Azcón, el del autobombo

4 julio | opinión

Hace unas décadas, el hincha más famoso de los estadios era Manolo “el del Bombo”, que animaba a la selección golpeando su instrumento por puro entusiasmo, y a su costa. Nuestro presidente Jorge Azcón, en cambio, también le da al bombo… pero para aplaudirse a sí mismo y con el dinero de todas las personas de Aragón.

En el último pleno se convalidó aprobó un decreto ley del Gobierno de Aragón para mover algunas partidas, ya que no se presentó un proyecto de presupuestos y seguimos con las cuentas prorrogadas. Las medidas clave eran tres, salvo para la ultraderecha, que va por libre: ayudas nominativas concretas, subida salarial para el personal público y fondos para emergencias, a través del fondo de contingencia, tras las lluvias torrenciales del mes pasado, que podrían requerir recurrir a deuda.

Uno de los motivos por los que Azcón no ha presentado presupuestos es la comodidad: las cuentas actuales son expansivas, gracias a la buena marcha económica, el dinero del Estado y los fondos europeos. Además, con modificaciones presupuestarias puede mover dinero sin pasar apenas controles.

Durante meses se ocultaron esas modificaciones en la web de transparencia y no se enviaban a las Cortes. Cuando por fin aparecieron, lo más llamativo fue cómo se ha modificado la “sección 30”, gestionada por el consejero de Hacienda, donde está el fondo de contingencia, el pago de la deuda y otros gastos de los departamentos el llamado “fondo de contingencia”, gestionado por el consejero de Hacienda: subvenciones a la estación de esquí de Astún, eventos deportivos de relumbrón y más de 3 millones para “gastos de divulgación y comunicación” —es decir, publicidad institucional— que controla directamente la Dirección de Comunicación. Dinero que, perfectamente, podría evitar pedir préstamos a los bancos. Lo mismo ocurre con lo que se ha dejado de recaudar por las rebajas fiscales a los más ricos: desde 2015 van cinco bajadas en el impuesto de sucesiones, la última este junio, por valor estimado de 4 millones; o el recorte del impuesto a las renovables.

Resulta especialmente llamativo el aumento de los fondos destinados a publicidad y propaganda. No sólo sirven para campañas institucionales, sino también para lanzar mensajes que favorezcan al Gobierno y para mimar —en mayor o menor medida— a los medios según su grado de simpatía.

A eso se suma un crecimiento notable del personal de confianza. El presupuesto de 2024, pactado entre PP, Vox y el PAR, ya elevó estas partidas a 12,7 millones de euros, y poco después a 13,23 millones, justo antes de que la ultraderecha saliera del Ejecutivo. Pero lo sorprendente es que ahora ya vamos por 16,3 millones.

¿Es mucho? Para comparar: antes de Azcón, los presupuestos dedicaban unos 6 millones a este capítulo, que subieron a 7,1 millones en el año electoral 2023. Hoy, Azcón se ha reservado más del doble de ese dinero para contarnos lo bien que lo hace.

Es cierto que no todo lo que figura como “difusión y divulgación” es propaganda. Pero el reparto de fondos entre medios ha sido objeto de críticas. Además, los gastos ejecutados en este ámbito también han ido en aumento año tras año. Y si la última modificación presupuestaria también va por ese camino, el escándalo crece.

En resumen: Jorge Azcón preside el Gobierno del autobombo. Y sus grandes anuncios nos salen, literalmente, por un ojo de la cara.

Jesús García Usón

Responsable de Modelo Productivo, Izquierda Unida Aragón