El casco histórico de Borja era declarado este agosto Bien de Interés Cultural (BIC), por el Gobierno de Aragón.

La noticia llegaba después de 30 años esperando la distinción. Y es que el procedimiento ha sido largo y tedioso porque se iniciaba nada más y nada menos que en julio de 1984. La declaración se recibía con ilusión porque, en teoría, permitirá proteger y promocionar turísticamente la numerosa arquitectura renacentista y las empinadas callejuelas típicas de la parcelación medieval que persisten.

Sin embargo, la “absoluta dejadez” por parte de todos los gobiernos que han pasado por el consistorio los últimos 40
años ha demostrado que no se ha hecho “prácticamente nada” por mantener esta emblemática zona de la localidad en buenas condiciones.