La diputada de Izquierda Unida en las Cortes de Aragón, Patricia Luquin, solicita al nuevo consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, que salud mental no sólo esté en la agenda política como mera declaración de buenas intenciones, sino que se pongan en marcha las medidas necesarias para solucionar de mantera urgente y efectiva el déficit estructural que presenta.
Se trata de una reivindicación que Izquierda Unida ha realizado de manera constante a lo largo de la pasada Legislatura ante los “recortes” aplicados por el Departamento de Sanidad, que dirigía Ricardo Oliván, como la reducción de profesionales, el cierre de servicios que han deteriorado los escasos recursos de salud mental, así como la imposición de copagos, directos y camuflados en la asistencia a los pacientes más enfermos y más excluidos por padecer un Trastorno Mental Grave y la reagrupación de las unidades de salud mental de Rebolería, Torrero, San José, Las Fuentes y Casablanca a Sagasta y Valdespartera, que han supuesto “alejarse” de los principios de accesibilidad, equidad, eficiencia y continuidad asistencial establecidos en la Estrategia en Salud Mental, del Sistema Nacional de Salud 2009-2013.
“Hoy nos encontramos, nuevamente, que las y los enfermos psiquiátricos agudos vuelven a padecer los problemas derivados del déficit estructural de salud mental aragonesa”, ha lamentado Luquin en relación con la falta de camas hospitalarias en Zaragoza para estos usuarios.
Para la diputada de Izquierda Unida, la solución a este problema “cíclico” debe ser consensuada y, por ello, reclama al nuevo Gobierno que “abra los canales necesarios para una participación real y democrática de los profesionales, familias y pacientes en las decisiones asistenciales sobre la atención en salud mental, así como una rehabilitación de carácter sanitario, público y gratuito en toda la red de salud mental”.