Los gobiernos de la derecha, en Alcañiz, España y Europa, comparten rasgos comunes, que desde IU queremos compartir con los lectores/as:

Preeminencia del poder ejecutivo: los presidentes se lo guisan y se lo comen en el Consejo Europeo; el Congreso de los Diputados se limita a aplaudir (“que se jodan”) lo que le trae el Gobierno, y Suso hace lo que quiere, sin consultar con la oposición, sin acuerdos ni dictámenes favorables, por Decreto… y reciben con los brazos abiertos una Ley para que ni siquiera el Presupuesto tenga que ser aprobado en el Pleno.

 El gobierno para la minoría: la “troika” trabaja para el gran capital contra los intereses de la mayoría; el Gobierno del PP asegura sus ganancias a los bancos o a las eléctricas; y Suso le asegura 29 años de negocio a las multinacionales del agua, aumenta la deuda a los bancos con intereses indecentes, aplica el “café para todos” en los impuestos, y hace de la cacicada el mecanismo habitual de funcionamiento.

El desmantelamiento del estado del bienestar: la UE promueve la liberalización de servicios, se privatizan la educación y la sanidad (incluyendo el experimento público-privado del nuevo hospital de Alcañiz), y Suso se aplica en este empeño: limpieza y cursos del polideportivo, autobús urbano, la gestión energética…y apoyan una Ley anti-ayuntamientos que supondrá la privatización o cierre de servicios de acción social, fomento del empleo, educación, y ferias.

Control mediático: semejante atraco sólo es posible si existen medios que generen en la opinión pública el necesario estado de letargo, o incluso de aquiescencia.  A esto se aplican los grandes grupos (Prisa, Mediapro, Mediaset, Vocento…) y a esto se aplica el presente medio de comunicación, con jugosos contratos por parte del Ayuntamiento, es decir, con dinero de todos.  Así se garantiza que nada trasciende, nada pasa, y si pasa, la culpa es de la herencia…

Como en el cuento de Andersen, nuestro papel es el del niño que denuncia que el emperador está desnudo, y si lo está, no hay adulaciones ni cortinas de humo que puedan disimularlo.

 

Miguel Ángel Gracia