Denuncian que destinar más de 24 millones de euros a la compra del estadio del y aumentar el patrocinio a la SD Huesca supone un uso inaceptable de dinero público en beneficio de intereses privados, mientras la ciudad mantiene necesidades sociales y de servicios básicos sin atender.
El pasado mes de julio la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, anunciaba que la ciudad aumentaría el patrocinio a la Sociedad Deportiva Huesca hasta los 150.000 euros por temporada, justificándolo en que el equipo de fútbol sería clave en la promoción turística de la capital oscense. Poco después, el Gobierno de Aragón hacía pública la compra del estadio del Alcoraz, cuyo coste, conocido ayer a través del Boletín Oficial de Aragón, asciende a más de 24 millones de euros.
Desde la coalición Cambiar Huesca–Izquierda Unida consideran un despropósito destinar una inyección de dinero público de tal magnitud a una entidad privada cuya gestión económica ha sido un fracaso, mientras la ciudad acumula problemas sin resolver por falta de presupuesto o por la incapacidad de gestión del equipo de gobierno.
“Al igual que ocurre con La Romareda, hay multitud de proyectos y servicios públicos en los que debería priorizarse el uso de los recursos públicos que, en este caso, se destinan a mejorar intereses privados”, ha señalado Álvaro Sanz, coordinador de Izquierda Unida Aragón y diputado en las Cortes.
Para Cambiar Huesca–Izquierda Unida, las prioridades de la ciudad son otras: garantizar viviendas dignas y accesibles, dotar a las bibliotecas municipales de infraestructuras adecuadas y recursos suficientes, recuperar el antiguo Seminario para nuevos usos, invertir en limpieza y mantenimiento de calles y zonas verdes, habilitar espacios públicos de encuentro intergeneracional, y reforzar la sanidad y la educación públicas.
El fútbol de élite, subrayan, no puede convertirse en el máximo referente de la promoción turística de la ciudad, ni justificar inversiones públicas que reduzcan el apoyo a otros deportes, en especial al deporte base. En materia turística, defienden la puesta en marcha de un Plan Estratégico que ponga en valor la sostenibilidad ambiental, social y económica de la oferta de Huesca.
Concluyen que los presupuestos municipales y autonómicos deben centrarse en atender necesidades reales, ampliamente demandadas por la ciudadanía, en lugar de destinarse a operaciones que sólo benefician a unos pocos.