IU Aragón muestra su preocupación ante la el aumento de la presión en el interior del sarcófago que desde 2005 cubre el reactor de la antigua central nuclear de Vandellòs I (Tarragona). El sarcófago, de 350 toneladas de peso, evita que salgan al exterior los gases radiactivos que todavía quedan en el reactor y debe mantenerse, según las previsiones, hasta el desmantelamiento definitivo de la central que se producirá en 2030.

Una preocupación sobre la que IU pide explicaciones al Gobierno por los posibles riesgos detectados en la central nuclear, clausurada en octubre de 1989 tras un incendio de la turbina en lo que se ha considerado, hasta la fecha, como el accidente nuclear más grave ocurrido en España. “Esta central se encuentra a una distancia de menos de 200 kilómetros de nuestra Comunidad y cualquier incidencia podría ser foco de contaminación, según la dirección y velocidad de los vientos”, explica Adolfo Barrena, Coordinador de IU Aragón y Responsable Federal de Energía de IU.

“La función de este sarcófago, añade Barrena, es evitar que salgan al exterior los gases radiactivos que todavía quedan en el reactor y debe mantenerse en perfectas condiciones se seguridad siendo la presión del interior del cajón, junto con la temperatura y la humedad, uno de los parámetros fundamentales que vigilan los técnicos de la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) que es quien supervisa actualmente la instalación”.

“El protocolo de seguridad de esta instalación, continua Barrena, advierte de que “es fundamental que en el interior del sarcófago se mantenga un ambiente de depresión (menor presión que en el exterior) para evitar cualquier fuga al exterior de los gases radiactivos que todavía acumula”.

“Hemos sabido, dice Barrena, que se ha detectado un aumento de la presión en el interior del sarcófago y, de hecho, así lo refleja el último informe técnico con el que cuenta el Consejo de Seguridad Nuclear”. Este documento que dice que, según los datos obtenidos hasta la fecha, “se detecta una tendencia de la atmósfera del interior del cajón del reactor a incrementar su presión”, lo que obligó ya en 2013, “a efectuar dos vertidos de efluentes gaseosos con el objeto de dejar la atmósfera interior del cajón con menor presión respecto a la atmósfera exterior”.

Cabe recordar que en 2013 se produjeron, hasta en seis ocasiones, anomalías en la instalación de seguridad que, parece ser, estuvieron relacionadas con la pérdida de suministro eléctrico producido a finales de noviembre. “Estas anomalías observadas impidieron el control adecuado de la temperatura, de la presión y de la humedad de la atmósfera del sarcófago y dificultaron el control de la principal bomba eléctrica del sistema de agua antiincendios”, informa Barrena.

En la última inspección hecha para comprobar el control general de la instalación, el día 4 de junio, los técnicos e inspectores señalan que “está en estudio el fenómeno o las causas que puedan originar el incremento de presión en la atmósfera del cajón”.

Por todo ello, el Grupo de la Izquierda Plural en el Congreso, a través de su diputado por La Izquierda de Aragón, Álvaro Sanz, va a exigir al Gobierno información exacta de lo que está ocurriendo, va a pedir garantías de que no se pone en riesgo a personas (trabajadores y trabajadoras de la central, poblaciones de su área de influencia,…) ni al medio ambiente y, una vez más, pedirá un calendario de cierre y desmantelamiento de todas las centrales nucleares que hay en nuestro país.