Denuncian que durante la campaña electoral, Lorena Orduna —hoy alcaldesa de Huesca— prometió “una ciudad limpia, amable y sostenible” y presentó un plan de limpieza y adecentamiento que dos años y medio después, sigue sin ejecutarse.
Para Cambiar Huesca–Izquierda Unida, la limpieza se concentra únicamente en las zonas turísticas, mientras el resto de barrios sufre un evidente abandono. Incluso el Casco Viejo, centro histórico de la ciudad, presenta un deterioro impropio de una capital como Huesca. “Pasear por nuestras calles debería ser un placer, pero la inacción del equipo de gobierno lo convierte en una experiencia desagradable”, señalan.
Las quejas vecinales recogidas por la formación apuntan a la suciedad y los malos olores en muchas calles, la saturación de contenedores sin recoger, aceras con baldosas rotas y calzadas llenas de baches, solares y locales abandonados como resultado de la permisividad ante la especulación, el mal estado de los caminos municipales y la tala indiscriminada de árboles en varios barrios.
Tras el refuerzo de limpieza puntual durante las fiestas, el Ayuntamiento ha vuelto a desatender la ciudad, agravando el deterioro. Cambiar Huesca–IU reclama una planificación responsable que garantice inversión y organización en todos los barrios, sin priorizar unas zonas sobre otras, y que sitúe el bienestar de los vecinos y vecinas en el centro de la acción municipal.