El sector cultural aragonés, formado por autónomos, pequeñas empresas y nuevas estructuras de gestión y creación como cooperativas y asociaciones es un tejido frágil por naturaleza, se fundamenta en la precariedad histórica y muy sometido a la inversión pública, así que cualquier crisis con consecuencias económicas, obviamente, le golpea de forma más brusca. Esta nueva crisis de la Covid-19 vuelve a atrapar a un sector que es necesario y clave para el mantenimiento de una sociedad más cohesionada y para poder volver a ponerlo en valor y permitir su subsistencia, Izquierda Unida propone una serie de medidas muy concretas y consensuadas con las y los propios trabajadores de la cultura.

Consideramos primordial conocer cómo es este sector y cómo se comporta el ecosistema cultural de Aragón, teniendo en cuenta que es en la Administración local donde reside el principal gasto cultural del Estado. Para el Coordinador y portavoz parlamentario, Álvaro Sanz, si no conocemos bien la realidad actual de este ecosistema, “todas las políticas prácticas que establezcamos no serán capaces de amortiguar los reveses que ya están sufriendo las empresas”.

En su opinión, “la cultura es parte de la solución para recuperar la cohesión porque funciona como vínculo social, es capaz de transformar, de generar capacidad crítica y promover sociedades más democráticas e igualitarias”.

Y aunque en estos meses de confinamiento, las y los profesionales de la cultura están volcando contenidos gratuitos en las redes para sobrellevar de forma más llevadera el confinamiento también se están dando muchos contenidos digitales más orientados a la mera tarea de llenar huecos, “corriendo el riesgo de perder el concepto de qué es cultura”. “Por otra parte, -apunta Sanz- el hecho de que sean contenidos gratuitos está muy bien, pero eso no significa que no valgan dinero, aspecto que no se está valorando”.

Por último, recordamos que las crisis no solo subrayan, sino que agudizan las desigualdades en el acceso a la cultura por lo que a la falta de equidad ya existente se le suma otra capa. Para Sanz, “va a suponer aumentar la desigualdad en materia de derechos culturales, cortando de raíz la accesibilidad, la participación e incluso la creación de muchas personas”.

Esta situación ha motivado que se presente una proposición no de ley mañana en la Comisión de Educación y Cultura de las Cortes de Aragón con diez medidas como la realización de un inventario de empresas, profesionales, colectivos que incluyan a los nuevos agentes y estructuras culturales, así como los espacios privados o espacios públicos de gestión privada, para ir obteniendo una serie de datos como cancelaciones, alteración de los presupuestos, proyectos no llevados a cabo, número de trabajadores y consecuencias laborales, contratos rescindidos, gastos de actividades, etc. “Un primer paso primordial para conocer realmente la situación del sector”, asevera el diputado.

Además, proponemos al Gobierno de Aragón trabajar junto al consejo de cultura la definición de un plan estratégico de urgencia, con la participación de agentes públicos, asociaciones profesionales y empresariales, instituciones y colectivos y el establecimiento de órganos de coordinación de las administraciones con competencias en cultura que aseguren políticas con objetivos comunes y estrategias compartidas para coordinar la actuación de las distintas administraciones públicas para que sean complementarias y subsidiarias en las medidas a tomar para el apoyo a la cultura.

En cuanto a la economía, desde la formación política instan a que las entidades públicas paguen todas las actuaciones que se hubieran anunciado aunque no se vayan a realizar y pagar inmediatamente el 50% de las que se vayan a recalendarizar. “Al menos el 80% de ese dinero debe ir dirigido a los profesionales/trabajadores involucrados”, reivindica Sanz.

Sobre las ayudas al sector, proponemos incluir en la convocatoria de subvenciones la admisión dentro de los gastos elegibles, los ya realizados de las actividades canceladas y la creación de una Convocatoria de Ayudas Extraordinaria poniendo especial atención en las estructuras más débiles, vinculadas a la cultura de base, en todas sus variantes y sectores (centros culturales de proximidad, espacios de creación, cooperativas culturales y otras entidades del sector) con la finalidad de incidir en sus problemáticas estructurales, de supervivencia y de sostenibilidad.

La pandemia que ha provocado el confinamiento ha hecho que el sector plantee nuevos formatos como los festivales online. Una actividad que proponemos que se impulse desde lo público promoviendo la creación de contenidos y remunerarlos.

También creemos necesario redefinir la red autonómica de artes escénicas de la mano de los municipios teniendo en cuenta la desaparición del circuito provincial que apoyaba esta red, así como diseñar un Plan Extraordinario de Lucha contra la Desigualdad en materia de derechos culturales partiendo de un diagnóstico compartido sobre las causas de esta y en el ámbito educativo, aumentar la programación de campañas escolares.