José Manuel Alonso presentará una moción en el pleno municipal de este viernes para mejorar la operatividad de este órgano de participación creando una comisión permanente, una económica y otra urbanística y, además, limitando el papel de los grupos políticos a tener voz pero no voto.

“El pleno municipal es un espacio de representación de los grupos políticos en la institución, no es útil que se replique esta lógica en un espacio que debería estar reservado a la participación y debate social y ciudadano”. Por este motivo, el portavoz del grupo municipal de IU defenderá una moción en el pleno de este viernes con la voluntad de “salvaguardar la naturaleza social de este órgano de participación frente a las dinámicas propias de un pleno municipal y garantizar el trabajo cotidiano del mismo en los asuntos capitales para la ciudad creando comisiones de trabajo sobre economía y urbanismo”.

La propuesta de IU incluye la creación de una comisión permanente, encabezada por el presidente del Consejo de Ciudad, o en su defecto el vicepresidente, y que estaría compuesta por dos representantes de cada grupo, exceptuando a la Corporación, y otro de la Universidad. Dicha comisión sería la encargada de organizar, coordinar, elaborar el orden del día y convocar el Consejo y sus Comisiones y Grupos de Trabajo.

Desde el grupo municipal de IU se han formulado diversas propuestas para mejorar la “participación radical” en el Consejo de Ciudad, tratando de trasladar al mismo debates que han sido fundamentales para Zaragoza, así como dotarlo de mayor operatividad y sentido. “Hasta hoy este órgano sigue siendo un espacio principalmente para dar cuenta y está lejos de ser un órgano con capacidad de elaborar una propuesta que responda al más mínimo proceso de participación”, expone Alonso. “Precisamente –continúa-, el hecho de que se convoque de forma más o menos habitual ha puesto de manifiesto cómo se ha instalado su funcionamiento en un parlamentarismo en el que, de nuevo, son las organizaciones políticas las que ocupan y centran las sesiones reproduciendo la lógica plenaria y desnaturalizando el consejo sectorial como órgano de participación social”.

“Es necesario que las organizaciones políticas no entendamos que la gestión de lo público es patrimonio exclusivo de los electos y avancemos hacia fórmulas que reconozcan la madurez política de la ciudadanía y la importancia de su implicación en la red pública y su gestión”, concluye Alonso.