Hoy hemos participado en dos victorias populares.
Samanta y sus dos hijos, de 7 y 8 años, se quedan en su casa hasta el 24 de septiembre. Tiene 28 años, trabaja como auxiliar de enfermería, pero el sueldo no le llega para pagar el alquiler. El desahucio ha sido aplazado gracias a la movilización vecinal convocada por el Sindicato de Inquilinas.
Minutos después, la lucha se ha desplazado a la calle San Pablo, donde Libertad y sus cuatro hijos, también han conseguido frenar su desalojo. Llevan 22 años viviendo en esa casa.
Samanta y sus hijos se quedan. Libertad y los suyos, también.
¡Que viva la lucha de la clase obrera!
Jornada de lucha, organización y solidaridad en la calle.