Artículo de JORGE SERRANO FERNÁNDEZ, publicado el 13 de abril de 2023 en Arainfo


No me cabía en la cabeza (y continúa siendo así) cómo se puede permitir y tolerar lo que le van a hacer a uno de los valles vírgenes del Pirineo.

Quizá sea causa de ese «peligroso adoctrinamiento» que me dieron en casa y en la educación pública cuando me hablaban de que los seres humanos debemos comportarnos respetuosamente con nuestros entornos naturales. El caso es que me cabrea lo que la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón (con el PSOE de Lambán y el PAR de Arturo Aliaga a la cabeza) quieren hacer con el Pirineo.

Escribía José Miguel Monzón (Madrid, 1955) en su libro ‘No estamos locos’ (2014) que cuando un neoliberal veía un entorno natural no veía fauna, zonas verdes, aire puro o vida sino un espacio al que sacarle rendimiento económico. De eso va el asunto que estos días atañe a Canal Roya.

Para quien no lo sepa, Canal Roya es un valle de origen glaciar situado en el municipio de Canfranc, que transcurre a los pies del pico pirenaico del Anayet y que posee una riqueza variada de ibones, volcanes y glaciares, formados a lo largo de millones de años, que a día de hoy son foco de estudio para investigadores y lugar de disfrute del turismo que representan el montañismo, alpinismo o senderismo, entre otros. Pero de la misma forma que este espacio natural es foco de un turismo sostenible, va a ser víctima del capitalismo más salvaje, que ya apunta a que va a alterar el valle construyendo telecabinas, edificios y espacios habilitados para la práctica del esquí, con la idea de construir el mayor dominio esquiable de toda España, uniendo las estaciones de Astún y Formigal.

Desde la década de los 70, según nos cuenta Gonzalo Albasi, expresidente de Montañeros Aragón, en su artículo de opinión ‘La Defensa de Canal Roya’, publicado en El Diario de Huesca en febrero de 2023, el Pirineo y sus valles naturales han sido objetivo de aquellos que quieren crear en esta cordillera un entorno económico ligado a la actividad del esquí, importándoles bien poco las consecuencias negativas, naturales, paisajísticas y ecológicas que tendría la urbanización del Pirineo. Todo aquello que se proponía entonces se paralizó debido a las crisis económicas y los cambios políticos significativos en los años posteriores.

El problema volvió a aparecer (si es que alguna vez se había ido) en 1998 debido a la candidatura olímpica de Jaca en la que se propone, entre otras cosas, la unión de estaciones entorno al Canal de Izas, pero la respuesta y las presiones del movimiento asociacionista y la sociedad civil consiguieron frenar el proyecto, que obtuvo el rechazo de algunos grupos políticos en las Cortes de Aragón.

En el año 2014, durante el gobierno del Partido Popular, encabezado por Luisa Fernanda Rudi, se aprobó el proyecto de unión de las estaciones de Formigal, Astún y Candanchú, que iba a ser financiado con dinero privado, pero la inviabilidad económica del proyecto provocó que se frenara la idea.

Aquel gobierno cayó tras las elecciones de 2015 y comenzó la IX Legislatura en las Cortes de Aragón, liderada por el PSOE de Javier Lambán, en las que el nuevo Gobierno de Aragón «indultó» el Anayet, Canal Roya y el Canal de Izas para librarlos de los planes de la especulación urbanística, según explicó el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro (CHA).

Tras las elecciones de mayo de 2019 se llevaron a cabo los acuerdos de gobierno para la formación del nuevo gobierno cuatripartito de la comunidad (PSOE, Podemos, Cha y PAR) en los que se puso sobre la mesa la urbanización y la construcción de una macroestación que uniera las estaciones de Astún y Formigal (de cara a la candidatura olímpica invernal de Aragón para el año 2030) atravesando todo el entorno natural de Canal Roya y siendo financiada ésta con el 78% de los fondos europeos para la sostenibilidad turística de la Unión Europea, o lo que es lo mismo, 26,4 millones de euros. La negativa de Podemos y Chunta Aragonesista al proyecto hizo que todo este asunto no se «aireara» hasta final de la X Legislatura, pero ambas formaciones eran conscientes de lo que podía pasar.

Y así fue, el pasado 14 de febrero de 2023 nos levantamos con la firma del convenio del proyecto de la unión de estaciones, firmada por Marta Gastón, presidenta de Aramón (grupo empresarial vinculado al esquí) y consejera de Economía del ejecutivo aragonés, Arturo Aliaga (PAR), vicepresidente de la DGA, Miguel Gracia (PSOE), presidente de la DPH y Jesús Santacruz, presidente de Astún y director general de Eivasa (empresa Estación Invernal Valle de Astún), entre otras personalidades (a las que no voy a calificar) y con la mirada atenta del presidente de Aragón, Javier Lambán, según nos muestra la fotografía realizada por Jaime Galindo, que ya se viste como la imagen cenit de la vergüenza del Gobierno de Aragón.

Y aquí nos encontramos, a un mes de las elecciones de mayo de 2023, y con la sensación de que el PSOE, el PAR y la Diputación Provincial de Huesca van a seguir adelante con la destrucción de Canal Roya.

Todo este proyecto cuenta con el rechazo de la comunidad científica, asociaciones ecologistas y de montaña, partidos u organizaciones políticas con representación en las Cortes como Podemos-Equo, Chunta Aragonesista e Izquierda Unida de Aragón. Esta última comunicó el pasado 10 de abril, de mano del coordinador general y diputado en las Cortes, Álvaro Sanz, y la eurodiputada Sira Rego, que todo este asunto se ha llevado ante la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) para que se investigue y paralice todo el proyecto debido al brutal conflicto de intereses y la falta de transparencia del mismo.

En definitiva, el proyecto de la unión de las estaciones de Astún y Formigal es una auténtica aberración paisajística y un atentado directo contra la naturaleza y el ecologismo, tan necesario en nuestro tiempo.

El conjunto del pueblo aragonés debería empezar a reflexionar (si todavía no lo ha hecho) sobre sí prefiere practicar esquí en una macroestación o seguir disfrutando de los paisajes naturales que ofrece el Pirineo. Aunque dudo mucho que quienes estén esquiando se paren a pensar en este asunto mientras se complacen de la complejidad y los maravillosos momentos que ofrece la cordillera aragonesa y que, por lo visto, parecen tener fecha de caducidad.

Seamos como Federico García Lorca cuando escribió: «Yo denuncio a toda la gente que ignora la otra mitad, la mitad irredimible que levanta sus montes de cemento donde laten los corazones».