No creará empleo pero Sí que abarata, más todavía, el despido y deja libre el camino para que la empresa rebaje el salario a sus trabajadores y trabajadoras.

Una vez que hemos podido leer – ya lo ha publicado el BOE- el Decreto vemos bastantes más efectos perversos que los que dijo el Gobierno al presentarla.

La nueva reforma reduce el coste del despido del indefinido y no hace nada por disminuir la temporalidad. El efecto será cambiar el poquito empleo decente que queda por temporalidad y precariedad.

Junto a ello introduce, como causa objetiva de despido, vender menos en 9 meses. Es evidente que, en tiempos de crisis, todas las empresas han vendido menos y, por eso, todas las empresas, desde las de Botín hasta el último taller de fontanería, pueden despedir con 20 días por año y un máximo de 12 meses. Esto quiere decir, dicho sin disfraz alguno, que desde hoy, lo despidos por causas objetivas cuestan a las empresas la mitad de lo que les costaba ayer.

La mayor facilidad para despedir se aumenta cuando se pierde la tutela de la administración para presentar un ERE. Ya no hace falta que la Inspección de Trabajo lo autorice lo que, en el fondo, significa que se acabó la negociación en estos casos y que, al trabajador, sólo le queda la vía del juzgado. Todos sabemos que judicializar una relación laboral es largo y costoso.

¡ Como miente Rajoy ¡. Recuerdo sus declaraciones cuando el reformazo de Zapatero. “No apoyaré (está grabado en las actas del Congreso) una reforma que reduce el coste del despido” y no la votó. Está claro, le parecía insuficiente.

El Decreto recoge un duro golpe a la Negociación Colectiva porque prima el convenio de empresa y eso es, ni más ni menos, que quitar poder a las organizaciones sindicales y atomizar las relaciones laborales. Ya se sabe, “divide y vencerás”.

Es verdad que aparecen subvenciones para contratar jóvenes y parados de larga duración pero es vergonzoso que ese apoyo público sea para contratos que permiten un año de prueba al final del cual autorizan el despido libre y sin indemnización a quienes “no  lo superen”.

Otra medida que recoge el Decreto-ley de Rajoy es que permite a las empresas bajar el salario, sin necesidad de acuerdo, por necesidades de competitividad, productividad u organización técnica del trabajo. Es dejar en manos del empresario la posibilidad de rebajar salarios a su capricho y conveniencia ya que, en cualquier caso, siempre podrá alegar razones económicas ya que la norma le permite aplicar esas rebajas salariales para ahorra costes o, ¡¡atención¡¡ a quienes “rindan poco”. En estos casos la empresa lo notificará con 15 días y el trabajador podrá aceptar la rebaja o perder su empleo al módico precio de 20 días por año con un máximo de 9 meses.

No se crean quienes tienen un convenio que ésto no va con ellos. El Decreto permite a las empresas “inaplicar” la cuantía salarial de los convenios por una caída de ingresos en dos trimestres consecutivos o por el mero hecho de tener previsión de pérdidas.

No se olvidan de las bajas laborales. Desde ahora es motivo de despido, también, estar de baja laboral por enfermedad, acreditada y justificada, por un tiempo de entre 9 y 20 días en dos meses.

Otra medida estrella es la de convertir a los parados y paradas que cobren el desempleo en voluntariado forzoso. No hay Oferta de Empleo Público, no convocan oposiciones, pero las personas desempleadas deberán realizar servicios de interés general en beneficio de la comunidad y “al servicio” de las Administraciones Públicas.

Se abre la puerta a la privatización de los servicios públicos de empleo gracias a que  las Empresas de Trabajo Temporal participan desde ahora en la gestión de las demandas de empleo.

A modo de resumen. La Reforma de Rajoy hace el despido más barato, precariza el empleo estable, acaba con la negociación colectiva, penaliza a los trabajadores y va a acentuar la crisis y la recesión económica.

Es otro ataque a los derechos de los trabajadores y trabajadoras que hay que responder con contundencia y movilización.