nuclear, y si el Consejo de Seguridad Nuclear determina que la central es segura, lógicamente no hay por qué ponerle problemas a la vida útil de la central. Es más, en el mundo la vida útil de las centrales nucleares con reactores similares a los de Garoña se ha extendido de los 40 a los 60 años. En España se va a desarrollar de una manera más prudente. Lo que sí es cierto, señor presidente, señores diputados, es que la política energética de los últimos años no ha estado a la altura de los requerimientos de la economía y de la sociedad española, y es el sector energético el que ha padecido básicamente los resultados de la misma por la inseguridad regulatoria generada y por el sobredimensionamiento de la potencia instalada, así como por el desbordamiento que se produjo con las energías renovables. Todas estas razones que acabo de enumerar hacen que rechacemos esta proposición no de ley.
El señor PRESIDENTE: Señor Yuste, le tengo que preguntar si acepta o no la enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Socialista.
El señor YUSTE CABELLO: Sí, acepto la enmienda.Transcripción íntegra del debate sobre el cierre de Garoña
Este miércoles la Comisión de Industria del Congreso ha debatido y votado la Proposición no de ley del diputado de la Izquierda de Aragón, que reclamaba al Gobierno el cierre inmediato de Garoña
El orden del día de la Comisión de Industria, Energía y Turismo, que se ha celebrado este miércoles día 22 de febrero, ha incluido como punto número 4 de los siete puntos del orden del día, la proposición no de ley presentada por Chesús Yuste como portavoz del Grupo Parlamentario La Izquierda Plural en la citada comisión, en la que se reclamaba el cierre de la central nuclear de Garoña.
El resultado de la votación ha sido 24 votos en contra, 20 a favor y ninguna abstención: PP, CIU y UPyD han votado en contra mientras que CHA,PSOE,ICV,IU,BNG y PNV han votado a favor.
Adjuntamos transcripción integra del debate:
-SOBRE EL CIERRE DE LA CENTRAL NUCLEAR DE SANTA MARÍA DE GAROÑA. PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO DE IU, ICV-EUiA, CHA: LA IZQUIERDA PLURAL. (Número de expediente 161/000075).
El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día: Proposición no de ley sobre el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña, de la que es autor el Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural. Para su defensa tiene la palabra don Chesús Yuste.
El señor YUSTE CABELLO: Una de las primeras iniciativas de este Gobierno ha sido precisamente prorrogar la actividad de la central nuclear de Santa María de Garoña, una decisión que, a nuestro juicio, choca con el signo de los tiempos. Pero, claro, esa es la tónica general de este Gobierno, ir marcha atrás; en lugar de ponerse a la cabeza de la imprescindible revolución tecnológica, este Gobierno ha decidido paralizar el desarrollo de las energías renovables y prolongar la vida de una central nuclear obsoleta, de cuarenta años que, recordémoslo, era la vida útil prevista cuando se construyó; una central, Santa María de Garoña, que es la más antigua de España.
Repasemos brevemente su historia. Inaugurada en 1971 siendo jefe del Estado el general Franco, en julio de 2009 expiraba su permiso de explotación y por eso la compañía propietaria de la central, Nuclenor, constituida a partes iguales por Endesa e Iberdrola, solicitó al Gobierno anterior la extensión de su vida útil diez años más, hasta 2019. Se perdió entonces la oportunidad de cerrar esa instalación, porque el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear, aprobó la prórroga de la explotación durante cuatro años, hasta el 6 de julio de 2013. Ahora, el nuevo Gobierno del Partido Popular quiere revocar esa orden ministerial para prolongar su actividad hasta 2019, como pedían inicialmente las empresas propietarias, y eso supone que Garoña alcance la vida útil de cuarenta y ocho años.
Señoras y señores diputados, ¿tiene sentido que mantengamos en funcionamiento una central nuclear que ya ha cumplido los cuarenta años, que se corresponde a una tecnología y a una instalación obsoletas, con los riesgos para la seguridad que ello conlleva, a pesar de la escasísima aportación de la central nuclear de Santa María de Garoña al mix de la producción energética en el Estado español? ¿Tiene sentido? Nosotros creemos que no. ¿Por qué se ha tomado esa decisión entonces? Desde luego, no parece que sea por el interés general. La producción de Garoña -lo decíamos antes- es muy pequeña, es irrelevante desde el punto de vista del total energético español. ¿Eso puede justificar la prórroga de su vida útil? ¿Pero no quedábamos en que sobra producción energética de las energías renovables, como decía el ministro de Industria, Energía y Turismo hace unas semanas, precisamente cuando intentaba justificar el parón de las energías renovables durante la convalidación del penúltimo decretazo?
Si era verdad ese argumento entonces, ¿por qué no se aplica también para el caso de Garoña? Pues porque no es verdad, porque el PP, al menos en este caso, defiende claramente la ley del embudo. A las fuentes energéticas del futuro les damos el portazo, a las energías limpias y renovables, la paralización, pero para la energía nuclear alfombra roja, para Endesa y para Iberdrola, que son las propietarias de la central nuclear de Garoña, tenemos luz verde, lo que ustedes quieran, sí señor, faltaría más, ¿hasta el 2019?, pues hasta el 2019. Para que quede claro, sin pestañear, quien manda en este país; eso es lo que ha hecho este Gobierno.
EL interés general es que se cierre de forma inmediata la central nuclear más antigua de España, con más de 40 años, una central obsoleta, cuyo diseño es igual que el reactor más antiguo de los accidentados en Fukushima; una central que, según reconoció el mismísimo Consejo de Seguridad Nuclear, sufría un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión en la vasija del reactor, que es el corazón de la central, donde se alberga el combustible de uranio. No pretendo con esta referencia hacer alarmismo, pero, sinceramente, no creo que con arreglos, con políticas de parche, podamos mantener en funcionamiento una central que en estos momentos es perfectamente prescindible; esa es la clave, que en estos momentos es perfectamente prescindible. Por lo tanto, el único interés para la prórroga de su vida útil es el interés económico de las grandes compañías eléctricas, no desde luego el interés general.
En estos últimos años se han venido acumulando incidencias, todas ellas calificadas de nivel cero, sin consecuencias -menos mal-, pero han venido acumulándose esas incidencias, esos problemas, fruto sin duda de la obsolescencia, con los riesgos que conlleva para la seguridad de esta central. Una obsolescencia que ha sembrado la incertidumbre desde hace décadas en las poblaciones del entorno; desde luego, en las provincias de Brugos, en los territorios históricos de Álava y Bizkaia, y también obviamente en las comunidades bañadas por el río Ebro aguas abajo, desde La Rioja hasta Navarra, Aragón, etcétera. Por eso, desde este grupo parlamentario, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, Chunta Aragonesista: La Izquierda Plural, proponemos que el Gobierno acometa el cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña por razones de seguridad, al tratarse de una instalación obsoleta que ya ha superado su vida útil. Para ello pido el voto favorable a todos los grupos parlamentarios.
El señor PRESIDENTE: A esta proposición no de ley se ha presentado una sola enmienda del Grupo Parlamentario Socialista.
Para su defensa tiene la palabra don Luis Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: La central nuclear de Santa María de Garoña se ha colocado en el centro del debate energético durante los últimos años, como bien saben sus señorías, y en cuanto a la proposición no de ley que hoy nos ocupa, es cierto que el Grupo Socialista comparte el objetivo de la misma, aunque tenemos alguna duda más sobre la motivación, porque aunque el grupo proponente lo ha introducido ahora en su discurso, en el texto de la proposición fundamentaba la petición de cierre de la central únicamente en la seguridad, y desde nuestro punto de vista es evidente que la energía nuclear comporta graves riesgos, como se ha demostrado tras el accidente de Fukushima -una central, por cierto, gemela de Garoña-, y además esta es la central más antigua de España, que con la licencia en vigor ya alcanzaría los 42 años de funcionamiento, superando efectivamente la vida útil para la que fue diseñada.
