Si viviera en Cataluña, o en cualquier otra parte, me gustaría opinar. Opinar libremente, con toda la información, sin manipulaciones. Especialmente cuando hay que opinar sobre un tema importante y la cuestión soberanista, nacionalista, independentista,… lo son.

Como cuestión previa me gustaría, porque es un derecho democrático,  que se respetara mi derecho a decidir. Poder decidir, sobre cualquier aspecto de mi vida, es un derecho que, una sociedad democrática, debe respetar. No por ser catalán, ni madrileño, ni…. Debo tener derecho a decidir por ser ciudadano. En estos momentos, antes de llegar a cualquiera de las cuestiones que acaban en “ista” ya se pone en duda ese derecho. “No está en la Constitución”, se argumenta. Bien, pero… ¿puede estar?. En la Constitución no estaba el mandato de que cumplir el objetivo de déficit fuese prioritario, pero ahora está. Bastó una reunión de una tarde de verano, alrededor de una mesa camilla, para que PP y PSOE se pusieran de acuerdo y cambiaron la Constitución. Luego, la Carta Magna no es inmutable. Es, a lo que parece, muy fácil de cambiar, pero para lo que se quiere. Yo, ahora mismo, daría unas cuantas razones para cambiarla. Es más, creo que ya no sirve y hay que ir a un nuevo proceso constituyente, pero vuelvo al tema que es objeto de estas líneas. La consulta, ¿puede o no puede hacerse?, ¿No podría cambiarse para que fuese constitucional poder preguntar a la gente?. Tendríamos resuelto uno de los “dilemas” que la cuestión suscita.

Si tuviera resuelto mi derecho a decidir entraríamos al tema de opinar.

Si me dejaran opinar, para eso me deberían preguntar, si me preguntaran, diría, alto y claro, que no soy nacionalista, que no soy independentista, que no me identifico con ninguna bandera (salvo la republicana) ni frontera.  Cuando llego aquí siempre me preguntan, “¿qué eres entonces?”, me considero internacionalista. Soy trabajador y la clase trabajadora, sea catalana, madrileña, aragonesa, portuguesa, griega, boliviana, brasileña,…. es mi clase y mi clase, y sus derechos, creo que se defienden mejor en un estado federal, republicano, laico, justo y redistributivo.

Si viviera en Cataluña preguntaría, a quienes quieren llevarme a una consulta que, a pesar de la campaña mediática, aún no me han explicado bien, por qué apoyan al PP en el Congreso y por qué votan a favor de todas y cada una de las políticas que, como a quienes viven en Aragón, Madrid, … me están amargando la vida, dejando sin esperanza, acabando con mis derechos, destruyendo los servicios públicos que son los únicos que me atienden y arrasando el estado social que tanta lucha, muertos y asesinados incluidos, costó. Si viviera en Cataluña viviría tan mal, o tan bien, como quien vive aquí en Aragón, o en Galicia, o…. Los problemas son los mismos, las “recetas” sociales, económicas,… que se aplican siguen los mandatos de la troika europea. No oigo, a quienes nos llevan al debate de las banderas, proponer alternativas a la pobreza, no les oigo decir que van a derogar la reforma laboral, no les oigo decir que hay que implantar un sistema fiscal progresivo, directo y redistributivo. No responsabilizan del drama que vive la ciudadanía al capital, ni a los bancos especuladores, ni a los defraudadores, ni a los corruptos, ni a los corruptores. ¿El problema es una bandera, una frontera?.

Si viviera en Cataluña, pero incluso viviendo en Aragón, o en Madrid, o en La Rioja, les preguntaría, a ellos y a quienes alimentan la polémica soberanista, por qué quieren hacerme creer que es el tema más urgente, el que más tiempo debe ocupar, el que más atención requiere. Preguntaría por qué me embarcan en este debate mientras me aplican la reforma laboral, mientras llenan de millones a la banca, mientras no persiguen el fraude fiscal, mientras privatizan la sanidad y la educación, mientras eliminan la Ley de Dependencia, mientras apoyan las congelaciones salariales, mientras permiten el ataque a las pensiones, mientras…