Las promesas que tanto PSOE como PP han hecho a las y los aragoneses sobre la Travesía Central del Pirineo (TCP) son un engaño inaceptable. Cuando en Madrid, en Valencia y en Cataluña han defendido intereses distintos y en el Parlamento Europeo han apoyado que la TCP pase a ser un recuerdo que puede que se retome dentro de 50 años.

Se confirma que las políticas neoliberales que apoyan el PP y el PSOE han optado por la opción donde había mayores votos. Ahora es el momento de reconocer el fracaso y empezar a plantear propuestas serias para la reapertura del Canfranc.

En este sentido, Adolfo Barrena ha considerado un nuevo engaño que el Canfranc, “que debería haber sido el objetivo prioritario, vuelve a pasar a un tercer plano y se pierde la opción real de tener una comunicación con Francia, que es viable, con una inversión menor y posible en dos años”.