“Hay que reconocer el trabajo de las organizaciones sindicales que, bajo la presión continua de amenazas y chantajes, han llevado adelante un proceso de negociación duro, difícil y complicado así como el papel activo y la participación de la plantilla que va a seguir siendo imprescindible”, señala el Coordinador General, Álvaro Sanz.

En este sentido, valoramos positivamente que la decisión final sea de los trabajadores y trabajadoras mediante el referéndum convocado. En su opinión, “es importante, a la vez que democrático, que un acuerdo de esta envergadura, con las diferentes repercusiones que tiene, y va a tener, en las relaciones laborales de la planta de Figueruelas, sea sometido a la plantilla para que el resultado obtenido, y la decisión última, tenga la más absoluta legitimidad”.

“Justo es reconocer igualmente, – incide el Coordinador General -, que la negociación no se da en igualdad de condiciones. PSA tiene de su parte todas las ventajas que un modelo económico capitalista, profundamente neoliberal, pone de su lado mientras que a la parte trabajadora le pide todos los esfuerzos y sacrificios imaginables”.

Así, Álvaro Sanz declara que “PSA, como cualquier otra multinacional, tiene a su favor las reformas laborales que precarizan a la clase trabajadora, los apoyos, avales y subvenciones institucionales que reciben por parte de Gobiernos que, sin mecanismos reales y legales para interceder en defensa de la calidad en el empleo y de los trabajadores, sucumben a la influencia que la actividad tiene en el PIB y en el mantenimiento del empleo”.

Por ello,  reiteramos, una vez más, la necesidad de derogar las reformas laborales, la necesidad de desarrollar leyes y normativas que impidan a las empresas estas prácticas de chantajes y amenaza  que persiguen afianzar la precariedad en el mundo del trabajo, unas leyes que ha de servir además para perseguir el fraude y, en definitiva, romper con el modelo neoliberal que se ha impuesto en Europa.

En este caso, dada la importancia de la planta, nuestra preocupación por la calidad del empleo que se genere en la factoría en el futuro, se extiende al efecto que pueda tener el “modelo Tavares”, en el sector de la industria auxiliar del automóvil y en el resto de empresas, “algo que deberemos impedir desde la unidad de acción sindical, coordinación con la izquierda política, y la movilización”, apunta Sanz.

“Por todo ello, -concluye Sanz- respetaremos el resultado del referéndum y seguiremos al lado de la plantilla de OPEL, del lado de trabajadores y trabajadoras de las empresas auxiliares, del lado de la clase trabajadora porque sabemos que lo que se vive en Figueruelas, es lo mismo que se vive en otros conflictos laborales. Es la lucha de clases y en ella, con nuestra gente, con nuestra clase, estamos y seguiremos estando”.