Estamos viviendo días de enorme polarización. Las derechas son incapaces de defender sus postulados políticos en mitad de una crisis en la que lo público, a pesar de haber sido enormemente recortado, ha demostrado ser la única herramienta para garantizar unas condiciones de vida dignas para la mayoría social trabajadora.

Han tensado la cuerda hasta convertirse en un agente provocador que consigue dominar el tema de conversación. Usan la mentira y la demagogia para desestabilizar, es una estrategia que la extrema derecha ha impuesto a nivel global. Viven del incendio y no les importa echar cualquier cosa al fuego. Ignorarles no es una opción, contestarles en sus términos, en su terreno de juego, tampoco.

Encontramos numerosos ejemplos. Nadie en su sano juicio piensa que el 8M fuera el gran causante de una pandemia a nivel mundial. Ellos tampoco, pero con ese discurso consiguen apelar a un sentimiento de odio frente al feminismo que les sirve como cohesión. No podemos contrarrestar con lógica argumentos emocionales, por eso, debatir y argumentar sobre la causalidad crisis sanitaria y 8M sólo les favorece. Mantener vivo su incendio sólo lo hace más grande.

Entonces… ¿cómo contestar?. No entablando un diálogo con quien no quiere conversar. La única causa de la crisis sanitaria es la paulatina desaparición de la biodiversidad en el planeta provocado por unas ansias de crecimiento descontroladas. Una sanidad pública infradotada, maltratada durante años por los gobiernos liberales no podía hacer frente a una pandemia, de carácter global, como ha sido el COVID 19 igual que, si no se refuerza y potencia, no estará en condiciones de responder a ninguna otra emergencia sanitaria que puede darse en el futuro. La sanidad privada ha demostrado ser una herramienta ineficaz para el bienestar de las personas, se trata de una máquina de hacer dinero a costa de la salud que, cuando vienen mal dadas, despide personal sanitario o pone precios abusivos en sus servicios. Los conciertos público-privados a la hora de gestionar residencias han supuesto una condena de muerte para miles de sus usuarios y usuarias. El Covid-19 simplemente ha sido el detonante de una crisis sanitaria sin precedentes, podría haber sido cualquier otra cosa, el resultado habría sido parecido, de aquellos recortes vienen estos lodos.

La estrategia de comunicación de las derechas sólo busca el desgaste y el fango, su elemento fundamental es un marco irreal construido mediante bulos y noticias falsas. Confrontemos con ellos, pero en nuestros términos. Hablar de lo que quieren que hablemos sólo afianza su construcción discursiva. No son las grandes empresas de este país quienes han sostenido el empleo. Los ertes, la economía social y las pequeñas empresas comprometidas con sus plantillas son los elementos que han amortiguado los efectos de la crisis económica derivada de la pandemia. Nadie sale de su casa con lo puesto si no es por necesidad. Han sido las personas migrantes y las mujeres quienes han asumido las tareas de cuidados en unos meses en los que todos y todas nos hemos sentido vulnerables. PP y VOX no están haciendo nada más que campaña, no aportan nada positivo, son títeres movidos por la élite económica, quienes de verdad están dando la cara por este país son los empleos más precarios y en muchas ocasiones feminizados. 

No buscan lo mejor para el país, son una herramienta al servicio de cuentas de resultados que tributan fuera del país. No necesitamos pirómanos, quien no aporte es mejor que se aparte.