El pasado jueves, en la sala del Instituto de Estudios Altoaragoneses, Izquierda Unida de Huesca hizo balance de su actividad en el último año. Información referida tanto a lo que ha hecho en la Corporación municipal como en su faceta de organización social, pegada al terreno y a la realidad del día a día.

Ya a los 100 días del inicio del mandato municipal, al año y a los dos años, Izquierda Unida de Huesca hizo un acto similar en el que, de manera exhaustiva y pormenorizada, desgranaba sus actividades, sus iniciativas, su participación en movilizaciones, sus encuentros con asociaciones, colectivos y vecinos, sus propias campañas de reivindicación. Y lo hacía, lo ha hecho ahora también, en forma de diálogo, de interacción con el público asistente: no tenía sentido, no era lo que quería Izquierda Unida, lanzar una serie de datos, una simple enumeración de actuaciones, sino que lo que lo que buscaba, con mayor interés y ahínco, era conocer lo que pensaba la ciudadanía de su proceder, cómo lo valoraba y cómo consideraba que debería haber sido. Es decir, aprender, mejorar, en definitiva, crecer juntos para ser más fuertes. Porque solamente siendo más fuertes podremos cambiar las cosas.

Este compromiso parte de nuestra propia manera de ser y concebirnos: somos – queremos ser – una organización ciudadana, un instrumento de la ciudadanía para la transformación social, ciudadanía de la que tomamos nuestra fuerza, de la que nos alimentamos en la propuesta política, económica y social. Sin nuestra imbricación ciudadana, no seríamos nada; o lo que seríamos, desde luego, no sería útil para el objetivo que tenemos: cambiar las cosas, hacer política entre todos, con todos, para todos.

Quienes militamos en Izquierda Unida tenemos claro de dónde procedemos, a quién nos debemos. Y sabemos que nuestro compromiso solo tiene sentido si lo que decimos es lo que hacemos. Sin excusas, sin tapujos, sin engaños. Eso es lo que nos otorga fuerza, lo que nos da razones para seguir haciendo propuestas políticas, lo que nos alienta en nuestra labor diaria de reivindicación, de defensa de los derechos ciudadanos, de construcción de un modelo social, económico, político e institucional diferente.

Lo que hicimos el jueves no responde a una moda más o menos pasajera, no es una operación de marketing político, sino que forma parte de nuestra manera de concebir la política y la relación que hemos de tener con la ciudadanía a la que un día le pedimos que nos otorgara su confianza para que fuéramos su representación en el Ayuntamiento. Porque solamente así, el día de mañana, cuando de nuevo pidamos esa confianza, cuando ofrezcamos un proyecto de transformación social con el fin de cambiar Huesca para devolver Huesca a sus habitantes, se nos podrán achacar algunos errores y fallos, pero nunca se nos podrá echar en cara que hayamos mentido, que hayamos sido deshonestos. Habremos demostrado que se puede confiar en Izquierda Unida de Huesca.

Luis Arduña Lapetra, Coordinador Comarcal de IU Huesca