En todo caso, no podemos poner en duda todo el entramado de seguridad de nuestras centrales, y en nuestro país el Consejo de Seguridad Nuclear, que es el organismo encargado de supervisar la seguridad, trabaja desde nuestro punto de vista con profesionalidad e independencia. Además, por otra parte, es el encargado de recomendar las medidas adicionales que corresponde tomar, por ejemplo, tras las pruebas a las que se han sometido estas instalaciones en toda Europa después del accidente de Japón.
El problema es que no existe la seguridad absoluta. La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, por ejemplo, se ha disculpado hace apenas dos días, tras reconocer que las medidas de seguridad previstas en las centrales de ese país en caso de desastre natural eran insuficientes. El problema es que estamos hablando de un riesgo potencial y de consecuencias inasumibles en caso de accidente. Precisamente por eso, las centrales nucleares no son una industria cualquiera, no son como una fábrica de coches, motivo por el que además de un informe técnico sobre la seguridad, hace falta una autorización del Gobierno sobre su funcionamiento o prórroga.
Por eso, se nos queda escasa la motivación de esta proposición, porque no se trata solo de una cuestión de seguridad, aunque es verdad que parece precipitado apostar por más prórrogas a una central obsoleta antes de que finalice el examen de esas pruebas de resistencia hechas al parque nuclear europeo. Se trata sobre todo de una opción política, de una estrategia de política energética; una estrategia de política energética que definió muy bien el anterior Gobierno socialista, que apostó por las energías renovables y por el abandono progresivo de la energía nuclear, como están haciendo la mayoría de los gobiernos de nuestro entorno.
El actual Gobierno ha optado por otra cosa, ha optado por pedir una nueva prórroga para una central nuclear y, al mismo tiempo, acabar con el desarrollo de las energías renovables en nuestro país; ha optado por potenciar una energía que comporta graves riesgos y que genera peligrosos residuos y acabar con las energías sostenibles, algo en lo que nuestro país se había convertido por fin en una potencia mundial. Señorías, pero es que además hay una serie de falsos mitos sobre la energía nuclear que convendría desmontar. No es cierto que sea una energía barata, de hecho requiere una inversión inicial a la que ninguna empresa se lanza sin el apoyo decidido de las instituciones. Además, nunca se considera entre sus costes las grandes inversiones en seguridad que se deben realizar en las zonas de afección, o el coste de tratamiento y almacenaje de los residuos, y desde luego no significa tampoco desarrollo económico.
De hecho, la central de Santa María de Garoña ha provocado que la comarca burgalesa donde está situada haya perdido más del 42 por ciento de su población desde que se inauguró la central nuclear. Por tanto, no significa desarrollo económico. Ayer mismo, el presidente de la Diputación Provincial de Burgos, del Partido Popular, reconocía por fin que son necesarias inversiones en la comarca para paliar la depresión en la que se veía sometida desde la inauguración de la central. En todo caso, estamos hablando de mantener el empleo en la central seis años más, hasta el 2019, mientras que se está descalificando un plan alternativo que sí que puede servir para crear un tejido productivo sostenible en la zona. Me gustaría recordar que quienes hoy probable o previsiblemente votarán en contra de esta proposición, el Grupo Popular, sustentan un Gobierno que tiene paralizada la tercera convocatoria del Plan Reindus, que servirá precisamente para crear puestos de trabajo sostenibles en la comarca.
Por todo el ello, el Grupo Parlamentario Socialista no puede defender la continuidad de Garoña más allá de 2013, por los riesgos potenciales de seguridad, por ser una energía insostenible, por ser una tecnología cara y porque desde luego es más conveniente para nuestro país seguir apostando por el desarrollo de las energías renovables. Desde luego, no se puede atender a la demagogia de justificar con la crisis la teórica salvación de unos centenares de empleos mientras que con el Real Decreto-ley de la moratoria a las renovables se condena a la desaparición de miles de empleos también en la provincia de Burgos en este sector de las renovables.
Adelantándome a unas críticas que este grupo ha recibido por parte del Partido Popular durante los últimos años, se volverá a decir que estas posiciones son un capricho ideológico; en fin, supongo que en este caso la postura socialista será igual de caprichosa y llena de prejuicios ideológicos, como la que ha mantenido la señora Merkel, que ha cerrado varias centrales nucleares en su país, sin que, por cierto, haya habido problemas de suministro eléctrico. Si no les gusta este ejemplo seguramente me sumo a los prejuicios ideológicos contra la energía nuclear que han manifestado el señor Oyarzábal, secretario general del Partido Popular del País Vasco, y el alcalde del Partido Popular en Vitoria, el señor Maroto, que han criticado estos días la decisión del ministro de Industria de prorrogar la concesión de Garoña.
El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: En fin, supongo que detrás de esta contradicción estará también la herencia socialista.
En cualquier caso, el Grupo Parlamentario Socialista ha presentado una enmienda de adición prácticamente al grupo proponente en la que se introduce…
El señor PRESIDENTE: Tiene que concluir, señor Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: Sí, termino en un segundo, señor presidente.
Como decía, con esta enmienda introducimos precisamente esta apuesta por volver a la estrategia de fomento de las energías renovables, que confío que el grupo proponente acepte.
El señor PRESIDENTE: Pasamos al turno de fijación de posiciones. En primer lugar, para fijar la posición del Grupo Mixto, tiene la palabra la señora Ariztegui.
La señora ARIZTEGUI LARRAÑAGA: Desde luego, apoyamos esta PNL y exigimos el cierre inmediato de Garoña ya, porque entendemos que debería estarlo desde hace mucho tiempo. Lo hacemos por tres razones fundamentales, algunas de las cuales ya se han dicho aquí: la primera sería por seguridad, la segunda porque ya es hora de desterrar el modelo nuclear y, la tercera, por el amplio consenso social que hay en contra de este modelo. Las técnicas, ya se han dicho aquí. Pero se trata la central de las mil y una grietas. El deterioro es generalizado y progresivo, que está empeorando con el tiempo. Su vida útil está más que agotada ya hace muchísimo tiempo. El diseño, los materiales y el proceso de fabricación han sido inadecuados y desde luego están totalmente obsoletos y fuera de normativa, porque no cumplen las normas internacionales. Es la única de primera generación, tras el cierre de Vandellòs y Zorita.
Los agrietamientos son imparables y desde luego no se han solucionado hasta ahora. Vamos, que la situación es lamentable y este dictamen del CSN nos parece vergonzoso. Además, hay que recordar que está a 45 kilómetros de Vitoria y a 80 kilómetros de Bilbao en línea recta, los principales núcleos de población, las ciudades vascas más habitadas.
En cuanto a la segunda razón, el modelo energético, debemos apostar por modelos de sostenibilidad social, económica y medioambiental. Tiene que haber ya un necesario debate sobre cambio de modelo energético y desarrollo y, desde luego, estamos viendo que la dirección es totalmente contraria a la que se debe de ir. Debemos apostar por energías seguras, limpias y menos costosas y dar prioridad a garantías de sostenibilidad y seguridad.
Entendemos que esta central está totalmente amortizada y no aporta nada a la capacidad energética hoy en día, como ya se ha dicho aquí, es escasísima la contribución energética de Garoña. También debemos recordar que tenemos una superproducción, tenemos potencia eléctrica instalada de sobra. Asimismo, hay que mencionar que la nuclear no es barata, como ya se ha dicho aquí por los compañeros. Hay que tener en cuenta todos los costes reales, que ahora mismo no se tienen en cuenta, así como la dependencia que tenemos como importadores netos de combustible que somos. Hay que tener en cuenta todos los costes tanto de producción, transporte, distribución, subvenciones y, por supuesto, desmantelamiento, gestión de residuos, etcétera, que nunca se tienen en cuenta sobre este modelo energético y, desde luego, que la salud no tiene precio.
