Después de más de cinco años de crisis, nos quieren hacer creer que estamos empezando a ver la luz al final del túnel. Los datos macroeconómicos, nos dicen, invitan a cierta esperanza, aunque muy frágil y con muchos riesgos. Sin embargo, no es oyendo a los “expertos” o al Gobierno como nos haremos una idea cabal de lo que realmente sucede: bastará con mirar a nuestro alrededor, a nuestras familias, a nuestros amigos, a nuestros vecinos… para descubrir que la condena cierta del desempleo o la precariedad laboral, la lacra de la exclusión social, el desmantelamiento salvaje de la sanidad o la educación, son realidades tozudas que, lejos de remitir, se agravan y ceban en nosotros y en quienes son como nosotros. A las empresas del IBEX les puede ir muy bien, pero eso no significa que a la inmensa mayoría de la ciudadanía le vaya bien; antes al contrario, su bienestar está directamente relacionado con nuestro malestar.

¿Qué hacer? Esa es la cuestión fundamental que tenemos que atrevernos a responder. Porque solo querer responderla significa ya que somos capaces de sacudirnos la resignación con la que pretenden conseguir un silencio cómplice que no cuestione el actual estado de cosas por ser, según nos dicen, el único posible.

No es verdad; hay Alternativa. Se puede – se debe – hacer algo diferente. ¿El qué? No hay panaceas, bálsamos de fierabrás que solucionen ipso facto nuestra situación. Pero tenemos dos certezas sobre las que empezar a actuar: sabemos lo que no queremos y sabemos que, entre todos, con el concurso de todos, con el esfuerzo de todos, vamos a poder ir configurando un modelo social, económico, político e institucional diferente, sólidamente construido sobre unas bases muy alejadas de las que actualmente nos imponen, vertebrado sobre una democracia participativa en la que las personas ocupen el centro, en vez de los intereses económicos de unos pocos.

Izquierda Unida lleva desde hace tiempo trabajando en esta dirección. Por eso, con la intención de ofrecer a la ciudadanía un marco de encuentro, de reflexión y, por tanto, de acción, quiere poner en común una serie de propuestas sobre las que asentar una revolución democrática y social que devuelva el poder a quien debe detentarlo: la ciudadanía. Así, la semana pasada estuvo en Huesca Alberto Garzón, presentando las líneas maestras de la propuesta, que incide en aspectos económicos (auditoría ciudadana de la deuda, reforma fiscal, gasto social, empleo, etc.) y democráticos (cargos públicos, transparencia, participación, etc.) Pero, una vez presentadas, es el momento de analizarlas, debatirlas, concretarlas y completarlas; de darles cuerpo entre todos para poder oponerlas con éxito a las suyas, a esas que nos están condenando a la precariedad, la desigualdad y la exclusión. Por eso, el jueves 27, a las 19:30 horas, en el Instituto de Estudios Altoaragoneses, estás invitado a participar en la elaboración colectiva de la Alternativa. Porque hay Alternativa.

Luis Arduña Lapetra

Coordinador Comarcal de IU Huesca-La Hoya