El grupo parlamentario de IU Aragón rechaza la apuesta del Gobierno PP-PAR por el proyecto de unión de las estaciones de esquí de los Valles del Aragón y del Gállego, a través de Astún y Formigal. Su portavoz de Medio Ambiente en las Cortes, Miguel Aso, considera que “la unión supone una decisión errónea que demuestra, en primer lugar la ausencia de un proyecto de desarrollo sostenible y de futuro para el Alto Aragón”. “A falta de ideas –advierte- continuamos con el mismo modelo basado en destinar todos nuestros recursos a una actividad, ya de por sí sobredimensionada, que la experiencia reciente y la opinión de muchos expertos, considera suficientemente desarrollada en cuanto a extensión”.

En cuanto al modelo de desarrollo socio-económico, Aso asegura que, “a estas alturas, está demostrado que este modelo, salvo contadas excepciones, no resulta  rentable económicamente, prueba de ello es que, finalmente,  la Administración Pública  se hace cargo de estaciones hasta ahora gestionadas de forma privada, Candanchú, en Aragón y Port Ainé, Espot, Vall Nuria y La Molina en Cataluña”.

“No hay que olvidar –reitera- que la construcción de estas infraestructuras ha ido siempre de la mano de un desarrollo urbanístico incontrolado que ha sido el principal detonante  de la actual crisis económica y financiera en que estamos sumidos”.

Sobre el impacto ambiental de la unión de las estaciones, Aso manifiesta que es “muy negativo e innegable y se convierte en una rémora para el desarrollo de otro tipo de actividades económicas vinculadas al medio natural,  menos desarrollistas pero más estables y con mayor futuro”. Además, el diputado duda de que la unión de estaciones suponga a largo plazo un incremento en el número de esquiadores. “Es fácil imaginar que, con la amplia oferta actualmente existente, lo único que conseguiremos es que se distribuyan  entre ambos Valles pero a un coste económico y medioambiental injustificado”, apunta. Para IU, existen otros sectores que satisfacen necesidades básicas o que con el tiempo pueden resultar estratégicos y que requieren más atención (sanidad, educación, asistencia social, agricultura y ganadería, etc.).

Por último, Aso manifiesta que su formación política “no está en contra de las estaciones de esquí”, y reconoce “la dinamización socioeconómica que ha supuesto para algunos de nuestros valles”, pero cree que estas infraestructuras empiezan a estar  “sobredimensionadas y es necesario buscar otras alternativas económicas”. “También es el momento de exigir una mayor trasparencia y participación en las empresas públicas que las gestionan”, asevera para mostrar su preocupación ante las políticas de desarrollo en el Pirineo diseñadas por los sectores empresariales relacionados con el turismo de nieve, “que dejan al margen cualquier otra iniciativa de desarrollo, resultando difícil diferenciar si éstas se hacen para beneficiar las actividades empresariales o como diseño del desarrollo del territorio”.