Y la tercera razón que nos impulsa a apoyar desde luego esta PNL es el amplio consenso social que hay a favor del cierre, que no es actual, que viene de hace tiempo, el sentir mayoritario de la sociedad vasca. Desde luego, todas las instituciones, el Parlamento de Gasteiz, ayuntamientos, diputaciones y representantes de otro tipo de instituciones, como ya se ha dicho aquí, el alcalde de Gasteiz, del PP, el señor Oyarzábal, se han manifestado en contra de esta central y por el cierre ya. En este sentido, entendemos que este informe y la posible apertura es en todos los sentidos un retroceso y que también abre puertas a otras centrales europeas, que pueden estar esperando que se mantenga esta apuesta por lo nuclear, y nos parece muy peligroso. Hay que tener en cuenta la postura de Alemania, que ya se ha comentado también aquí, que ha hecho una apuesta seria por el cierre de las centrales nucleares. Si hacemos caso a Alemania en otros temas, por qué no en éste. Desde luego, nos hemos olvidado fácil y rápidamente de Fukushima. Está claro que debemos apostar por la ciudadanía, por las personas y no por las grandes empresas, que al final es el trasfondo de esta apuesta. Por lo tanto, Garoña es un yogur que está caducado hace muchísimo tiempo, y la pregunta es: ¿se hacen ustedes responsables de lo que pueda ocurrir?
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra don Pedro Azpiazu.
El señor AZPIAZU URIARTE: Señor presidente, seré breve.
Nuestro grupo se ha manifestado reiteradas veces y en múltiples lugares con relación al cierre de Garoña. Hemos defendido siempre el cierre de esta central nuclear. Por lo tanto, no voy a argumentar excesivamente al respecto. Hemos defendido tanto el cierre de la central nuclear como que se pongan en marcha todas las políticas de reactivación de la zona de Garoña, para que los efectos negativos que del cierre pudieran derivarse en la población, en el empleo, etcétera, tuvieran una compensación también en esa misma zona geográfica. Por lo tanto, insito, creo que hemos sido claros muchas veces no solo en esta Cámara, también en el Parlamento vasco, en el Ayuntamiento de Vitoria, en las juntas generales, etcétera.
Además, hay una cuestión curiosa, en el Parlamento vasco ha habido unanimidad de todos los partidos políticos defendiendo el cierre de Garoña; unanimidad que incluye al Partido Socialista y al Partido Popular. Por eso, hoy ha salido aquí el nombre del señor Oyarzábal -número dos del Partido Popular en Euskadi y desde el pasado fin de semana forma parte del núcleo duro del Partido Popular-, que se manifestaba a favor del cierre de la central, al menos decía que el PNV lo que tenía que hacer era utilizar a Kutxabank como accionista de Iberdrola para fomentar el cierre de Garoña. Creo que esto es un poco ya retorcido y difícil de entender. Si el señor Oyarzábal está en contra de Garoña, que lo diga, y eso será una contradicción que tendrá el propio Partido Popular, pero a quien debe transmitir su voluntad política el señor Oyarzábal es a este Gobierno a través de su ministro de Industria, de lo contrario generaría un problema, yo creo que político, considerable.
No es que el señor Oyarzábal tenga una opinión diferente como pueden tener los diferentes miembros del PP en una cuestión opinable, sino que creemos que tiene una opinión muy diferente en una cuestión políticamente clave. En ese sentido creemos que no se puede tener una opinión diferente, porque esto permitiría jugar a doble banda, lo que no tiene efectivamente mucho sentido. De todas formas, mientras el Gobierno y el señor Oyarzábal se van aclarando, nosotros seguiremos a lo nuestro y votaremos que sí a esta proposición por la que se solicita el cierre de la central nuclear de Garoña.
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia tiene la palabra el señor Martínez.
El señor MARTÍNEZ GORRIARÁN: La política energética nacional -creo que todos estamos de acuerdo en eso-, la política energética en general, desde una punto de vista global, es un tema muy serio. Pero creo que para oponerse a la energía nuclear o a cualquier otra hay que dar razones serias, y razones serias no es, por ejemplo, tergiversar, como se hace en la exposición de motivos de esta PNL, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear, que no dice absolutamente nada de lo que se dice aquí que dice. Sin duda, hay razones de peso para oponerse a la energía nuclear y ofrecer alternativas, pero es que hay que darlas y decirlas. Lo que no se puede hacer es crear un muñeco y luego alancearlo, hacer una caricatura ridícula de lo que es la central de Garoña y mirarlo desde un punto de vista geográfico absolutamente sesgado para decir que tienen que cerrarla, por ejemplo porque puede afectar a Bilbao. También puede afectar a Burgos. ¿O no nos importa que afecte a Burgos pero sí a Bilbao? Igual es porque en Bilbao cotiza Iberdrola y es importante preservar la bolsa de negocio. A mí, desde luego, me parece bastante absurdo, me parece un insulto a los ciudadanos y una humillación colectiva que se mienta a la gente sobre las verdaderas razones. (Rumores.) Sí, es mentir decir que el Consejo de Seguridad Nuclear dice que Garoña se cae a pedazos. No es verdad, el informe dice lo contrario y además dice otra cosa, establece condiciones para reforzar la seguridad, para mejorarla, para darle la prórroga. Además, el Consejo de Seguridad Nuclear es uno de los pocos organismos independientes que hay en España y existe un consenso general de que los informes que hace son solventes, serios y fiables. Si vamos a hacer informes de partido, por supuesto antinucleares o pronucleares, pues díganlo y ya está. Entonces hacemos informes ideológicos que digan que los neutrones, o no, pueden tener una lectura ideológica.
El problema de las centrales nucleares en España y en cualquier otro país no se soluciona con las energías renovables, vamos a informar a la gente de verdad de los problemas. Las energías renovables necesitan una energía de base, que tiene que suministrar una energía de ciclo convencional, puede ser nuclear o no. Podemos decir, porque es legítimo defenderlo, como Italia, que no queremos nucleares; bien, se puede decir. Pero vamos a decir la verdad a la gente, no vamos a contar cuentos de brujas para asustar. Es decir, si no son nucleares necesitaremos centrales que quemen carbón o centrales de ciclo combinado, pero es que para que haya energías renovables eficientes que estén suministrando luz en los enchufes de la gente, hace falta centrales de ciclo convencional que den una energía de base. Y esto es un hecho, no es una opinión. Ustedes pueden seguir despreciando los hechos o inventándoselos, que es una costumbre nacional que nos ha llevado a esta situación de crisis. Pero bueno, yo creo que no estaría mal tomarse en serio a la ciudadanía y decirle las cosas como son. Por lo tanto, si no queremos nucleares, digamos cuál es la alternativa.
¿Carbón, gas, qué quemamos en su lugar? Porque desde luego las energías renovables -y lo sabe todo el mundo que se ha informado un poco sobre esto- tienen un problema, tienen picos y valles y hay momentos en que no se puede garantizar el suministro solo con renovables. Podemos aumentar la cantidad de renovables al 70 o el 80 por ciento del suministro potencial, pero si no hay una energía de base constante sobre la base de ciclos convencionales, no tenemos energía cuando uno enciende la luz.
Esto es así. Entonces, si decimos: no queremos nucleares, muy bien, pero digan ustedes qué quieren alternativamente. ¿Carbón -insisto-, ciclos renovables, quemar petróleo o qué? Esta es la cuestión, porque lo demás es engañar a la gente y tomarnos a todos -insisto- por tontos.
Desde luego, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear no dice lo que ustedes dicen que dice, y a mí eso ya me parece, justamente esta falta de respeto a los hechos, una razón suficiente para oponerme a su propuesta. Si ustedes nos dicen por qué sustituimos Garoña, que, por cierto, no sé de dónde sacan que el 5 por ciento de la producción de energía es algo despreciable y marginal. (El señor Yuste Cabello: No es el 5 por ciento.) Claro sí, depende en qué momento, es precisamente porque depende de la producción de energía. (Rumores.)
El señor PRESIDENTE: Señor Martínez, un momento. Ruego a los señores diputados que guarden silencio mientras tiene el uso de la palabra otro diputado. Tienen la opción de intervenir en su turno correspondiente. Por lo tanto, señor Martínez, disculpe; puede continuar.
El señor MARTÍNEZ GORRIARÁN: Acabo enseguida; voy a hacer solo dos precisiones más.
