En IU apostamos por una reforma agraria que nos lleve hacia un modelo más social y consideramos al sector agrario como un sector estratégico para lograr un cambio de modelo económico y una verdadera cohesión social y territorial.

En nuestra comarca de las Cinco Villas, las y los agricultores y ganaderos están inmersos en la incertidumbre acerca de cuál va a ser la Política Agraria Común que van a aprobar el Gobierno de la UE, el de España y el de nuestra Autonomía para el periodo 2014 – 2020.

Las sucesivas reformas de la PAC han atentado directamente contra el modelo agrario, social y familiar que fija población en el medio rural y el desacoplamiento de las ayudas ha incitado al abandono de la producción beneficiando a las grandes multinacionales de la agroindustria. Por eso, Izquierda Unida está trabajando por una nueva política agraria que abandone el paradigma de la liberalización comercial que va contra los principios de equilibrio y sostenibilidad que queremos: queremos fortalecer la alianza entre productores y consumidores a favor de una agricultura social y que equipare la renta agraria con la del resto de los sectores.

Para lograr el cambio del sistema productivo que pretendemos, en el sector agrario tenemos que hablar de Soberanía Alimentaria, entendida como la facultad de cada pueblo, Comunidad o Estado de definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible, seguridad alimentaria y equidad en las relaciones productivas y comerciales. Esta es la única vía capaz de garantizar que los productores obtengan unos precios justos y los consumidores no paguen unos precios desorbitados por una alimentación sana, segura, de calidad y producida en equilibrio con el medio.

Por lo tanto no es viable una agricultura social sin garantías de renta para los productores. Izquierda Unida es conocedora de la tesitura que atraviesa el sector, sumido desde hace años en un proceso permanente de reconversión y que persigue la liberalización, la desregulación y la aplicación de la disciplina financiera.

La reforma de la PAC que aprobó el Parlamento Europeo el pasado 12 de marzo, y que contó con el voto en contra de IU, es una reforma incompleta y vacía: no contempla mecanismos de regulación del mercado, no aborda el problema de los precios agrarios y da continuidad al desacoplamiento de las ayudas que, por norma general, penaliza a los que producen y favorece a los cazaprimas y especuladores. La nueva PAC y la política de Desarrollo Rural que el ministro de agricultura Sr. Cañete y el Consejero de Agricultura de Aragón están planteando en Madrid y en Bruselas es más de lo mismo que hemos tenido hasta ahora. No se concretan aspectos claves como es la definición de agricultor profesional activo, básico para un reparto más justo y social de las ayudas, ni se delimitan regiones agronómicas, imprescindibles para gestionar nuestra diversidad agrícola. Hay sectores de producción en nuestra comarca, como el ovino y las hortalizas, que están en caída libre, objetivo prioritario sería volver a recuperarlos para garantizar el empleo y el mantenimiento de unos pueblos con vida.

En el medio rural tenemos que hacer posible que los servicios públicos sean pilares de la cohesión social, garantes de la igualdad y la justicia, ejemplo de política redistributiva, fijadores de población y fundamentos de bienestar. Por ello es preciso combatir firmemente a aquellos que los consideran y valoran como un negocio. De lo contrario, la despoblación y la desertificación de nuestros pueblos seguirán avanzando y cada vez se agrandará más la brecha entre lo urbano y lo rural.

En IU estamos por la labor de darle la vuelta a esta situación.