El futuro de la PAC 2014-2020 se debate esta semana en Bruselas. Hasta ahora, la herramienta con la que nos dotamos los europeos y europeas para garantizar el futuro de miles de pequeñas y medianas explotaciones, así como para procurar el abastecimiento de alimentos de calidad y proximidad, no ha cumplido su misión.

Nos hemos encontrado ante aberraciones como que algunos de los mayores perceptores de ayudas eran grandes aristócratas y terratenientes o bien que la PAC ha ido a nutrir tierras con usos no agrícolas, como campos de golf y aeropuertos. Atropellos como estos se han estado produciendo y, mientras tanto, el reloj corre: cada minuto desaparecen un agricultor en la UE.

Al mismo tiempo que los ministros de Agricultura de la UE, la Comisión y la Eurocámara se han reunido para diseñar su propuesta, se ha producido en Bruselas otro encuentro paralelo.: el del Comité Coordinador de La Vía Campesina Europa, en colaboración con GUE/NGL (Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, en la que se integra IU) y la coalición Hands Off The Land.

En él se ha reforzado la apuesta por el modelo social mayoritario y la agricultura de proximidad, apoyando tanto a los pequeños y medianos agricultores como a los jóvenes que se quieren incorporar al sector primario, además de evitar los abusos en la concentración tanto en la tenencia de la tierra como en la distribución de los productos.

Un modelo que, de momento, la PAC no ha promovido. El dinero público, a través de las ayudas de la Política Agrícola Común, apoya esta concentración de la tierra y la riqueza. En España, en 2009, el 75% de los subsidios fueron acaparados por sólo el 16 % de los grandes agricultores.

El programa de pagos de la PAC se está orientando a las ayudas por posesión de hectárea de tierra. La Vía Campesina alerta de que una de las consecuencias implícitas es la concentración de la tierra en las zonas orientales y mediterráneas de Europa, marginando a las pequeñas explotaciones y bloqueando la entrada a nuevos agricultores. Es necesario tener en cuenta la capacidad productiva y el tipo de actividad desarrollada en cada explotación. Si seguimos como hasta ahora, se favorecerá a los grandes propietarios de tierras, mientras se perjudica a los profesionales con poca base territorial, pero más eficientes en la producción de alimentos.

Si continuamos así, nuestra Europa estará alimentando un modelo de concentración y acaparamiento de tierras que viene siendo instigado por las multinacionales del agronegocio y por los grandes fondos de inversión.

Semanas atrás tuvo lugar otro encuentro: cientos de campesinos de todo el planeta se dieron cita en Yakarta para estrechar lazos de solidaridad y reflexionar sobre la pervivencia de un modo de vida que es el único capaz de garantizar la soberanía alimentaria. Se trataba de la VI Conferencia de La Vía Campesina, un encuentro en el que, además de celebrar sus 20 años de luchas a favor de un modelo de producción de alimentos sostenible, de proximidad y de calidad, se reforzó la idea de que los problemas de los campesinos del Norte, son los mismos que los de los campesinos del Sur. Los representantes de Asia, África, América y Europa coincidieron en señalar problemas y amenazas comunes, como la supresión de explotaciones familiares para instalar la producción de monocultivos intensivos de agro combustibles o la imposición de los transgénicos.

Es por ello que el Comité Coordinador de La Vía Campesina en Europa y todos los que creemos en un modelo de producción de alimentos más sostenible hemos hecho esta semana en Bruselas este llamamiento, alertando sobre los riesgos de la concentración y acaparamiento de tierra. Proponiendo unas políticas públicas superadoras del actual modelo, con la producción de alimentos como eje central, fuera de la economía especulativa y garantizando productos sanos y de calidad a precios justos para productores y consumidores.

 

Artículo publicado en el Heraldo de Aragón (27/06/1984)

Javier Sánchez (Comité Coordinador La Vía Campesina Europa) e Ismael Sanz (IU Aragón)