En primer lugar, a mi grupo no le parece mal en absoluto someter a discusión si hay alternativas mejores en energía nuclear, pero tendrá que ser sobre la base de hechos, de informes veraces y de interpretaciones verosímiles y no engañosas de los datos que la realidad nos ofrece. Y en segundo lugar, es falso también que en el Parlamento vasco haya habido unanimidad respecto al cierre de Garoña, porque mi partido tiene allí un diputado y no ha votado a favor de esto, y por mucho que ustedes se empeñen, tenemos un diputado. (El señor Azpiazu Uriarte: ¡Ah, bueno!) No desaparece porque ustedes hacen igual que con las grietas de Garoña, se lo inventan o desinventan.
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario Catalán, tiene la palabra la señora Riera.
La señora RIERA I REÑÉ: En relación con la proposición no de ley que nos ocupa, tal como hemos manifestado en diversas ocasiones, nuestra posición respecto de la energía nuclear ha sido siempre clara en el marco del mix energético por el que apostamos y que defendemos, y sobre todo en el marco de la seguridad que exigimos a las centrales nucleares. Desde Convergència i Unió no compartimos el contenido de la proposición no de ley y haré unas consideraciones al respecto.
En primer lugar, no podemos olvidar que, de acuerdo con el artículo 1 de la Ley 33/2007, de 7 de noviembre, el Consejo de Seguridad Nuclear es el organismo regulador competente en materia de seguridad nuclear y protección radiológica, por lo que deben acatarse los informes preceptivos del mismo. En este sentido, el dictamen favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear en relación con la modificación de la Orden ministerial de 3 de julio de 2009, que fija el cese de la explotación de la instalación de Santa María de Garoña el 6 de julio de 2013, resulta resolutorio.
En sus conclusiones, el órgano regulador apunta que bajo el punto de vista de la seguridad nuclear y la protección radiológica, una vez analizada la experiencia operativa de la instalación y sus resultados en el sistema integrado de supervisión de centrales, no existe ningún impedimento para que se lleve a cabo la modificación de la Orden ministerial de 2009, avalando así la posible continuidad de la central. Por ello, si bien es cierto que este dictamen emitido el pasado 17 de febrero del Consejo de Seguridad Nuclear es independiente del que deberá realizar el organismo regulador ante una nueva petición de licencia para la instalación, desde Convergència i Unió apoyamos al Gobierno en su decisión de modificar la Orden ministerial de 3 de julio de 2009 y consideramos conveniente se solicite una nueva petición de licencia para prorrogar la vida útil de la central nuclear.
En segundo lugar, y no por ello menos importante, desde mi grupo parlamentario queremos poner en consideración un tema que para nosotros es fundamental, la seguridad. Desde nuestro grupo parlamentario priorizamos el reforzamiento de la seguridad en las centrales nucleares y es por este motivo que consideramos fundamental que el titular de la central nuclear actúe de acuerdo con lo estipulado por el órgano regulador en relación con esta cuestión. De este modo, es necesario que se lleven a cabo las condiciones relativas a la seguridad nuclear y a la protección radiológica establecidas en el dictamen del consejo, así como también todas las recomendaciones después de los test de resistencia a que se sometieron las centrales nucleares españolas ante la catástrofe de Fukushima.
Por último, señor presidente, señorías, desde el grupo que represento y tal como constatamos en las conclusiones de la subcomisión de Energía, apoyamos y apostamos por los objetivos de menor dependencia, mayor eficiencia, más ahorro y mayor diversificación. Y en este proceso de diversificación de las fuentes de energía apostamos por las energías renovables y por el cumplimiento de los objetivos 20-20-20 en renovables, y también apostamos y consideramos aún hoy necesaria la energía nuclear; eso sí, con una apuesta contundente por su seguridad, de acuerdo con lo que marca y estipula el Consejo de Seguridad Nuclear.
El señor PRESIDENTE: Para fijar la posición del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra don Antonio Erias.
El señor ERIAS REY: Señoras y señores diputados, la proposición no de ley que hoy estamos debatiendo propone instar al Gobierno al cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña por razones de seguridad, al tratarse -a juicio de los proponentes- de una instalación obsoleta que ya ha superado su vida útil. Con los mismos argumentos el Grupo Socialista presenta su enmienda añadiéndole al texto del proponente que la producción de Garoña es prescindible para nuestro mix energético. Esta coincidencia del proponente y del enmendante no es casual y el Partido Popular no la comparte, pues no existen problemas de seguridad en Garoña, tal y como apuntan el proponente y el enmendante, ya que como ha señalado recientemente el Consejo de Seguridad Nuclear en su informe de febrero, donde explicita los test de estrés a los cuales se ha sometido todo el parque nuclear español, dice textualmente lo siguiente:
No existe ni se identifica ningún factor que suponga una debilidad relevante de seguridad de las centrales nucleares españolas. Por lo tanto -aquí termina lo que es textual- resulta chocante, a nuestro juicio, que por superar Garoña la vida técnica útil se proponga el cierre de una instalación segura y que aporta, como ya se ha dicho, el 6,5 por ciento de la energía nuclear producida en España en 2011 o, lo que es lo mismo, el consumo eléctrico del 33 por ciento de lo que se consume en Castilla y León. Por ello, no nos parece adecuado el cierre de la misma, a pesar de que nuestra potencia instalada -como bien dicen algunos- sobrepase con creces la llamada demanda punta. Es más, no compartimos que en estos momentos de crisis -al igual que ha señalado el señor ministro Soria- resulte adecuado prescindir de ninguna tecnología, pues la crisis económica y financiera actual ha acrecentado las dificultades de construir nuevas instalaciones y de continuar desarrollando el apoyo a tecnologías que no han alcanzado la paridad de red.
Es muy fácil continuar demonizando y enfrentando tecnologías, pero no resulta tan fácil hacer que la energía se erija de nuevo como un factor de competitividad. Por ello, con la política energética del Gobierno actual se está tratando de encontrar un mix equilibrado y no desperdiciar ni desaprovechar ninguna de las fuentes energéticas existentes para que una vez más la energía se conforme como un elemento decisivo para la necesaria recuperación económica de España. En definitiva, la cuestión no es cuánto tienen de vida útil las centrales nucleares, sino hasta qué punto está garantizada su seguridad y la protección radiológica en ellas. Tal y como ha señalado el Consejo de Seguridad Nuclear, Garoña certifica que no tiene los problemas enunciados en la proposición no de ley.
Señores diputados, la energía nuclear contribuye en buena medida a garantizar el suministro energético y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La misma alcanzó en España en 2011 un 8 por ciento de la potencia instalada y cubrió el 20 por ciento de la demanda. Por ello, desde el Partido Popular creemos en la misma y así lo demostramos con nuestra acción política, cuando acordamos la construcción del ATC, que ha estado paralizado mucho tiempo y que es uno de los elementos básicos para garantizar esa seguridad de la cual estamos hablando. Y como la energía generada por las centrales nucleares -también se ha dicho aquí- es una energía de base, esta debe ayudar a darle estabilidad al sistema eléctrico porque, si no, es cierto, las renovables podrían tener muchos problemas para suministrar la energía constantemente.
Está claro también que la vida útil de una central nuclear no puede ser determinada por una ley. El Gobierno anterior llegó a decir incluso -llevado por un cierto paroxismo- que se iba a fijar por ley la vida útil. La vida útil quien la tiene que determinar es el Consejo de Seguridad Nuclear, y si el Consejo de Seguridad Nuclear determina que la central es segura, lógicamente no hay por qué ponerle problemas a la vida útil de la central. Es más, en el mundo la vida útil de las centrales nucleares con reactores similares a los de Garoña se ha extendido de los 40 a los 60 años. En España se va a desarrollar de una manera más prudente. Lo que sí es cierto, señor presidente, señores diputados, es que la política energética de los últimos años no ha estado a la altura de los requerimientos de la economía y de la sociedad española, y es el sector energético el que ha padecido básicamente los resultados de la misma por la inseguridad regulatoria generada y por el sobredimensionamiento de la potencia instalada, así como por el desbordamiento que se produjo con las energías renovables. Todas estas razones que acabo de enumerar hacen que rechacemos esta proposición no de ley.
