Desde hace mucho tiempo, IU viene denunciando las diferentes actuaciones y medidas que se adoptan desde el Departamento de Sanidad. Los últimos acontecimientos que han tenido como protagonista al Departamento, desde el desabastecimiento de material sanitario hasta el colapso en las Urgencias de los hospitales aragoneses o las listas de espera en cifras históricas, dejan de forma meridianamente clara la falta de previsión y la nefasta gestión de su consejero Ricardo Oliván, que ha hecho de la no planificación su máxima política. Sólo de esta manera se puede entender el cúmulo de despropósitos que atesora al frente de uno de los Departamentos estrella del Gobierno de Aragón y, sin duda, uno de los más importantes para la ciudadanía. Estamos hablando de algo tan serio como el derecho a la salud, a nuestra salud, del derecho al acceso a la sanidad en unas condiciones y garantías que cada día se alejan más de lo que se conoció como uno de los mejores sistemas públicos de salud. Las medidas adoptadas por el Gobierno aragonés están contribuyendo al desmantelamiento de nuestro sistema de salud a una velocidad más que preocupante. Nuestra Comunidad Autónoma es la que más ha reducido el gasto en Sanidad por habitante en los últimos años, concretamente un 20% al pasar de 1.419€ a 1.119€, y ello a costa de los pacientes.

Esta afirmación no se basa en la “filosofía de la oposición de IU”, sino únicamente en datos objetivos: ni un solo indicador sanitario ha mejorado. Bien al contrario, todos han empeorado; sirva como evidencia, no única pero sí muy evidente, el cómo se encuentran las listas de espera en nuestra Comunidad. El Departamento de Sanidad lleva desde mayo de 2013 sin dar datos de lista de espera. Por ejemplo, en el caso de Primeras Consultas a Especialista, tal y como recoge el Real Decreto 116/2009, de 23 de junio, el plazo máximo de espera debería ser de dos meses y para Pruebas Diagnósticas, de un mes; pues bien, a finales de 2013, la lista de espera de pacientes que sobrepasaban el periodo de garantía sólo para esas especialidades se sitúa en 11.900, aumentando significativamente respecto a 2012. En otras áreas, como Oftalmología, ascienden a 4.000 conciudadanos esperando más de dos meses para que sean vistos por un oftalmólogo o Traumatología, con 2.300, las listas de espera son una realidad. Si a esto añadimos los datos de tiempo de espera para la realización de Pruebas Diagnósticas, se confirma empíricamente la afirmación anterior: el total de pacientes a los que se les ha prescrito la realización de un TAC y no se les puede hacer alcanza los 1.600 pacientes, con el 72 % superando el periodo de garantía. Y todo ello sin tener en cuenta a los pacientes derivados a la Sanidad privada o por no hablar de la espera para realizarse una Resonancia Magnética, cerca de 10.000 pacientes pendientes de la realización de esa prueba en noviembre, con el 85% superando el periodo de garantía. Estas son las auténticas razones por las no se publican las listas de espera desde hace meses, tal y como ha denunciado IU.

Los malos datos anteriores no son producto de la casualidad. La descapitalización a la que está sometiendo el consejero Oliván a la Sanidad Pública es evidente, y no porque lo diga IU: el último informe, de hace no más de un mes, de FENIN, la Patronal del Sector de fabricación y venta de equipamiento médico, nada sospechosa de estar influenciada por IU, sobre la edad de equipamientos médicos, señalaba a Aragón como una de las peores en cuanto a renovación de equipamiento médico. El Partido Popular, con el consejero de Sanidad a la cabeza, se encuentra en plena faena de acoso y derribo de la Sanidad Pública. Desde IU tenemos claro que, con estas políticas, la única herencia que va a dejarnos el PP es la de tierra quemada.

Patricia Luquin Cabello, portavoz del grupo parlamentario IU Aragón