El pasado 20 de noviembre, justo el día en el que se cumplían 40 años de la muerte en cama del dictador Francisco Franco, nos llegaba al correo de la concejalía de cultura en Borja una carta presentación de la organización Hispania Verde, firmada por Javier R. B., poniéndose a nuestra disposición para cualquier tipo de contacto o actividad.

De un tiempo a esta parte, venimos asistiendo a un paulatino y estratégico lavado de cara por parte de las organizaciones de extrema derecha de este país: el abandono de la simbología neonazi, el edulcoramiento de su mensaje en las redes sociales, la organización de campañas «solidarias» (véase, por ejemplo, las recogidas y donaciones de alimentos sólo a familias españolas) o, en este caso, la creación de grupos ecologistas.

Hispania Verde, en este sentido,es otra de estas caras presentables del partido «Movimiento Social Republicano» (MSR), partido neofascista de ideología racista y violenta, a través de la cual intentan captar nuevos militantes centrando sus actividades en el medio ambiente. Su presidente, Javier Royo Blasco, en su día miembro del partido de extrema derecha Alianza Nacional, estuvo encausado en un juicio por una paliza a un mendigo en 2009, paliza que estuvo a punto de costarle la vida y que lo dejó con una minusvalía del 60%. En dicho juicio, todos los encausados acusaron a un neonazi ucraniano que los acompañaba, por lo que al final Javier fue condenado a 4 años de cárcel por omisión de socorro.
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El MSR es el proyecto que siguió a la ilegalización de la organización neonazi Blood and Honour (Sangre y Honor), organización  xenófoba y homófoba que protagonizó numerosas palizas y agresiones violentas en varias ciudades españolas. Varios de los actuales miembros del MSR han sido condenados por su pertenencia a esta organización.
La creación de Hispania Verde por parte de este partido responde así a este cambio estratégico enmarcado dentro de las acciones que también se están realizando en el Hogar Social de Zaragoza, en el que estos grupos intentan darse difusión y fomentar su mensaje de odio a través de distintas acciones de corte social.
Que no nos engañen: son neonazis pintados de verde.