El señor PRESIDENTE: Señor Yuste, le tengo que preguntar si acepta o no la enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Socialista.
El señor YUSTE CABELLO: Sí, acepto la enmienda.
Transcripción íntegra del debate sobre el cierre de Garoña
Este miércoles la Comisión de Industria del Congreso ha debatido y votado la Proposición no de ley del diputado de la Izquierda de Aragón, que reclamaba al Gobierno el cierre inmediato de Garoña
El orden del día de la Comisión de Industria, Energía y Turismo, que se ha celebrado este miércoles día 22 de febrero, ha incluido como punto número 4 de los siete puntos del orden del día, la proposición no de ley presentada por Chesús Yuste como portavoz del Grupo Parlamentario La Izquierda Plural en la citada comisión, en la que se reclamaba el cierre de la central nuclear de Garoña.
El resultado de la votación ha sido 24 votos en contra, 20 a favor y ninguna abstención: PP, CIU y UPyD han votado en contra mientras que CHA,PSOE,ICV,IU,BNG y PNV han votado a favor.
Adjuntamos transcripción integra del debate:
-SOBRE EL CIERRE DE LA CENTRAL NUCLEAR DE SANTA MARÍA DE GAROÑA. PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO DE IU, ICV-EUiA, CHA: LA IZQUIERDA PLURAL. (Número de expediente 161/000075).
El señor PRESIDENTE: Pasamos al siguiente punto del orden del día: Proposición no de ley sobre el cierre de la central nuclear de Santa María de Garoña, de la que es autor el Grupo Parlamentario de la Izquierda Plural. Para su defensa tiene la palabra don Chesús Yuste.
El señor YUSTE CABELLO: Una de las primeras iniciativas de este Gobierno ha sido precisamente prorrogar la actividad de la central nuclear de Santa María de Garoña, una decisión que, a nuestro juicio, choca con el signo de los tiempos. Pero, claro, esa es la tónica general de este Gobierno, ir marcha atrás; en lugar de ponerse a la cabeza de la imprescindible revolución tecnológica, este Gobierno ha decidido paralizar el desarrollo de las energías renovables y prolongar la vida de una central nuclear obsoleta, de cuarenta años que, recordémoslo, era la vida útil prevista cuando se construyó; una central, Santa María de Garoña, que es la más antigua de España.
Repasemos brevemente su historia. Inaugurada en 1971 siendo jefe del Estado el general Franco, en julio de 2009 expiraba su permiso de explotación y por eso la compañía propietaria de la central, Nuclenor, constituida a partes iguales por Endesa e Iberdrola, solicitó al Gobierno anterior la extensión de su vida útil diez años más, hasta 2019. Se perdió entonces la oportunidad de cerrar esa instalación, porque el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, previo informe del Consejo de Seguridad Nuclear, aprobó la prórroga de la explotación durante cuatro años, hasta el 6 de julio de 2013. Ahora, el nuevo Gobierno del Partido Popular quiere revocar esa orden ministerial para prolongar su actividad hasta 2019, como pedían inicialmente las empresas propietarias, y eso supone que Garoña alcance la vida útil de cuarenta y ocho años.
Señoras y señores diputados, ¿tiene sentido que mantengamos en funcionamiento una central nuclear que ya ha cumplido los cuarenta años, que se corresponde a una tecnología y a una instalación obsoletas, con los riesgos para la seguridad que ello conlleva, a pesar de la escasísima aportación de la central nuclear de Santa María de Garoña al mix de la producción energética en el Estado español? ¿Tiene sentido? Nosotros creemos que no. ¿Por qué se ha tomado esa decisión entonces? Desde luego, no parece que sea por el interés general. La producción de Garoña -lo decíamos antes- es muy pequeña, es irrelevante desde el punto de vista del total energético español. ¿Eso puede justificar la prórroga de su vida útil? ¿Pero no quedábamos en que sobra producción energética de las energías renovables, como decía el ministro de Industria, Energía y Turismo hace unas semanas, precisamente cuando intentaba justificar el parón de las energías renovables durante la convalidación del penúltimo decretazo?
Si era verdad ese argumento entonces, ¿por qué no se aplica también para el caso de Garoña? Pues porque no es verdad, porque el PP, al menos en este caso, defiende claramente la ley del embudo. A las fuentes energéticas del futuro les damos el portazo, a las energías limpias y renovables, la paralización, pero para la energía nuclear alfombra roja, para Endesa y para Iberdrola, que son las propietarias de la central nuclear de Garoña, tenemos luz verde, lo que ustedes quieran, sí señor, faltaría más, ¿hasta el 2019?, pues hasta el 2019. Para que quede claro, sin pestañear, quien manda en este país; eso es lo que ha hecho este Gobierno.
EL interés general es que se cierre de forma inmediata la central nuclear más antigua de España, con más de 40 años, una central obsoleta, cuyo diseño es igual que el reactor más antiguo de los accidentados en Fukushima; una central que, según reconoció el mismísimo Consejo de Seguridad Nuclear, sufría un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión en la vasija del reactor, que es el corazón de la central, donde se alberga el combustible de uranio. No pretendo con esta referencia hacer alarmismo, pero, sinceramente, no creo que con arreglos, con políticas de parche, podamos mantener en funcionamiento una central que en estos momentos es perfectamente prescindible; esa es la clave, que en estos momentos es perfectamente prescindible. Por lo tanto, el único interés para la prórroga de su vida útil es el interés económico de las grandes compañías eléctricas, no desde luego el interés general.
En estos últimos años se han venido acumulando incidencias, todas ellas calificadas de nivel cero, sin consecuencias -menos mal-, pero han venido acumulándose esas incidencias, esos problemas, fruto sin duda de la obsolescencia, con los riesgos que conlleva para la seguridad de esta central. Una obsolescencia que ha sembrado la incertidumbre desde hace décadas en las poblaciones del entorno; desde luego, en las provincias de Brugos, en los territorios históricos de Álava y Bizkaia, y también obviamente en las comunidades bañadas por el río Ebro aguas abajo, desde La Rioja hasta Navarra, Aragón, etcétera. Por eso, desde este grupo parlamentario, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, Chunta Aragonesista: La Izquierda Plural, proponemos que el Gobierno acometa el cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña por razones de seguridad, al tratarse de una instalación obsoleta que ya ha superado su vida útil. Para ello pido el voto favorable a todos los grupos parlamentarios.
El señor PRESIDENTE: A esta proposición no de ley se ha presentado una sola enmienda del Grupo Parlamentario Socialista.
Para su defensa tiene la palabra don Luis Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: La central nuclear de Santa María de Garoña se ha colocado en el centro del debate energético durante los últimos años, como bien saben sus señorías, y en cuanto a la proposición no de ley que hoy nos ocupa, es cierto que el Grupo Socialista comparte el objetivo de la misma, aunque tenemos alguna duda más sobre la motivación, porque aunque el grupo proponente lo ha introducido ahora en su discurso, en el texto de la proposición fundamentaba la petición de cierre de la central únicamente en la seguridad, y desde nuestro punto de vista es evidente que la energía nuclear comporta graves riesgos, como se ha demostrado tras el accidente de Fukushima -una central, por cierto, gemela de Garoña-, y además esta es la central más antigua de España, que con la licencia en vigor ya alcanzaría los 42 años de funcionamiento, superando efectivamente la vida útil para la que fue diseñada.
En todo caso, no podemos poner en duda todo el entramado de seguridad de nuestras centrales, y en nuestro país el Consejo de Seguridad Nuclear, que es el organismo encargado de supervisar la seguridad, trabaja desde nuestro punto de vista con profesionalidad e independencia. Además, por otra parte, es el encargado de recomendar las medidas adicionales que corresponde tomar, por ejemplo, tras las pruebas a las que se han sometido estas instalaciones en toda Europa después del accidente de Japón.
