El PSOE lanza una nueva operación de maquillaje. Esta vez recurre a Alfredo. Uno de los de siempre. Un escudero fiel del felipismo, de la socialdemocracia y, hasta ayer, de las políticas ultraliberales que el Gobierno de Zapatero ha aplicado como recetas superadoras de la crisis.

Rubalcaba, hasta ayer, representante del ala derecha del PSOE en el Gobierno, entusiasta defensor de las reformas laborales que abaratan el despido, de las rebajas de salarios a trabajadores y trabajadoras del sector público, de las medidas de ajuste duro impuestas por los mercados. En su “currículum” también aparecen apoyos sin discusión a las privatizaciones de servicios públicos y ventas de empresas públicas, valedor del “pensionazo” como el no va más de la preocupación por las pensiones, autor de miradas, eso sí con una ceja levantada, para otro lado cuando se rebajaban impuestos a los ricos y los capitales, cuando se suprimía el impuesto de patrimonio, cuando se daban millonarios apoyos de dinero público a la banca y se bancarizaban las Cajas de Ahorros, justificador pragmático de la paralización de las inversiones públicas, Vicepresidente del Gobierno que ha llevado a 5 millones de ciudadanos y ciudadanas al paro, defensor de la presencia militar española en las guerras de Afganistán y Libia, cómplice de la política de besos y abrazos con la monarquía alauita que reprime y machaca al Pueblo Saharaui, cooperador necesario del boicot a la flotilla de la Libertad que no puede partir hacia Gaza,….

Rubalcaba, como Zapatero, y como Felipe, y como Iglesias, y como toda la dirección del PSOE, de acuerdo con el PP, ha impedido la reforma de la Ley Electoral.

De pronto, Rubalcaba, propone todo lo que ha estado rechazando. Dice que se compromete con todo lo que, hasta ayer, ha estado votando en contra en el Congreso cuando Izquierda Unida lo ha propuesto. Ahora descubre la necesidad de reformar la Ley Electoral, de Recuperar el Impuesto de Patrimonio, de Poner tasas a las transacciones financieras,….

¡¡Vaya, Vaya,…¡¡ Rubalcaba el izquierdista. En 24 horas protagoniza un inaudito ejemplo de travestismo político y ejemplifica un indecoroso acto de propaganda electoral. Esa propaganda que, desde ayer, hace Rubalcaba no es, ni más ni menos, que un reconocimiento de que él mismo, y Zapatero, y Blanco, e Iglesias traicionaron su programa “socialista y obrero” al seguir la senda marcada por el liberalismo.

Estamos ante un claro ejemplo de publicidad engañosa, de esa propaganda que, en defensa de los consumidores y consumidoras, sancionan los tribunales de arbitraje, una propaganda que, a pesar de la dimensión mediática alcanzada, al menos eso espero, no engaña a nadie. Rubalcaba y los suyos son responsables de lo sucedido por no haber puesto en práctica las medidas que ahora proclama.

Ciertamente estamos en una situación complicada, hay que plantar cara a la derecha y a las políticas liberales. Algunos y algunas llevamos años de lucha. Movilización y reivindicación. Otros y otras, como Rubalcaba, lo han descubierto ayer.

Con una Ley Electoral más justa la tercera fuerza política de este país habría tenido más representación en el Congreso y habría impedido las políticas de la alternancia bipartidista pactadas con las derechas nacionalistas. No habría habido que esperar a que Rubalcaba se “transformara”. El Estado del Bienestar, los servicios públicos, los derechos de los trabajadores y trabajadoras no habrían sufrido estas agresiones.

La izquierda debe reforzarse para resistir primero y derrotar después la ola de derechización que hemos sufrido. Eso es lo que necesitamos. Propuestas y compromisos de izquierda. ¿Garantiza eso Rubalcaba o estamos ante una operación cosmética en vísperas de una Elecciones Generales?.

Adolfo Barrena Salces, Coordinador General de IU Aragón