Apoyamos las movilizaciones de las organizaciones agrarias convocadas por una situación que no es igual para el conjunto del sector agrario sino que la sufren especialmente los que se dedican al modelo social, profesional y familiar que es, “el que lleva viviendo una crisis recurrente de muchas décadas, agravada ahora por la escasez de recursos, de agua y por las políticas ultraliberales de los tratados de libre comercio y los procesos especulativos que les expulsan de sus tierras”, ha manifestado nuestro Coordinador general y portavoz parlamentario, Álvaro Sanz, en la sala de prensa de las Cortes de Aragón.

“El proceso permanente de desregulación, de uberización del medio rural, que permite la penetración del capital especulativo en el ámbito de la producción de alimentos está dañando al modelo social, familiar y profesional que es quien da vida a los pueblos y vertebra el territorio”, ha aseverado Sanz para apoyar específicamente este modelo porque “es donde está el futuro y es lo que debemos priorizar en estos momentos de escasez”.

En este sentido, nuestro portavoz ha criticado al Gobierno de la derecha y la ultraderecha presidido por Jorge Azcón, al que ha acusado de no estar “preocupado” por estos profesionales. “A este Gobierno se llena la boca para decir que si sobra agua hay que hacer un plan hidrológico nacional o que hacen falta más obras de regulación, en lugar de proteger el modelo social y familiar”, ha denunciado Sanz para recordar que este Gobierno de Aragón quiere derogar la de Ley de Protección y Modernización de la Agricultura social y familiar y del Patrimonio agrario de Aragón, “profundizando en la desregulación, la especulación y la expulsión de miles de agricultores y ganaderos”.

Por todo ello, llevaremos la situación del sector primario a las Cortes a través de una proposición no de ley para proponer un modelo de rescate para la agricultura social y familiar, con recursos suficientes para paliar los efectos de la sequía, y abordar la necesidad de garantizar precios justos en los lineales y reforzar los mecanismos de control de la cadena alimentaria.

Para Sanz, “es imperioso garantizar que no haya especulación en la conformación de los precios”. En su opinión, “el problema no es la Agenda 2030, sino el capitalismo y si no regulamos, tendremos una agricultura sin agricultores, ni agricultoras”.