El problema es que no existe la seguridad absoluta. La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, por ejemplo, se ha disculpado hace apenas dos días, tras reconocer que las medidas de seguridad previstas en las centrales de ese país en caso de desastre natural eran insuficientes. El problema es que estamos hablando de un riesgo potencial y de consecuencias inasumibles en caso de accidente. Precisamente por eso, las centrales nucleares no son una industria cualquiera, no son como una fábrica de coches, motivo por el que además de un informe técnico sobre la seguridad, hace falta una autorización del Gobierno sobre su funcionamiento o prórroga.
Por eso, se nos queda escasa la motivación de esta proposición, porque no se trata solo de una cuestión de seguridad, aunque es verdad que parece precipitado apostar por más prórrogas a una central obsoleta antes de que finalice el examen de esas pruebas de resistencia hechas al parque nuclear europeo. Se trata sobre todo de una opción política, de una estrategia de política energética; una estrategia de política energética que definió muy bien el anterior Gobierno socialista, que apostó por las energías renovables y por el abandono progresivo de la energía nuclear, como están haciendo la mayoría de los gobiernos de nuestro entorno.
El actual Gobierno ha optado por otra cosa, ha optado por pedir una nueva prórroga para una central nuclear y, al mismo tiempo, acabar con el desarrollo de las energías renovables en nuestro país; ha optado por potenciar una energía que comporta graves riesgos y que genera peligrosos residuos y acabar con las energías sostenibles, algo en lo que nuestro país se había convertido por fin en una potencia mundial. Señorías, pero es que además hay una serie de falsos mitos sobre la energía nuclear que convendría desmontar. No es cierto que sea una energía barata, de hecho requiere una inversión inicial a la que ninguna empresa se lanza sin el apoyo decidido de las instituciones. Además, nunca se considera entre sus costes las grandes inversiones en seguridad que se deben realizar en las zonas de afección, o el coste de tratamiento y almacenaje de los residuos, y desde luego no significa tampoco desarrollo económico.
De hecho, la central de Santa María de Garoña ha provocado que la comarca burgalesa donde está situada haya perdido más del 42 por ciento de su población desde que se inauguró la central nuclear. Por tanto, no significa desarrollo económico. Ayer mismo, el presidente de la Diputación Provincial de Burgos, del Partido Popular, reconocía por fin que son necesarias inversiones en la comarca para paliar la depresión en la que se veía sometida desde la inauguración de la central. En todo caso, estamos hablando de mantener el empleo en la central seis años más, hasta el 2019, mientras que se está descalificando un plan alternativo que sí que puede servir para crear un tejido productivo sostenible en la zona. Me gustaría recordar que quienes hoy probable o previsiblemente votarán en contra de esta proposición, el Grupo Popular, sustentan un Gobierno que tiene paralizada la tercera convocatoria del Plan Reindus, que servirá precisamente para crear puestos de trabajo sostenibles en la comarca.
Por todo el ello, el Grupo Parlamentario Socialista no puede defender la continuidad de Garoña más allá de 2013, por los riesgos potenciales de seguridad, por ser una energía insostenible, por ser una tecnología cara y porque desde luego es más conveniente para nuestro país seguir apostando por el desarrollo de las energías renovables. Desde luego, no se puede atender a la demagogia de justificar con la crisis la teórica salvación de unos centenares de empleos mientras que con el Real Decreto-ley de la moratoria a las renovables se condena a la desaparición de miles de empleos también en la provincia de Burgos en este sector de las renovables.
Adelantándome a unas críticas que este grupo ha recibido por parte del Partido Popular durante los últimos años, se volverá a decir que estas posiciones son un capricho ideológico; en fin, supongo que en este caso la postura socialista será igual de caprichosa y llena de prejuicios ideológicos, como la que ha mantenido la señora Merkel, que ha cerrado varias centrales nucleares en su país, sin que, por cierto, haya habido problemas de suministro eléctrico. Si no les gusta este ejemplo seguramente me sumo a los prejuicios ideológicos contra la energía nuclear que han manifestado el señor Oyarzábal, secretario general del Partido Popular del País Vasco, y el alcalde del Partido Popular en Vitoria, el señor Maroto, que han criticado estos días la decisión del ministro de Industria de prorrogar la concesión de Garoña.
El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: En fin, supongo que detrás de esta contradicción estará también la herencia socialista.
En cualquier caso, el Grupo Parlamentario Socialista ha presentado una enmienda de adición prácticamente al grupo proponente en la que se introduce…
El señor PRESIDENTE: Tiene que concluir, señor Tudanca.
El señor TUDANCA FERNÁNDEZ: Sí, termino en un segundo, señor presidente.
Como decía, con esta enmienda introducimos precisamente esta apuesta por volver a la estrategia de fomento de las energías renovables, que confío que el grupo proponente acepte.
El señor PRESIDENTE: Pasamos al turno de fijación de posiciones. En primer lugar, para fijar la posición del Grupo Mixto, tiene la palabra la señora Ariztegui.
La señora ARIZTEGUI LARRAÑAGA: Desde luego, apoyamos esta PNL y exigimos el cierre inmediato de Garoña ya, porque entendemos que debería estarlo desde hace mucho tiempo. Lo hacemos por tres razones fundamentales, algunas de las cuales ya se han dicho aquí: la primera sería por seguridad, la segunda porque ya es hora de desterrar el modelo nuclear y, la tercera, por el amplio consenso social que hay en contra de este modelo. Las técnicas, ya se han dicho aquí. Pero se trata la central de las mil y una grietas. El deterioro es generalizado y progresivo, que está empeorando con el tiempo. Su vida útil está más que agotada ya hace muchísimo tiempo. El diseño, los materiales y el proceso de fabricación han sido inadecuados y desde luego están totalmente obsoletos y fuera de normativa, porque no cumplen las normas internacionales. Es la única de primera generación, tras el cierre de Vandellòs y Zorita.
Los agrietamientos son imparables y desde luego no se han solucionado hasta ahora. Vamos, que la situación es lamentable y este dictamen del CSN nos parece vergonzoso. Además, hay que recordar que está a 45 kilómetros de Vitoria y a 80 kilómetros de Bilbao en línea recta, los principales núcleos de población, las ciudades vascas más habitadas.
En cuanto a la segunda razón, el modelo energético, debemos apostar por modelos de sostenibilidad social, económica y medioambiental. Tiene que haber ya un necesario debate sobre cambio de modelo energético y desarrollo y, desde luego, estamos viendo que la dirección es totalmente contraria a la que se debe de ir. Debemos apostar por energías seguras, limpias y menos costosas y dar prioridad a garantías de sostenibilidad y seguridad.
Entendemos que esta central está totalmente amortizada y no aporta nada a la capacidad energética hoy en día, como ya se ha dicho aquí, es escasísima la contribución energética de Garoña. También debemos recordar que tenemos una superproducción, tenemos potencia eléctrica instalada de sobra. Asimismo, hay que mencionar que la nuclear no es barata, como ya se ha dicho aquí por los compañeros. Hay que tener en cuenta todos los costes reales, que ahora mismo no se tienen en cuenta, así como la dependencia que tenemos como importadores netos de combustible que somos. Hay que tener en cuenta todos los costes tanto de producción, transporte, distribución, subvenciones y, por supuesto, desmantelamiento, gestión de residuos, etcétera, que nunca se tienen en cuenta sobre este modelo energético y, desde luego, que la salud no tiene precio.
Y la tercera razón que nos impulsa a apoyar desde luego esta PNL es el amplio consenso social que hay a favor del cierre, que no es actual, que viene de hace tiempo, el sentir mayoritario de la sociedad vasca. Desde luego, todas las instituciones, el Parlamento de Gasteiz, ayuntamientos, diputaciones y representantes de otro tipo de instituciones, como ya se ha dicho aquí, el alcalde de Gasteiz, del PP, el señor Oyarzábal, se han manifestado en contra de esta central y por el cierre ya. En este sentido, entendemos que este informe y la posible apertura es en todos los sentidos un retroceso y que también abre puertas a otras centrales europeas, que pueden estar esperando que se mantenga esta apuesta por lo nuclear, y nos parece muy peligroso. Hay que tener en cuenta la postura de Alemania, que ya se ha comentado también aquí, que ha hecho una apuesta seria por el cierre de las centrales nucleares. Si hacemos caso a Alemania en otros temas, por qué no en éste. Desde luego, nos hemos olvidado fácil y rápidamente de Fukushima. Está claro que debemos apostar por la ciudadanía, por las personas y no por las grandes empresas, que al final es el trasfondo de esta apuesta. Por lo tanto, Garoña es un yogur que está caducado hace muchísimo tiempo, y la pregunta es: ¿se hacen ustedes responsables de lo que pueda ocurrir?
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra don Pedro Azpiazu.
El señor AZPIAZU URIARTE: Señor presidente, seré breve.
Nuestro grupo se ha manifestado reiteradas veces y en múltiples lugares con relación al cierre de Garoña. Hemos defendido siempre el cierre de esta central nuclear. Por lo tanto, no voy a argumentar excesivamente al respecto. Hemos defendido tanto el cierre de la central nuclear como que se pongan en marcha todas las políticas de reactivación de la zona de Garoña, para que los efectos negativos que del cierre pudieran derivarse en la población, en el empleo, etcétera, tuvieran una compensación también en esa misma zona geográfica. Por lo tanto, insito, creo que hemos sido claros muchas veces no solo en esta Cámara, también en el Parlamento vasco, en el Ayuntamiento de Vitoria, en las juntas generales, etcétera.
Además, hay una cuestión curiosa, en el Parlamento vasco ha habido unanimidad de todos los partidos políticos defendiendo el cierre de Garoña; unanimidad que incluye al Partido Socialista y al Partido Popular. Por eso, hoy ha salido aquí el nombre del señor Oyarzábal -número dos del Partido Popular en Euskadi y desde el pasado fin de semana forma parte del núcleo duro del Partido Popular-, que se manifestaba a favor del cierre de la central, al menos decía que el PNV lo que tenía que hacer era utilizar a Kutxabank como accionista de Iberdrola para fomentar el cierre de Garoña. Creo que esto es un poco ya retorcido y difícil de entender. Si el señor Oyarzábal está en contra de Garoña, que lo diga, y eso será una contradicción que tendrá el propio Partido Popular, pero a quien debe transmitir su voluntad política el señor Oyarzábal es a este Gobierno a través de su ministro de Industria, de lo contrario generaría un problema, yo creo que político, considerable.
No es que el señor Oyarzábal tenga una opinión diferente como pueden tener los diferentes miembros del PP en una cuestión opinable, sino que creemos que tiene una opinión muy diferente en una cuestión políticamente clave. En ese sentido creemos que no se puede tener una opinión diferente, porque esto permitiría jugar a doble banda, lo que no tiene efectivamente mucho sentido. De todas formas, mientras el Gobierno y el señor Oyarzábal se van aclarando, nosotros seguiremos a lo nuestro y votaremos que sí a esta proposición por la que se solicita el cierre de la central nuclear de Garoña.
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario de Unión Progreso y Democracia tiene la palabra el señor Martínez.
El señor MARTÍNEZ GORRIARÁN: La política energética nacional -creo que todos estamos de acuerdo en eso-, la política energética en general, desde una punto de vista global, es un tema muy serio. Pero creo que para oponerse a la energía nuclear o a cualquier otra hay que dar razones serias, y razones serias no es, por ejemplo, tergiversar, como se hace en la exposición de motivos de esta PNL, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear, que no dice absolutamente nada de lo que se dice aquí que dice. Sin duda, hay razones de peso para oponerse a la energía nuclear y ofrecer alternativas, pero es que hay que darlas y decirlas. Lo que no se puede hacer es crear un muñeco y luego alancearlo, hacer una caricatura ridícula de lo que es la central de Garoña y mirarlo desde un punto de vista geográfico absolutamente sesgado para decir que tienen que cerrarla, por ejemplo porque puede afectar a Bilbao. También puede afectar a Burgos. ¿O no nos importa que afecte a Burgos pero sí a Bilbao? Igual es porque en Bilbao cotiza Iberdrola y es importante preservar la bolsa de negocio. A mí, desde luego, me parece bastante absurdo, me parece un insulto a los ciudadanos y una humillación colectiva que se mienta a la gente sobre las verdaderas razones. (Rumores.) Sí, es mentir decir que el Consejo de Seguridad Nuclear dice que Garoña se cae a pedazos. No es verdad, el informe dice lo contrario y además dice otra cosa, establece condiciones para reforzar la seguridad, para mejorarla, para darle la prórroga. Además, el Consejo de Seguridad Nuclear es uno de los pocos organismos independientes que hay en España y existe un consenso general de que los informes que hace son solventes, serios y fiables. Si vamos a hacer informes de partido, por supuesto antinucleares o pronucleares, pues díganlo y ya está. Entonces hacemos informes ideológicos que digan que los neutrones, o no, pueden tener una lectura ideológica.
El problema de las centrales nucleares en España y en cualquier otro país no se soluciona con las energías renovables, vamos a informar a la gente de verdad de los problemas. Las energías renovables necesitan una energía de base, que tiene que suministrar una energía de ciclo convencional, puede ser nuclear o no. Podemos decir, porque es legítimo defenderlo, como Italia, que no queremos nucleares; bien, se puede decir. Pero vamos a decir la verdad a la gente, no vamos a contar cuentos de brujas para asustar. Es decir, si no son nucleares necesitaremos centrales que quemen carbón o centrales de ciclo combinado, pero es que para que haya energías renovables eficientes que estén suministrando luz en los enchufes de la gente, hace falta centrales de ciclo convencional que den una energía de base. Y esto es un hecho, no es una opinión. Ustedes pueden seguir despreciando los hechos o inventándoselos, que es una costumbre nacional que nos ha llevado a esta situación de crisis. Pero bueno, yo creo que no estaría mal tomarse en serio a la ciudadanía y decirle las cosas como son. Por lo tanto, si no queremos nucleares, digamos cuál es la alternativa.
¿Carbón, gas, qué quemamos en su lugar? Porque desde luego las energías renovables -y lo sabe todo el mundo que se ha informado un poco sobre esto- tienen un problema, tienen picos y valles y hay momentos en que no se puede garantizar el suministro solo con renovables. Podemos aumentar la cantidad de renovables al 70 o el 80 por ciento del suministro potencial, pero si no hay una energía de base constante sobre la base de ciclos convencionales, no tenemos energía cuando uno enciende la luz.
Esto es así. Entonces, si decimos: no queremos nucleares, muy bien, pero digan ustedes qué quieren alternativamente. ¿Carbón -insisto-, ciclos renovables, quemar petróleo o qué? Esta es la cuestión, porque lo demás es engañar a la gente y tomarnos a todos -insisto- por tontos.
Desde luego, el informe del Consejo de Seguridad Nuclear no dice lo que ustedes dicen que dice, y a mí eso ya me parece, justamente esta falta de respeto a los hechos, una razón suficiente para oponerme a su propuesta. Si ustedes nos dicen por qué sustituimos Garoña, que, por cierto, no sé de dónde sacan que el 5 por ciento de la producción de energía es algo despreciable y marginal. (El señor Yuste Cabello: No es el 5 por ciento.) Claro sí, depende en qué momento, es precisamente porque depende de la producción de energía. (Rumores.)
El señor PRESIDENTE: Señor Martínez, un momento. Ruego a los señores diputados que guarden silencio mientras tiene el uso de la palabra otro diputado. Tienen la opción de intervenir en su turno correspondiente. Por lo tanto, señor Martínez, disculpe; puede continuar.
El señor MARTÍNEZ GORRIARÁN: Acabo enseguida; voy a hacer solo dos precisiones más.
En primer lugar, a mi grupo no le parece mal en absoluto someter a discusión si hay alternativas mejores en energía nuclear, pero tendrá que ser sobre la base de hechos, de informes veraces y de interpretaciones verosímiles y no engañosas de los datos que la realidad nos ofrece. Y en segundo lugar, es falso también que en el Parlamento vasco haya habido unanimidad respecto al cierre de Garoña, porque mi partido tiene allí un diputado y no ha votado a favor de esto, y por mucho que ustedes se empeñen, tenemos un diputado. (El señor Azpiazu Uriarte: ¡Ah, bueno!) No desaparece porque ustedes hacen igual que con las grietas de Garoña, se lo inventan o desinventan.
El señor PRESIDENTE: A continuación, por el Grupo Parlamentario Catalán, tiene la palabra la señora Riera.
La señora RIERA I REÑÉ: En relación con la proposición no de ley que nos ocupa, tal como hemos manifestado en diversas ocasiones, nuestra posición respecto de la energía nuclear ha sido siempre clara en el marco del mix energético por el que apostamos y que defendemos, y sobre todo en el marco de la seguridad que exigimos a las centrales nucleares. Desde Convergència i Unió no compartimos el contenido de la proposición no de ley y haré unas consideraciones al respecto.
En primer lugar, no podemos olvidar que, de acuerdo con el artículo 1 de la Ley 33/2007, de 7 de noviembre, el Consejo de Seguridad Nuclear es el organismo regulador competente en materia de seguridad nuclear y protección radiológica, por lo que deben acatarse los informes preceptivos del mismo. En este sentido, el dictamen favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear en relación con la modificación de la Orden ministerial de 3 de julio de 2009, que fija el cese de la explotación de la instalación de Santa María de Garoña el 6 de julio de 2013, resulta resolutorio.
En sus conclusiones, el órgano regulador apunta que bajo el punto de vista de la seguridad nuclear y la protección radiológica, una vez analizada la experiencia operativa de la instalación y sus resultados en el sistema integrado de supervisión de centrales, no existe ningún impedimento para que se lleve a cabo la modificación de la Orden ministerial de 2009, avalando así la posible continuidad de la central. Por ello, si bien es cierto que este dictamen emitido el pasado 17 de febrero del Consejo de Seguridad Nuclear es independiente del que deberá realizar el organismo regulador ante una nueva petición de licencia para la instalación, desde Convergència i Unió apoyamos al Gobierno en su decisión de modificar la Orden ministerial de 3 de julio de 2009 y consideramos conveniente se solicite una nueva petición de licencia para prorrogar la vida útil de la central nuclear.
En segundo lugar, y no por ello menos importante, desde mi grupo parlamentario queremos poner en consideración un tema que para nosotros es fundamental, la seguridad. Desde nuestro grupo parlamentario priorizamos el reforzamiento de la seguridad en las centrales nucleares y es por este motivo que consideramos fundamental que el titular de la central nuclear actúe de acuerdo con lo estipulado por el órgano regulador en relación con esta cuestión. De este modo, es necesario que se lleven a cabo las condiciones relativas a la seguridad nuclear y a la protección radiológica establecidas en el dictamen del consejo, así como también todas las recomendaciones después de los test de resistencia a que se sometieron las centrales nucleares españolas ante la catástrofe de Fukushima.
Por último, señor presidente, señorías, desde el grupo que represento y tal como constatamos en las conclusiones de la subcomisión de Energía, apoyamos y apostamos por los objetivos de menor dependencia, mayor eficiencia, más ahorro y mayor diversificación. Y en este proceso de diversificación de las fuentes de energía apostamos por las energías renovables y por el cumplimiento de los objetivos 20-20-20 en renovables, y también apostamos y consideramos aún hoy necesaria la energía nuclear; eso sí, con una apuesta contundente por su seguridad, de acuerdo con lo que marca y estipula el Consejo de Seguridad Nuclear.
El señor PRESIDENTE: Para fijar la posición del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra don Antonio Erias.
El señor ERIAS REY: Señoras y señores diputados, la proposición no de ley que hoy estamos debatiendo propone instar al Gobierno al cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña por razones de seguridad, al tratarse -a juicio de los proponentes- de una instalación obsoleta que ya ha superado su vida útil. Con los mismos argumentos el Grupo Socialista presenta su enmienda añadiéndole al texto del proponente que la producción de Garoña es prescindible para nuestro mix energético. Esta coincidencia del proponente y del enmendante no es casual y el Partido Popular no la comparte, pues no existen problemas de seguridad en Garoña, tal y como apuntan el proponente y el enmendante, ya que como ha señalado recientemente el Consejo de Seguridad Nuclear en su informe de febrero, donde explicita los test de estrés a los cuales se ha sometido todo el parque nuclear español, dice textualmente lo siguiente:
No existe ni se identifica ningún factor que suponga una debilidad relevante de seguridad de las centrales nucleares españolas. Por lo tanto -aquí termina lo que es textual- resulta chocante, a nuestro juicio, que por superar Garoña la vida técnica útil se proponga el cierre de una instalación segura y que aporta, como ya se ha dicho, el 6,5 por ciento de la energía nuclear producida en España en 2011 o, lo que es lo mismo, el consumo eléctrico del 33 por ciento de lo que se consume en Castilla y León. Por ello, no nos parece adecuado el cierre de la misma, a pesar de que nuestra potencia instalada -como bien dicen algunos- sobrepase con creces la llamada demanda punta. Es más, no compartimos que en estos momentos de crisis -al igual que ha señalado el señor ministro Soria- resulte adecuado prescindir de ninguna tecnología, pues la crisis económica y financiera actual ha acrecentado las dificultades de construir nuevas instalaciones y de continuar desarrollando el apoyo a tecnologías que no han alcanzado la paridad de red.
Es muy fácil continuar demonizando y enfrentando tecnologías, pero no resulta tan fácil hacer que la energía se erija de nuevo como un factor de competitividad. Por ello, con la política energética del Gobierno actual se está tratando de encontrar un mix equilibrado y no desperdiciar ni desaprovechar ninguna de las fuentes energéticas existentes para que una vez más la energía se conforme como un elemento decisivo para la necesaria recuperación económica de España. En definitiva, la cuestión no es cuánto tienen de vida útil las centrales nucleares, sino hasta qué punto está garantizada su seguridad y la protección radiológica en ellas. Tal y como ha señalado el Consejo de Seguridad Nuclear, Garoña certifica que no tiene los problemas enunciados en la proposición no de ley.
Señores diputados, la energía nuclear contribuye en buena medida a garantizar el suministro energético y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La misma alcanzó en España en 2011 un 8 por ciento de la potencia instalada y cubrió el 20 por ciento de la demanda. Por ello, desde el Partido Popular creemos en la misma y así lo demostramos con nuestra acción política, cuando acordamos la construcción del ATC, que ha estado paralizado mucho tiempo y que es uno de los elementos básicos para garantizar esa seguridad de la cual estamos hablando. Y como la energía generada por las centrales nucleares -también se ha dicho aquí- es una energía de base, esta debe ayudar a darle estabilidad al sistema eléctrico porque, si no, es cierto, las renovables podrían tener muchos problemas para suministrar la energía constantemente.
Está claro también que la vida útil de una central nuclear no puede ser determinada por una ley. El Gobierno anterior llegó a decir incluso -llevado por un cierto paroxismo- que se iba a fijar por ley la vida útil. La vida útil quien la tiene que determinar es el Consejo de Seguridad Nuclear, y si el Consejo de Seguridad Nuclear determina que la central es segura, lógicamente no hay por qué ponerle problemas a la vida útil de la central. Es más, en el mundo la vida útil de las centrales nucleares con reactores similares a los de Garoña se ha extendido de los 40 a los 60 años. En España se va a desarrollar de una manera más prudente. Lo que sí es cierto, señor presidente, señores diputados, es que la política energética de los últimos años no ha estado a la altura de los requerimientos de la economía y de la sociedad española, y es el sector energético el que ha padecido básicamente los resultados de la misma por la inseguridad regulatoria generada y por el sobredimensionamiento de la potencia instalada, así como por el desbordamiento que se produjo con las energías renovables. Todas estas razones que acabo de enumerar hacen que rechacemos esta proposición no de ley.
El señor PRESIDENTE: Señor Yuste, le tengo que preguntar si acepta o no la enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Socialista.
El señor YUSTE CABELLO: Sí, acepto la enmienda.